Para Marcelo Parrilli, “es posible que Bergoglio sea citado en otras causas”
Escrito por La Retaguardia el marzo 16, 2013
(Por La Retaguardia) Tras conocerse la designación del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, como nuevo Papa decidimos conversar con el ex legislador por el MST y abogado Marcelo Parrilli, quien durante mucho tiempo investigó, junto a Luis Zamora, su vinculación con la privación ilegítima de la libertad de los jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio en 1976. En este sentido, Parrilli aseguró que el ahora Papa Francisco debería aclarar cuál fue su rol en este hecho y en la desaparición de un grupo de catequistas ocurrido también durante la última dictadura cívico militar. También realizó duras declaraciones la abogada Myriam Bregman, integrante del Colectivo Justicia Ya!, querellantes en la megacausa ESMA
Así como el anterior Papa, Benedicto XVI, nunca pudo, o quiso, aclarar su relación con las juventudes del nazismo, quien fue designado esta misma semana para sucederlo, el argentino Jorge Bergoglio, no aclaró aún ciertas acusaciones o vinculaciones sobre su conducta durante la última dictadura. Al respecto, el abogado Marcelo Parrilli enumeró las deudas pendientes que Francisco tiene tanto con la sociedad como con la justicia argentina: “queda aclarar su rol en la desaparición de dos jesuitas en 1976, los padres Yorio y Jalics, que estuvieron seis meses privados ilegítimamente de su libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), creo también que le queda aclarar su rol con relación al grupo de catequistas que en mayo del ´76 fue secuestrado también en la villa de Bajo Flores donde actuaban Yorio y Jalics. Y en líneas generales, ya por fuera de la responsabilidad penal sino en el marco de su responsabilidad como dirigente de la iglesia, dirigente social, como autoridad en esa época, qué rol jugó a partir de que se enteró por Yorio y Jalics cuando estos salieron en libertad, que en la ESMA funcionaba un centro clandestino de detención, algo sobre lo que nunca jamás dijo nada”.
En tanto, la abogada Myriam Bregman, perteneciente al Colectivo Justicia Ya!, una de las partes querellantes en la megacausa ESMA, en declaraciones publicadas en el portal del Partido de los Trabajadores por el Socialismo (PTS), declaró que “contrariamente a la imagen que hoy se da de él como una persona humilde, Bergoglio no tuvo empacho en utilizar todos los privilegios que le daba su investidura, negándose a ir a declarar como cualquier persona a los Tribunales, por lo que se hizo trasladar todo el juicio a la sede de la Curia en Buenos Aires y tuvimos que hacer el interrogatorio allí mismo. Durante su declaración, el hoy Papa contestó con evasivas y contradijo lo que había dicho la testigo anterior. Trató de hacer una defensa formal de su accionar durante el período que duró el secuestro de los curas jesuitas por parte de los militares, afirmando que al enterarse que habían sido secuestrados se lo informó a sus superiores. Hizo también algunas afirmaciones muy graves, como que dos o tres días después de haberse perpetrado este secuestro él ya sabía que estaban en la ESMA. Algo que hasta el día de hoy ni muchas Madres de Plaza de Mayo saben respecto de sus hijos, a pesar de su intensa búsqueda. ¿Cómo se enteró? Relató que se entrevistó con Videla y Massera, pero bastante tiempo después. También reconoció que cuando Jalics y Yorio fueron liberados le contaron que quedaba gente secuestrada en la ESMA, y aun así hizo nada”.
Pero lo que recuerda con mayor detalles la abogada Myriam Bregman de aquel interrogatorio es cuando le preguntó sobre la apropiación bebés durante la dictadura: “jamás olvidaré la cara que puso Bergoglio cuando le preguntamos por los niños apropiados […]. contestó que se había enterado hace poco, hace unos diez años, o sea, en el 2000, cuando toda la sociedad sabía de la búsqueda de Abuelas de Plaza de Mayo al menos desde el año 1983, y algunos familiares de La Plata afirman que conoce el caso de Ana Libertad Baratti de La Cuadra desde 1977”.
Según Bregman: “la actitud reticente de Bergoglio a contestar y lo acotado de sus respuestas en aquel entonces tuvo coherencia con la línea de silencio y ocultamiento adoptada por la jerarquía eclesiástica durante todos los años posteriores a la dictadura, negándose sistemáticamente a aportar archivos y documentos con que cuentan. Es parte de la política de la cúpula de la Iglesia Católica, que bendijo y colaboró directamente con la dictadura iniciada en Argentina en 1976. No me extraña que a sacerdotes como Christian Von Wernich, que están condenados por ser autores del genocidio, del plan de tortura y exterminio de la dictadura, no se los haya excomulgado y puedan seguir dando misa como cualquier otro cura. Lo mismo sucedió con el cura Grassi, condenado por abusar de niños, y por cuya expulsión la Iglesia que Bergoglio comandaba hasta ayer no movió un dedo. Nadie puede negar que el hoy Papa Francisco encubrió a genocidas y pederastras en las filas de la Iglesia”.