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Hugo Cañón calificó como un paso gigante la declaración judicial de Vicente Massot

Escrito por el marzo 23, 2014


Massot parece preocupado
(Foto: puedecolaborar.blogspot.com)

(Por La Retaguardia) Tras la presentación del director del diario ante la justicia, dialogamos con uno de los presidentes de la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires (CPM) y ex fiscal sobre la importancia de esta instancia y el trabajo que queda por delante para que Massot sea imputado por encubrimiento y complicidad en la causa que investiga la desaparición de dos obreros gráficos, delegados gremiales en este medio de Bahía Blanca.

“Ha sido un proceso muy largo el que llevó a que Vicente Massot se presente ante el juez para poder declarar y esto es un paso gigante porque La Nueva Provincia es un símbolo de impunidad en Bahía Blanca, es de alguna manera el vocero de lo más conservador, rancio y vinculado con la dictadura militar, con el exterminio”, afirmó el ex fiscal Hugo Cañón en diálogo con Oral y Público.
El camino para llevar a Massot hasta la justicia no fue sencillo, pero comenzó a abrirse a partir de la sentencia dictada por el Tribunal Oral Federal subrogante de Bahía Blanca, en setiembre de 2012, en el juicio por los delitos cometidos por el V Cuerpo del Ejército durante la última dictadura cívico militar. En este marco, los jueces pidieron que se investigaran las actuaciones de la Iglesia y del diario local La Nueva Provincia en aquellos años. Sin embargo, el juez federal ad hoc Santiago Martínez rechazó una solicitud de detención y llamado a indagatoria efectuada por los fiscales Miguel Ángel Palazzani y José Nebbia, quienes apelaron esta medida. Finalmente, la Cámara Federal de Apelaciones hizo lugar a este recurso a fines de 2013, y en la semana previa a cumplirse el 38º aniversario del golpe de Estado, Massot se presentó ante la justicia.
Según explicó Hugo Cañón a Oral y Público, durante el juicio quedó claramente demostrado cómo operaba La Nueva Provincia como expresión de inteligencia militar en la época de la dictadura: “el diario actuó como forma de acción psicológica de acuerdo a los manuales militares, transmitiendo informaciones falsas respecto a enfrentamientos y esto en combinación con la propia inteligencia militar. A eso, además, se le añade otro elemento fundamental que tiene que ver con la muerte de dos operarios gráficos que eran delegados gremiales de ese diario; con prueba documental de la Prefectura Naval de Bahía Blanca que obtuve en 2006 se pudo demostrar cómo se buscó el raleo, como dicen en la jerga marina, de estos dos operarios gráficos para ‘sacarlos de circulación’ y en eso también hay una imputación directa para el director del diario”.
“El concepto que ellos tenían –continuó Cañón– era que había que actuar con la máxima dureza y violencia respecto a cualquier tipo de expresión que significara protesta, reclamo, reivindicación gremial, por eso Diana Julio de Massot puso a este hijo Vicente para que controlara a los empleados del diario, y esto mismo también lo transmitieron a las fuerzas armadas. Hay anécdotas muy concretas, hasta el propio (Adolfo) Scilingo relataba cuando él visitaba La Nueva Provincia, y cómo Diana Julio de Massot iba a la Base Naval de Puerto Belgrano y trataba a los marinos de cagones porque no salían a fusilar a los terroristas, decían ellos, y ponían orden en el país. Ese fue el mensaje, fue la esencia del pensamiento de esta gente, y por eso también respecto a Heinrich y Loyola, que eran dos delegados gremiales que hacían reivindicaciones para fijar un marco de convenio colectivo de trabajo respecto a las condiciones laborales que había en La Nueva Provincia, la mejor forma que ellos buscaron fue sacarlos del medio a través de la máxima violencia que es la muerte, por eso la imputación que hay contra Vicente Massot directamente tiene que ver con la muerte de estos dos operarios”.
Aunque Massot optó finalmente por presentarse de manera espontánea a declarar, no fue su primera opción: “acá hubo una especie de juego de minué porque en realidad al principio es la negación de los hechos, la indiferencia, silencio total, nunca se publicó nada respecto a los juicios, no se publicó esta imputación que se le hizo a La Nueva Provincia en 2012, y recién tenuemente, cuando esto se fue instalando fuertemente en Bahía Blanca, que es una ciudad que estuvo muy formateada por las corporaciones tanto militares como económicas y mediáticas en el caso de La Nueva Provincia y el monopolio que tenía con el canal de televisión y la radio LU2, cuando esto ya se fue instalando tan visiblemente, Massot tuvo un gesto de decir ‘no, voy yo a declarar porque no hace falta que a mí me convoquen’, pero fue cuando se dio cuenta de que tarde o temprano iba a ser citado, los fiscales venían insistiendo para que esta situación se diera y ahora falta el cambio de calificación para que pueda ir no como mero declarante sino como imputado”, explicó el ex fiscal.
Respecto al rol de La Nueva Provincia durante la última dictadura, Cañón especificó: “recuerdo que le tomamos declaración al general (Adel) Vilas (titular del V Cuerpo de Ejército), que estuvo detenido y preso en 1987, y él decía por ejemplo que en un enfrentamiento, que en realidad era la muerte de un prisionero que lo ponían como muerto en un enfrentamiento fraguado, emitían luego un comunicado diciendo que habían caído abatidos cinco extremistas. Yo le pregunté por qué publicaban esto si en realidad como él afirmaba habían matado o muerto en el tiroteo uno solo, y él decía que ponían a cinco, es decir agregaban a cuatro que retiraban en camillas, por acción psicológica, primero para confundir al enemigo y segundo para difundir miedo en la población. Hay un reglamento que él acompañó, un reglamento de acción psicológica, que decía que hay que instalar el miedo en la población y cuando el miedo se difunde se llega al terror, y cuando el terror está instalado la población puede ser manipulada en un sentido o en otro. Esto está en los propios reglamentos militares, lo declaró Vilas, y operaba La Nueva Provincia con estos comunicados falsos dándole verosimilitud a todo esto a través de una difusión pública, sabiendo que eran falsos y preparados de antemano por esta inteligencia militar en este plan de exterminio. Entonces hay una serie de evidencias que demuestran cómo actuó en la guerra sucia La Nueva Provincia, que no solamente avalaba la metodología sino que funcionaban en el plan de exterminio trabajando para los militares”.
Vicente Massot continuó siendo vocero del accionar represivo incluso con la llegada de la democracia. Durante los años ’90 tuvo un rol público de alta exposición, fue asiduo invitado a programas periodísticos como el de Bernardo Neustadt, donde defendía el papel del Terrorismo de Estado; pero además llegó a ser viceministro de Defensa del gobierno de Carlos Menem, cuando Oscar Camilión encabezaba esa cartera: “fue el que impulsó los ascensos de (los capitanes Antonio) Pernías y (Juan Carlos) Rolón, dos torturadores de la ESMA, justificando la tortura a cargo de esta gente. Allí fue cuando se produjo la renuncia, según él, porque no quiso comprometerlo al ministro de Defensa y se hizo cargo de esto. También están sus editoriales en La Nueva Provincia haciendo panegíricos de la tortura; y hay una grabación que está circulando en estos días, un reportaje periodístico de hace un par de años en el que él dice que en ninguna guerra se actúa con métodos limpios, que nadie va a jugar a perder y él considera que lo que hicieron los militares en el terrorismo de Estado era una guerra sucia y por lo tanto no se le puede pedir pureza y limpieza en los procedimientos, y que la ilegalidad es comprensible porque en toda guerra ocurren estas cosas, con lo cual está avalando la metodología ilegal, clandestina, el secuestro, como lo manifiestan los propios comunicados que publicaba La Nueva Provincia”, agregó Cañón.
Al ser consultado sobre el lugar que ocupa hoy el diario La Nueva Provincia en Bahía Blanca, Cañón, que es oriundo de esta localidad bonaerense, especificó: “ha perdido muchísima presencia tanto por el desarrollo de medios alternativos, las FMs, la aparición de diarios como el Río Negro de General Roca que ha ocupado un espacio en el Alto Valle y también en toda la Patagonia, donde antiguamente llegaba La Nueva Provincia. Luego se rompió el monopolio porque el canal de televisión pasó a estar en manos de otras gentes, y le ha quedado la radio oblicuamente y el diario con un tiraje muy bajo, hay por allí unos pactos políticos con algunos caudillos locales de Bahía Blanca que le garantizan ciertas publicidades que más o menos sostienen al medio, pero ha reducido su capacidad de venta y de algún modo hay algunos sectores que por ejemplo lo compran por el suplemento de Deportes, otros por necrológicas, otros por los avisos clasificados, y unos pocos lo toman por las noticias de índole local, así que realmente ha perdido mucha presencia, pero de todos modos el perfil del bahiense aún sigue ‘respetando’ a este medio como si fuese un poco el oráculo de esta ciudad, que es una ciudad sitiada –como dicen algunos amigos– con la Base Naval de Puerto Belgrano, el Quinto Cuerpo del Ejército, la Jefatura de Prefectura Mar Argentino Norte, la jefatura de Zona 5 de Gendarmería, y una iglesia muy conservadora y muy afín a esta ideología”.

El 24 de marzo y los derechos humanos de ayer ¿y de hoy?

En el marco de un nuevo aniversario del inicio de la última dictadura cívico militar, Hugo Cañón afirmó que el 24 de marzo tiene que ver con “el golpe de Estado, el exterminio, un plan de genocidio en Argentina que es único, inédito”, y consideró que hablar de la violación a los derechos humanos hoy, en este particular momento, no es lo oportuno: “por supuesto hay que trabajar en lo cotidiano las violaciones a los derechos humanos que hay y que tienen que ver también con la herencia de la dictadura militar, porque todavía las fuerzas policiales y de seguridad del país siguen con el formato militarizado, vertical, con una estructura corrupta, de recaudación ilegal que está vinculada al delito complejo con dominio del territorio”, manifestó.
En este sentido, se refirió a los atentados sufridos por un compañero de la Comisión Provincial por la Memoria, que trabaja además en el Centro de Participación Popular Monseñor Enrique Angelelli de Florencio Varela: “ya tiene dos denuncias de parte del intendente porque está acompañando a los vecinos en el reclamo de tierras. Estas son violaciones a los derechos humanos de hoy, o el caso también de Luciano Arruga que es un método de reclutamiento de la policía para robar para ellos. Esto es lo que hay que poner en evidencia porque justamente la llamada inseguridad que estamos viviendo hoy es una nueva bajada de línea de Estados Unidos que, así como en los setenta fue la Doctrina de Seguridad Nacional, hoy es la Doctrina de Seguridad Ciudadana y apunta a instalar el miedo como hacía referencia antes al reglamento militar de Vilas o de los militares de esa época, a instalar el miedo y el terror para poder manipular a la población, instalar la idea de que el control de la llamada seguridad se hace a través de métodos de guerra, y es la nueva guerra moderna contra los pobres, los excluidos, los marginados, los que viven en las villas más postergadas de nuestro país y desde ahí controlarlos a través de métodos militarizados y con las fuerzas policiales. Los golpes de Estado modernos no se hacen como antiguamente con los militares, sino que se hacen con las fuerzas policiales como se intentó  con Evo Morales en Bolivia y con Rafael Correa en Ecuador, y otros golpes que se han dado exitosamente a través de fuerzas civiles como el caso de Honduras con la complicidad del poder judicial, y también con la complicidad del poder legislativo en Paraguay con la destitución de Lugo, así que tenemos que estar muy alertas porque estas policías hoy día son los que hacen los llamados golpes blandos y que quiebran los sistemas institucionales de los países del Cono Sur a través de estos mecanismos del control ciudadano con la militarización de las fuerzas policiales y de seguridad”, reflexionó Hugo Cañón, al referirse a las lineamientos y bajadas de línea que rigen el accionar de las fuerzas de seguridad y que marcan una continuidad con las prácticas durante el Terrorismo de Estado.

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