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Vicente Zito Lema: “Ser parte de la lucha amorosa contra los que destruyen la vida todavía me atrae”

Escrito por el mayo 3, 2015


Zito Lema representando su obra
teatral sobre Darío y Maxi.

(Por La Retaguardia) El escritor, poeta y militante de derechos humanos se está recuperando de una operación de corazón a la que se sometió hace 3 meses. Ya volvió a dar clases y se encuentra presentado los dos volúmenes de “Todo es teatro. Obras Completas 1970-2015”. En una extensa y profunda charla con este poeta interminable hablamos de su pasión por la vida, de sus diálogos con la muerte, del arte como herramienta para el cambio social, y también de su amor incondicional por su familia y por Racing Club.

A Zito Lema cualquier pregunta puede dispararle una respuesta tan extensa como interesante. En este caso, el disparador fue hablar sobre Todo es Teatro: “Yo empecé a escribir teatro en esos años, 1970, cuánto hace ya, y de ahí datan mis primeras obras, mis primeros poemas escénicos. Es una tarea que seguí desarrollando hasta estos días porque la última obra la escribí precisamente en este 2015, “El hombre de la laguna”, que es una obra basada en la irrupción violenta de la Policía Metropolitana, del laureado señor Macri, en el Hospital Borda, y a partir de esa irrupción violentísima, violatoria de los derechos humanos y de cualquier sentido común que implica entrar con armas en un hospital psiquiátrico, escribí esta obra y con eso se culminó el libro. Son dos volúmenes de unas 1000 páginas en total, lo que puede asustar, y a mí también me asusta haber escrito tanto, porque aparte está todo lo que he escrito en poesía, filosofía, psicología, así que a veces es como si tomara cuenta que la mayor parte de mi vida, cuando no hablo para dar clase o esas cosas, escribo, o sea que muy poco tiempo pareciera que he dejado para otras cosas, pero no, porque también he militado activamente con mi generación en la política, y a la vuelta del exilio en el campo de los derechos humanos. Estoy conforme con mis 75 años de vida. Y también quiero marcarlo porque es justo, que estos dos tomos del libro se publican por una editorial, pero no una comercial, es la editorial universitaria, en este caso es la Universidad de Río Cuarto la que saca la obra, lo cual fue realmente un empeño porque fueron más de dos años de trabajo buscando las obras, organizándolas, yo con ellos y también con el apoyo de Regina, que es mi mujer, que trabajó duro porque había muchas obras que alguna vez se habían publicado en libros, otras obras cortas habían aparecido en revistas, pero también había poemas escénicos que estaban publicados en revistas literarias, esas hermosas y de corta vida revistas literarias, así que se juntó todo el material; también reflexiones mías sobre las relaciones entre el arte y la política, el arte y la pobreza, el arte y la locura, y el arte y los espacios carcelarios, también mi teoría de cómo se construye arte con un sistema que yo llamo antropología teatral poética. Todo ese conjunto son estos dos tomos que la verdad que la Universidad ha hecho un trabajo muy fuerte y, doy fe, sin ninguna voluntad económica.

-LR.: ¿Qué es el arte para un militante político y social como vos?

VZL.: Es complejo, yo tengo una visión esperanzadora pero no en el sentido de una esperanza tonta, sino de una esperanza dialéctica o de una esperanza planificada como alguna vez nos enseñó Enrique Pichón Rivière. No la esperanza de fe, esperanza y caridad de la virtud teológica que es como mantener una esperanza pero como dejándola en manos de que los otros te resuelvan tu problema, si los ángeles y los dioses existen, y no me meto en ese mundo, soy muy respetuoso de las creencias, pero si existen en general no se ocupan de las cosas dolorosas y cotidianas, de las que tenemos ejemplos dolorosísimos todos los días, pienso en los dos chicos que han muerto en la Ciudad de Buenos Aires en una fábrica clandestina, en pleno barrio de Flores, quemados con una muerte espantosa, y donde ya eso desapareció de los medios de comunicación, porque entre otras cosas no hay que molestar a las autoridades metropolitanas, por más que en las denuncias queda claro que el Gobierno de la Ciudad estaba enterado de la situación de clandestinidad de esas fábricas y de esclavitud de la gente que está ahí, de la gente grande y de estos dos niños de 7 años, 9 años. Este es un hecho de crueldad y contra eso no hay esperanza que sea quedarse con los brazos cruzados, hay una esperanza en movimiento, esa esperanza en movimiento que yo trato de tener siempre me lleva a creer, a sostener, a luchar por un arte como un arma para cambiar el mundo, conocemos esa hermosísima frase de la poesía española republicana, de Cernuda, el gran poeta, “la poesía es un arma cargada de futuro”, y esto fue escrito en medio de la guerra civil; en nuestro país en este momento no hay ninguna guerra civil, pero también hay una fuerte lucha entre los sectores más humildes de la sociedad y aquellos sectores que hacen de la humildad una fuente para su riqueza. ¿Y qué hago yo en esa lucha? Aprovecho todo espacio que tengo, público y privado, de amigos y de no amigos, para hablar de estos temas, y cuando escribo si bien tengo conciencia que mi lenguaje es poético, lírico, que no son panfletos, también creo que lo mejor que puedo hacer desde el punto de vista técnico, teórico, y con un esfuerzo que me lleva muchísimo, trato de registrar los momentos más crueles de una sociedad cruel. Yo no hago arte para entretenimiento, hago arte para – si es posible – contribuir a sacudir las conciencias, llegar lo más que puedo a fondo desde las armas del arte, de situaciones en la más máxima tensión y conflicto, y ahí está mi obra. Y de golpe se da que ustedes me llaman y tengo todo el espacio para decir las cosas, pero también es cierto que en medio de la propia Feria del Libro (donde presentó su libro el viernes 1º de mayo acompañado por Alfredo Grande) voy a decir esto mismo, u otra frase pero siempre con el mismo concepto, y me han invitado para el domingo próximo de Radio Nacional que me van a dar el programa completo de ese día, creo que son como dos horas para que hable de mi obra, y lo haré con el mismo tono que estoy hablando acá, yo no hablo de una manera en un espacio y de otra en otro, siempre creo que si uno se toma en serio el ser un artista o un intelectual o un luchador de los derechos humanos siempre hay espacios, grandes o pequeños, y en todos hay que tratar que nuestra voz esté clara, porque que te escuche un chico, si es posible joven, que todavía está ahí tanteando cómo es la realidad, desde dónde puede andar, hay que alentarlo a que lo haga y lo podemos hacer, a veces con ideas, pero a veces también abriéndole puertas, especialmente los que de una forma u otra ya llevamos unas cuantas décadas si no abriendo las puertas de la realidad, por lo menos asumiendo la dura y hermosa tarea de tirarnos de cabeza contra esa puerta; si la rompemos, si la abrimos bien, si nos queda la cabeza rota son gajes del oficio.

El arte, los trabajadores y el mundo deshumanizado

-LR: En general, las sociedades capitalistas le tienen vedado a los trabajadores el acceso al arte, es como que para los trabajadores está Tinelli y ese tipo de cosas, pero para vos esto no es así, ¿cómo se hace para alcanzar, para llegar a la clase trabajadora?

-VZL: Primero respetándolos en su profunda humanidad, teniendo claro que no hay que tratar de escribir para los trabajadores como si hubiese como un trabajo menor, yo creo que hay que trabajar siempre con la mayor profundidad, y a la par hay que hacer la tarea, que no es fácil pero sí posible, de ir con nuestra creación, con nuestro trabajo artístico, intelectual, allí donde están ellos, porque ese es el otro tema, no siempre por un montón de circunstancias incluso que hacen a una orquestación para que la clase trabajadora realmente no tenga todas las posibilidades de ser sujeto total de la cultura, siempre tienen como que hacer un esfuerzo doble porque desde el inicio del proceso cultural tienen trabas. No es lo mismo, vamos a ser duros con uno mismo, mis 4 hijas que se han criado en una casa donde los libros están en las bibliotecas pero también arriba de la mesa, de la silla, están por todas partes, como cuando alguien tiene su familia que se dedica a la carpintería, hay martillos y madera por todas partes y es un oficio hermoso, pero el escribir también es un oficio hermoso y de golpe hay gente que nace en ese medio y le resulta más fácil, pero si nacés en un ambiente más humilde o en una familia que no tiene una tradición por el libro… yo vengo de familia que amaba a los libros, yo amo los libros, entonces es normal, no es un gigantesco esfuerzo que mis hijas hoy den clase en la universidad o pinten, hagan teatro o música, les fue más fácil. La riqueza sin riqueza económica pero en un ambiente cultural propicio, pero cuando eso no es tan fácil, es ahí donde hay que tener la mirada y procurar primero que nada contribuir para que el otro haga arte, porque la pintura, la música, la poesía, el teatro no están destinado a que sea una tarea por un sector social solo, como alguna vez los escribiera Marx, la poesía debe ser hecha por todos los hombres porque el arte junto con el trabajo, o el arte como forma más libre, creativa, de todo trabajo, hace que el ser humano se totalice como criatura humana, humanizando el mundo, humanizando a los demás, así mismo, a todo lo que está vivo, y eso tiene que ser entonces como una tarea común. Pero también en la posibilidad real y concreta mientras uno contribuye lo más que puede a que el arte sea hecho por todos, también el arte que uno hace hay que tratar de que realmente llegue a aquellos sujetos que más amamos, en cuyos destinos estamos involucrados, y entonces hay que ir a donde la gente está. Hace poco estuve en la estación de tren de Avellaneda, llamada ahora con justicia Darío y Maxi por el asesinato de estos 2 luchadores sociales, montando en la calle una obra de teatro, y he montado obras en plazas, en fábricas, ahí en donde pude tener acceso a los que más merecen ser dueños del arte, ahí he ido y voy a seguir yendo. Y si me permiten cito a Vincent Van Gogh, el genial pintor socialista, trabajador, que alguna vez escribió en una carta: ‘el arte es demasiado importante para que solo tengan acceso a él los que ya son dueños de todo, los artistas tendríamos que tomar nuestras obras de arte e ir si los trabajadores no vienen a nosotros, ir nosotros a donde están ellos y directamente darles aquello que hemos hecho’. Incluso él hablaba de dejárselos, de dar sus cuadros a los trabajadores, eso que para algunos puede parecer utópico, romántico, yo creo que es una realidad gigante como esperanza dialéctica, como algo que tiene que ser, a lo que hay que llegar, porque si el mundo no se humaniza el mundo directamente deja de ser  humano. Cuando digo humaniza hablo de que todos los bienes materiales y espirituales tienen que estar realmente distribuidos de acuerdo a un mínimo amor o a una mínima justicia, que todos tengan acceso real, concreto, grupal, amoroso, a las producciones más profundas del espíritu humano, pero insisto en que no sólo como espectadores, lectores, escuchas, sino que realmente la posibilidad de producción se socialice, es decir que todo aquel que realmente ama el arte tenga acceso a conocerlo y a producirlo.

Salud y fraternidad

Zito Lema fue sometido a una operación a corazón abierto. Si bien podría decirse que siempre tuvo el corazón abierto, esta vez no fue metáfora y su vida estuvo en riesgo.

-LR: ¿Cómo estás de salud? Venís de un post operatorio, y tus 75 jóvenes años me parece que no estaban acostumbrados a pasar por un momento así…

-VZL: Me parece que hay que decir las cosas con claridad, una vida dura se paga; yo no estaba bien, mi corazón estaba mal y los médicos me plantearon que me quedaban dos opciones, o terminar mis días o ir a la mesa de operaciones. Amo la vida, amo mucho a mi mujer, a mis hijos, a mis amigos, por más que tenga 75 años creo que todavía el ser parte de la disputa amorosa contra los que destruyen la vida es algo que me atrae, y para poder seguir vivo, con conciencia y con amor, porque además cuando estás muy enfermo, empezás a andar mal la cabeza, estás como hablando todos los días con la muerte, y eso no está bien, así que acepté una operación a cielo abierto de corazón, que duró 5, 6 horas pero para mí fue también una muestra de fraternidad porque mucha gente, muchos jóvenes, que se enteraron fueron a darme sangre, así que ahora tengo mucha sangre joven en mi cuerpo. La operación fue dura, difícil, pero bien, y ahí doy gracias a nuestro gremio, el de periodistas, porque yo hice lo que me corresponde como trabajador, en este caso afiliado de muchos años al gremio de prensa, me operé en las condiciones de todos los trabajadores de prensa, ahí en donde me tocó, un hospital público donde me trataron muy bien, y estoy feliz por mi coherencia, porque si bien, no lo puedo negar, por ser una persona más o menos pública me habían ofrecido algunos otros espacios más privilegiados, yo usé las prerrogativas de ser lo que soy, un trabajador de prensa porque vivo trabajando en medios, y un escritor, militante. Y todo bien, me han tratado bien, después con grandes amigos, como Alfredo Grande que vino todos los días del primer mes – donde yo estaba en peores condiciones – a charlar conmigo, a alentarme. La fraternidad existe, y ahora ya van tres meses y he vuelto a dar mis clases en la universidad pública, hablo con los compañeros por radio, y ahora me han invitado a un congreso de arte y derechos humanos en Venezuela y voy a ir porque hubo épocas en que era más fácil la vida en Venezuela, pero ahora es más difícil para el espacio de cambiar el mundo y creo que ahora es donde uno tiene que poner más el cuerpo, así que aunque no me sentía del todo bien para ese viaje, ante la insistencia de los amigos de Venezuela voy a ir a participar de ese congreso. Es lo que me corresponde a esta altura de mi vida. Y sigo escribiendo, o sea que en eso estoy bien, sigo con la dicha de estar con mis hijas y mi mujer.

L. R.: Esto que dijiste de que estuviste hablando todos los días con la muerte, ¿es una licencia poética?
V.Z.L.: No, estaba mal realmente, el corazón estaba averiado y si no se lo reparaba no había muy buen augurio, así que lo hemos reparado, ahora soy Frankenstein, me han sacado venas de las piernas y las han puesto en el corazón y según los médicos eso como que me garantiza que aunque ande medio estropeado de chapa y puntura, estoy con motor de nuevo bien, hoy he caminado como 30, 35 cuadras para ver cómo andaba y bien, y antes ni aunque quisiera llegaba a 5, porque el corazón no quería, así que estoy mucho mejor.

-LR: Son verdaderos artistas al servicio de la humanidad también los médicos que hacen esas cosas.

-VZL: Realmente, y el médico que me operó, con risa o sin risa, me contó que ahora en China lo hacen como más fácil: le sacan arterias y venas a los cerdos y las ponen en el corazón humano, entonces por ese lado te evitás parte de la operación, que te deja marcas, en mi caso yo soy hombre pero para las mujeres, a todos nos gusta que cuiden su cuerpo, el símbolo de la belleza, te cortan tanto que yo parezco Frankenstein, la verdad es eso, entonces a lo mejor si te ponen todas esas cosas de los cerdos, bueno, es como más fácil. Pero está la parte romántica, cómo le decís luego a tu mujer que te entregue el corazón cuando ya también hay parte del chancho con sus venas andando por ahí. No sé si parecerá medio chiflado lo que estoy diciendo, pero yo prefiero andar con las cicatrices de Frankenstein y que sean arterias y venas humanas las que estén en mi corazón racinguista.

-LR: Además son cerdos chinos que comen nuestra soja… no parece muy saludable…

-VZL.: (Risas) Ese es el tema; uno se ríe, pero desde el punto de vista científico seguramente será un adelanto porque no todas las personas de golpe pueden, no sé, tenés problemas en tus piernas, y tus venas, arterias no sirven, o te las dan de otro cuerpo humano y ahí también lo que es la ciencia o tomar las de un animal… pero estamos llevando una conversación un poco loca, más propia de mis obras de teatro, pero hay algunas que son duras, donde yo justamente toco este tema del cuerpo convertido en pura mercancía, porque sabemos que se compra todo, que la gente que tiene mucho dinero es capaz -aún sabiéndolo- de aprovechar que matan, la doctora Giubileo en una época hizo denuncias sobre el Open Door, ese psiquiátrico en la zona de Luján donde mataban a internos para sacarles los órganos y venderlos, y también la hermana Pelloni ha hecho denuncias de chicos que desaparecen en la zona de Misiones y que desaparecen para quitarles órganos que luego se venden por cifras realmente altísimas, porque hay un monstruoso comercio de órganos que a veces son sobre personas que venden parte de su cuerpo y quedan con lo que les queda o directamente son asesinados de una de las formas más monstruosas con fin de convertir ese cuerpo en mercancía pura. Y otra vez volvemos a la atrocidad de un mundo que si no tuviéramos la voluntad de cambiarlo, si no lo cambiamos, si no luchamos, entonces diríamos casi con el extremo de que no merece seguir…

Las estrellas celestes y blancas

El 1º de mayo, Vicente Zito Lema presentó los 2 volúmenes de “Todo es teatro. Obras completas 1970-2015”, y una de las personas que lo acompañó fue Alfredo Grande: “Le he pedido que me acompañe, porque así como me acompañó en los momentos peores de refacción mental y física, también es justo que me acompañe él en estos momentos de alegría porque que salgan 1000 páginas de teatro para mí es como mucho, y estoy feliz y quiero compartirlo con él y todos los amigos”. Grande acompañó a Zito Lema durante la internación previa a la operación. Cada día, Alfredo estuvo ahí, con su amigo Vicente.

-LR: Tus diálogos públicos con Alfredo se están convirtiendo en un clásico…

VZL: Síi, ¿no? A él le falta algo: no va a recibirse de sabio, ya se lo he dicho, si no se hace hincha de Racing, es el último salto que tiene que dar, pero se enoja y pone cara como que soy un loco suelto, claro, es el psiquiatra y no quiere ser hincha de Racing, pero tiene que hacerlo, se lo he pedido varias veces.

-LR: Quizás parte de su sabiduría pase por no hacerte caso en eso… ya bastante sufrimiento la vida para además hacerse hincha de Racing…

-VZL: Sí, pero los otros días en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde tengo una cátedra de Arte y Pensamiento Latinoamericano, me hicieron un homenaje sorpresa muy lindo. Sabían lo de mi operación y cuando volví a dar clase me pidieron que fuera más temprano, fui y las autoridades de la universidad habían preparado todo para que pudiera ir a la cancha de Racing de sorpresa. Pasé por el vestuario, entré en la cancha, me dieron una pelota de fútbol, metí un gol, grité varias veces ‘Viva Racing’ donde retumba todo, le di unos cuantos besos a la propia cancha y como regalo sacaron un pedacito de césped y me lo dieron, eso hace que yo sienta que el proceso de rehabilitación avanza a pasos agigantados y que todas las estrellas se conviertan en celestes y blancas aún en medio de la tormenta más profunda y siniestra.

Le agradecimos, nos despedimos. Antes, nos dejó un mensaje: La Retaguardia, en el sueño de ser vanguardia. Y se fue, obligándonos a pensar, que no poca cosa.

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Opiniones
  1. GRAMAZZA   /   mayo 3, 2015, (12:02 pm)

    Se engalanó La Retaguardia por su presencia y por darnos la noticia de esta obra, y es lógico que es esté conforme con su vida
    SU PALABRA SIEMPRE ESTÁ COLMADA DE UNA GRAN PROFUNDIDAD Y CONTENIDO FILOSÓFICO Y POÉTICO Y CON GRAN TERNURA Y ESPERANZA Y MILITANCIA

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