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Viva Perón, ¿cuál de ellos?

Escrito por el septiembre 21, 2016


“Hoy no hay izquierda en el peronismo”, dijo Eduardo “Negro” Soares al analizar la experiencia peronista dentro del amplio abanico de derecha e izquierda. Fue durante el programa radial de Radio La Retaguardia, Sueños Posibles, conducido por Alfredo Grande e Irene Antinori que tuvo como presentación el título de esta nota.  (Por La Retaguardia)

“Dejemos de lado la discusión con Markus, personaje recalcitrante, porque ya basta con mi respuesta -dijo, en el marco de recientes acusaciones por parte del economista-. Sobre tu pregunta (Viva Perón, ¿cuál de ellos?), empezaré por el final: hoy no hay izquierda en el peronismo, no hay un peronismo revolucionario ni grupos de izquierda en el peronismo. Lo digo tajante y contundentemente, ¿por qué pasa esto?, porque aunque sí hubo durante un tiempo organización de izquierda dentro de sus filas, lo mismo que hubo un claro enfrentamiento, primero objetivo, de clase social, entre patrones peronistas y obreros peronistas, allá por la década del ’40 y la del ’50, sobre todo a partir del proceso que se inicia en el ’45, esto fracasa. Incluso dentro del propio gobierno, donde Evita fue expresión de todo eso. Momentos en los que un sector de la dirigencia sindical de la CGT fue corrida por Perón”, apuntó.
Esta situación explica, según Soares, que “la resistencia peronista fuer encabezada sólo por uno de los sectores del peronismo: la clase obrera; y no la burguesía. Esos patrones peronistas, originados por el propio Estado peronista, se aliaron con el imperialismo yanqui ni bien cayó Perón. A partir de allí, se da un proceso que dura casi 20 años, al que podemos situar entre el ’55 y el setenta y algo, donde el sector del peronismo objetivamente obrero, empieza a  dar nacimiento a distintos factores subjetivos”, continuó Soares, mientras aclaró la aplicación de determinados conceptos para analizar la realidad, empleados desde su organización Convocatoria Segunda Independencia: “Estoy hablando en términos marxistas, materialismo histórico y materialismo dialéctico. Esto ofende a muchos, y lamento que ello ocurra con quien no aplique esta metodología de análisis”.

Conciencia de clase y transformación social

Soares remarcó que “una cosa es el obrero peronista del ’45 al ’55, con conciencia de clase, y otra cosa es aquel obrero del ’57, ’58, ’60, organizándose con otros obreros, no ya para pelear aumento de sueldo o bienestar salarial, sino para tomar el poder y construir el socialismo en la Argentina. Estos intentos hechos por nuestros abuelos y padres -desde el punto de vista generacional- desemboca hacia fin del ’60, comienzos del ’70, en las organizaciones armadas tal como las conocimos, aún en los momentos de la derrota. Ese largo período hace posible que la lucha de clases que se daba en términos objetivos: un obrero peronista con un patrón peronista, en la década del ’40 y principios del ’50  se ve ya en términos subjetivos, ideológicos y políticos, organizaciones que pretendíamos tomar el poder y construir el socialismo en la Argentina, y que por más que tuviéramos del peronismo la identidad política, éramos independientes de sus estructuras oficiales, incluyendo a Perón, a quien enfrentamos con todo lo que teníamos. Sobre todo a partir de cuando el ex presidente empezó a definir un proyecto completamente distinto a aquel que esbozó cuando lo trajeron al país. Fue uno de los primeros en decretar la ley antiterrorista -recordó Soares-; fue también quien volvió a plantear el Pacto Social. Claro, una cosa fue en el ’47-’48, y otra cosa fue plantearlo cuando estábamos los Montoneros; no se lo íbamos a permitir de ninguna manera, ni siquiera al propio Perón que intentaba llevar adelante un proceso de reconciliación de clase”, enfatizó el abogado militante. “Porque, además, lograr ese fifty-fifty ni siquiera tiene que ver con la esencia del peronismo. Y menos le íbamos a permitir la sanción de leyes antiterroristas para que nos persiguiera; por eso lo criticamos, por eso nuestros 8 diputados renunciaron”, dijo en relación a la ruptura que encabezó Rodolfo Ortega Peña, poco tiempo después asesinado por la Triple A.
“A partir de allí -continuó-. se inició una lucha en todos los frentes, incluso en términos militares. Esa lucha, preludio del golpe de Estado, iba de a poquito escorando a favor nuestro, de los sectores populares y revolucionarios del peronismo. Aun al haber tenido muchas pérdidas, muchas bajas, con las AAA y López Rega, el nivel de desarrollo de fuerza que habíamos logrado las organizaciones de izquierda peronista fue muy grande, y no fue fácil”.
Soares explicó que esa lucha de clases fue resuelta “por el imperialismo mediante el golpe militar. Entonces, triunfante el proyecto capitalista dentro del peronismo, es decir, el de la burguesía, el de la burocracia peronista, y derrotado nuestro sector, el sector de la izquierda peronista que petendía -y aún pretendemos, al menos desde nuestra organización- construir el socialismo, aquel proyecto fascinante en el que el peronismo sería el vehículo para la construcción de una sociedad sin clase, de una sociedad sin explotadores ni explotados, se producen dos situaciones. Por un lado, no tiene más sentido la identidad peronista. ¿Por qué voy a tener la misma identidad que tienen hoy Gioja, Boudou, Scioli, la misma Cristina Kirchner?”, quienes representan distintas variantes del capitalismo, explicó el abogado. “Por el otro, justamente ocurrió que triunfó la expresión del capitalismo, llámese Menem o llámese Kirchner, no porque sean iguales, sino porque son luchas por el poder dentro del capitalismo  en cualquiera de sus variantes; como ocurre con la supuesta renovación de intendentes y gobernadores dentro del peronismo. Ninguno se plantea la construcción de una fuerza autónoma de las estructuras oficiales que toma el poder en la Argentina, y construye una sociedad sin clases; por eso empecé por el final”.

Viva Perón, ¿cuál de ellos?

En respuesta al interrogante que titula esta columna, Soares dijo: “No tengo idea, pero el Perón que vino a la Argentina no fue el mismo Perón que nos enfrentó, y no sólo a nosotros, enfrentó a la clase obrera y al pueblo; intentó producir un pacto social que retrotraía conquistas importantes. Nombró al comisario Villar como jefe de la Policía: un torturador, represor y asesino de cuantas dictaduras militares hubo; además, fue el peronismo quien nombró a Videla, Massera y Agosti. El propio Perón destronó (1974) a Cámpora, a Bidegain (Buenos Aires) y a Obregón Cano (Córdoba) -presidente y gobernadores electos por el voto popular- por el sólo hecho de ser gente ligada a nosotros”.

“Hay izquierda peronista pero no peronismo de izquierda”

La frase, expresada por Alfredo Grande, es analizada por Soares: “Existe un peronismo de izquierda; en el sentido de que hay laburantes, sectores de clase, nacionales y populares, con identidad peronista, que luchan por un tipo de país como el que nosotros queremos; pero no hay una izquierda peronista porque esos sectores no están organizados políticamente para llevar adelante ese proyecto”. Y aclaró que “los que están con La Cámpora, D’Elía o Boudou; no son esos sectores… Sí, estoy de acuerdo con tu frase de esta manera: ‘No hay una izquierda peronista; hay un peronismo de izquierda”.

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