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“Ser sobreviviente de Cromañón se volvió un estigma”

Escrito por el octubre 10, 2016


Así definió Ariel Cook a la masacre que se llevó puestas a 194 vidas y  dejó unos 4500 sobrevivientes como víctimas directas. El grupo Sin derechos no hay justicia, impulsa, otra vez, una ley de reparación a nivel nacional que permitiría a las víctimas acceder a un subsidio acorde a un salario básico y a tratamientos médicos y psiquiátricos en los distritos donde viven, el 80% en el Conurbano bonaerense. Sobre este punto, en el programa radial La Retaguardia, dialogó con Fernando Tebele y María Eugenia Otero.
(Por La Retaguardia)

Foto: Captura de video del comienzo de la masacre


La ley que se pudo aprobar

“Nuestro grupo se llama Sin derechos no hay justicia. Se formó hace poco pero venimos trabajando desde 2012 en la ley de Ciudad y de Nación. Nosotros cobramos un subsidio de 600 pesos durante diez años. En 2005, representaba casi un sueldo, que era de 800. Nos servía para nuestros tratamientos médicos, para los viáticos, para trasladarnos, para muchas cosas. Ahora quedó estancado, quedó fijo en 600 pesos hasta el 2012. Nosotros queríamos una ley para que ese subsidio se vaya recomponiendo con el tema de la inflación porque ya no representaba nada. También estamos con el tema de la salud. En 2005, todas las víctimas, tanto padres como familiares, como los sobrevivientes, tenían prioridad de atención en los hospitales de la Ciudad”, recordó Cook. “La gente de provincia podía trasladarse a la Ciudad y tenía prioridad y era atendida. Después, como la memoria es un poco selectiva, eso se fue olvidando. Salimos de la prioridad y ya no tenemos entrada a los hospitales públicos de la misma manera. Hay que sacar un turno, te demora dos o tres meses, a veces te lo dan inmediatamente porque te ayuda alguna médica como la doctora Chevel que es la que está en el programa Cromañón y trabaja en el hospital Santojanni. Trabajan todos sin sueldo, hacen un laburo magnífico”, informó.
Cook explicó que el proyecto de ley que quisieron hacer en un principio “también engloba lo que es la educación y el trabajo. Al quedar con secuelas, nos es casi imposible conseguir un trabajo, reinsertarnos en el mundo laboral. Quedamos aislados. Muchos chicos se suicidaron, otros sí o sí tienen que vivir con los padres porque no consiguen trabajo, otros están muy mal, algunos por el lado de la droga, otros con intentos de suicidio. Es todo un mundo que se complicó desde Cromañón para acá. Desde 2005 para acá se complicó todo. Los que tenían trabajo lo perdieron porque el gobierno de la Ciudad obligaba a hacerse el tratamiento psicológico y asistir. Eso está bien, pero en los trabajos tenían que pedir permiso y los echaban”, ejemplificó sobre las dificultades para llevar adelante una rutina tradicional. “De alguna manera, ser sobreviviente de Cromañón se volvió un estigma. Además se quedaban sin trabajo porque muchos estaban medicados con tratamiento psiquiátrico y eso provocaba que no pudieran responder de la misma forma. Tampoco podés estudiar porque no tenés la misma respuesta. Teníamos la traba de los remedios, hay muchos chicos que se están pagando los remedios porque el sistema hace que no tengan acceso. El 80% de los chicos eran de provincia, por ende todo el universo de los familiares, las madres, los padres, también”, informó sobre la procedencia de las víctimas y agregó: “esas personas no pueden venir a Capital siempre por el trayecto, por el estado en que están. Ya fallecieron cerca de 40 padres”.
Acerca de la ley agregó: “Quisimos una ley que englobe todo y la impulsamos en 2013 en la Ciudad de Buenos Aires y en el Congreso nacional. En Ciudad, primero nos apoyó toda la oposición, los que no eran del Pro. Necesitábamos, claro, los votos del Pro. Entonces plantearon que lo aprobarían pero por cinco años y 1200 pesos de subsidio. No se correspondía con la inflación si queríamos adaptar esos 600 de 2005. Para los padres ofrecían 2400 pesos. El subsidio es para gastar en lo que el gobierno nos tendría que dar: salud, transporte, remís, etc. 2400 pesos a lo largo del mes tampoco servía mucho. Aceptamos, porque si no no se votaba. Aprobaron todos”, contó.
Cook volvió sobre el origen de las víctimas: “Los familiares en Provincia quedaron indefensos porque era la ley votada en Ciudad, o sea que el acceso a los beneficios como salud era dentro del Programa Cromañón en la Ciudad. La gente de Provincia no venía. Después sacaron la farmacia que estaba en Mataderos para retirar la medicación, donde la gente apenas cruzaba la General Paz y retiraba los remedios. Quedó una sola farmacia en Corrientes y Suipacha, ¿se imaginan a las personas que están en Isidro Casanova, en Castillo, en Lomas de Zamora? No va. Se ahorran el 80% que no puede llegar y sostienen que ellos dieron lo que dice la ley. Sacaron la de Mataderos porque la gente de Provincia sí podía acceder ahí”, denunció.

La misma ley según de qué lugar la mires

“En 2013 presentamos en el Congreso de la Nación una nueva ley para que abarque a la provincia de Buenos Aires. El kirchnerismo estaba en ese entonces y no se pudo votar porque no lo aprobaban los diputados del Frente para la Victoria. Era casi el mismo proyecto que habían votado en Ciudad. Ese mismo proyecto quedó cajoneado en 2013 y lo volvimos a presentar en 2016 y la cosa se dio vuelta: ahora los kirchneristas nos apoyan y el Pro no. Cambian el discurso y quedamos alrededor de lo mismo. Lo que necesitamos es la ley nacional que ahora está en la Cámara de Diputados, tiene que ingresar en la comisión de legislación general. Les pedimos al diputado Fernando Sánchez y a (Daniel) Lipovetsky que lo traten y no lo hacen”, denunció Cook. Además, el sobreviviente aseguró que no les atienden el teléfono: “Primero nos atendió una secretaria, después nos cortó. No les interesa si nos morimos, si se mueren los padres, si se suicidan los chicos. Sí tenemos reuniones con otros bloques chicos y no perdemos la esperanza pero sabemos que a quienes tienen que impulsarlo no les interesa. Antes les interesaba a los del Pro, ahora no. Los chicos no están bien, no tienen un seguimiento psiquiátrico”, planteó. Además, Cook contó que son alrededor de 4000 los chicos con secuelas y “sólo 1500 están en un listado y cobran un subsidio mínimo. Hay 2500 que no se sabe dónde están, qué pasó con ellos. Es todo un desastre. Por eso queremos a través de proyectos de ley englobar todas las necesidades y buscar los apoyos. El proyecto es muy bueno, tiene trece puntos y solucionaría la vida de todos”.

Las secuelas del infierno

“Muchos de nosotros, por ejemplo, tenemos problemas respiratorios; yo desde 2005 tengo asma. Tengo el certificado de discapacidad, que antes no tenía. Tengo una obstrucción broncopulmonar severa y también sigo con tratamiento neumonológico, con corticoides y un par de cosas más. Hoy en día hay muchos chicos que están escupiendo negro como cuando dejás de fumar. No es tabaco, es lo cancerígeno de ese episodio, porque era una cámara de gas, no fue un incendio”, aseguró Cook. “No hubo llamas y fuego, se calcinaron los aislantes de sonido que adentro tenían ácido cianírico que es la cámara de gas de los nazis. Como no tiene olor, se empezó a inhalar, debilita el cuerpo, te caés y te morís en un minuto y medio. Los que se salvaron son los que quedaron abajo, porque el humo del ácido es pesado y no llega hasta abajo, tenés 10 cm. de aire cuando estás en el piso. También se salvaron porque muchos fallecieron sacando a otros porque la policía no los sacó, es más, la policía reprimía porque no sabía qué pasaba y pensaban que había disturbios. Gracias a los que volvieron a entrar es que no hubo 5 mil fallecidos”, aseguró Cook.

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