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Mario Rovere sobre la reforma de salud: “Se trata de dañar la universalidad del sistema”

Escrito por el octubre 30, 2017


En el marco de la discusión por la propuesta del nuevo sistema de regulación de la salud pública llamado Cobertura Universal de Salud, Cristina Varela y Luis Angió dialogaron, en el programa Oíd Mortales, con el ex viceministro de Salud y médico sanitarista Mario Rovere. (Por La Retaguardia)

Foto: Mario Rovere en Oíd Mortales (Archivo La Retaguardia)


“Lo primero a aclarar es que la centralización informática ya de por sí es un factor extremadamente riesgoso, porque la pregunta sería cuál es el interés, muy particularmente del Ministerio de Modernización, de contar con 15 millones de historias clínicas de lo que podríamos llamar la fuerza laboral de reserva de la Argentina. Es decir, ni más ni menos que 15 millones de desocupados que podrían en algún momento volverse a ocupar en forma estable. Esto significa, digamos, que como estamos en un gobierno de CEO’s, no hay ninguna garantía ni reaseguro de cómo se va a usar esa información porque no hay documentos que garanticen la privacidad de los datos”, aseveró Rovere. Para el ex funcionario, “esos datos son perfectamente comercializables en el mundo laboral. Hemos tenido hace poco un caso en el que una pareja que tenía asignado uno de esos UVAs inmobiliarios no pudo recibirlo porque el banco le negó el crédito porque uno de ellos tenía HIV. Cualquier persona que tenga una enfermedad estigmatizante podría quedar de por vida por fuera del mercado de trabajo. Eso es un componente de la CUS que no hay que minimizar y es una posibilidad que este sea uno de los verdaderos objetivos de la CUS donde se va a ir además muchísimo del dinero que supuestamente iba a ir para las provincias, que se va a quedar en el ministerio de Modernización”.

¿Qué hay de cierto en las recomendaciones internacionales?

“No es seguro que esto sea lo que define la Organización Mundial de la Salud, sino que hay un aprovechamiento del nombre. Esta CUS criolla tiene poco que ver con la Cobertura Universal, porque para hacerla se necesita dinero y el gobierno no está dispuesto a ponerlo. De lo que se está hablando es de una especie de fondo de seducción que sale del reparto de un fondo innominado que quedó de la seguridad social y con eso quieren comprar voluntades, pero nadie puede financiar un seguro con una transferencia de una única vez a las provincias. El problema fundamental es que la ciudad de Buenos Aires y la Provincia tienen su propia estrategia, también la provincia de Santa Fe y otras que son bastante independientes de nación porque, a grandes rasgos, utilizan sus propios recursos”, explicó. “La nación tiene una gran capacidad de seducción para las provincias pobres. En términos generales, éstas siempre aceptan el dinero de nación aunque, después, hacen con ese dinero lo que quieren”, señaló Rovere.

El trasfondo ideológico

“Para explicar un poco desde cero cuál es la filosofía de estos cambios, en general hay un principio que ha empezado a minar la filosofía de los sistemas públicos de salud que es que, si un Estado tiene tanto celo en garantizar el derecho a la salud, ¿por qué habría de hacerlo prestando servicios en lugar de hacerlo financiando a las personas para que vayan a donde quieran a atenderse? Es como si yo dijera, ‘bueno, si usted quiere educación universal para todos, en vez de hacer escuelas, ¿por qué no les da una beca a los alumnos para que vayan al colegio que quieran?’. Esto, más técnicamente, se llama subsidio a la oferta o subsidio a la demanda”, definió Rovere. “Cuando uno dice que el Estado va a empezar a subsidiar a los pacientes y ciertas prestaciones, en el fondo, lo que se está diciendo es, le voy a financiar su acceso a algunas prestaciones del sector privado y eso lo voy a financiar con quitas del presupuesto del sector público. Nosotros decimos: lo único seguro de un seguro es que el dinero va a ir a parar al sector privado. Esa es la filosofía de fondo pero disfrazada de libre competencia. Cuando el Estado pueda, bien, y después tendremos un financiamiento para trasladar al sector privado lo que no se pueda”, consideró el ex viceministro. Para Rovere, “esa es una parte, y la otra es que se piensa en un sector público y se lo describe como un sector pobre, de escasos recursos, para las personas de escasos recursos, y no es ningún sector pobre. Es el único que tiene una red prestacional de alcance nacional, que el sector privado no tiene. Así que aunque uno ingrese o tenga contacto con una salita o centro de salud, una unidad prestacional muy pequeñita, está toda la red prestacional por detrás y podríamos decir que la atención médica más compleja para varias áreas en la Argentina la tiene el sector público. Caso paradigmático, por supuesto, es el del Hospital Garrahan, por ejemplo, pero tenemos hospitales que hacen trasplantes, cirugías intraútero”, destacó. “Se intenta vender la idea de que los que no tienen cobertura de seguridad social, se cayeron, como dijeron de la educación. Los que no tienen una obra social, caen en el sector público. A veces obtienen mejores prestaciones que las que obtendrían por otra vía. De hecho se nota que un número importante de mujeres en Argentina deciden tener su parto en el hospital público a pesar de tener obra social”, retrató sobre el sistema de salud argentino.

La organización económica

“Hay un sistema de muchos años y quedó como un sistema de captación de recursos desde la época de Cavallo. Quedó porque el dinero de la seguridad social no entra directamente a las obras sociales sino a través de la AFIP. Cuando no está claramente direccionado se va constituyendo un fondo que hasta ahora no se había asignado y el cual sumó 29 mil millones de pesos y el gobierno nacional ya se quedó con la mitad. En la otra mitad empieza a comprar voluntades de los gremios. De hecho, se destrabó preelectoralmente la CUS nuevamente, que ya se había lanzado como un decreto el año pasado, como parte de los mensajes electorales y la paz social que se está firmando con la CGT”, denunció Rovere. “Sin lugar a duda, la CGT entra al juego porque se le está dando asiento para el manejo de esos fondos. Se restan ocho mil millones de pesos a ese fondo de redistribución que supuestamente iría a las provincias pero, cuando uno empieza a ver que una parte se va a quedar en hacer historias clínicas a nivel nacional y otra parte en hacer credenciales, uno empieza a dudar cuánto le va a llegar a cada provincia como aporte de única vez”, se preguntó.

La prueba piloto

“En el caso de Mendoza me da mucha pena porque Mendoza tiene un buen sistema de salud bastante influido por la experiencia chilena que llegó a tener también un buen sistema. En principio me asusta que la cobertura empiece por la provincia de Mendoza porque podríamos dañar un buen sistema de salud. Por otro lado, a un año del decreto de la CUS, empezamos con una experiencia piloto en una provincia y con dos centritos de salud dentro de esa provincia, con lo cual, la verdad es que en este momento, o hasta este momento, sólo tenemos una tapa de Clarín y La Nación. No tenemos ninguna otra cosa, no hay documentos serios para trabajar. Se saca por un decreto de necesidad y urgencia, todo esto es muy poco serio”, expresó. “Cuando se pensó cómo haría la cobertura universal en salud este gobierno, se apeló al antecedente de la cobertura porteña que claramente tiene esa orientación. No podemos saber todavía, porque no está claro el mecanismo de afiliación, pero sí hemos visto casos en otros programas que supuestamente eran universales pero se ejecutaban a través de los bancos y los bancos no les habrían cuenta a los extranjeros. Entonces, siempre hay posibilidad de alguna travesura de ese tipo porque efectivamente hay una gran hostilidad respecto a la mano de obra extranjera que contribuye a la riqueza de nuestro país”, señaló.
En el análisis de costos y beneficios, Rovere concluyó: “Entiendo que esto está por el momento produciéndole al gobierno un efecto paradojal porque mientras, de alguna forma, había muy poca discusión acerca del tema de salud, yo diría que en este momento se entró en un clima muy intenso de debate sobre el futuro del sistema de salud de la Argentina como consecuencia de estos anuncios que han puesto en pie de alerta en los medios y sectores que históricamente no han estado tan vinculados a la salud. Seguramente no era lo que el gobierno quería, pero lo está logrando”.

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