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Fuerte rechazo a la domiciliaria para el genocida Etchecolatz

Escrito por el diciembre 30, 2017


El ex director de operaciones de la Policía Bonaerense durante la dictadura, uno de los personajes más sanguinarios de la historia de nuestro país, volvió a su casa en el Bosque Peralta Ramos de Mar del Plata. Etchecolatz tiene seis condenas por delitos de lesa humanidad y en todas se le ha otorgado el beneficio de prisión domiciliaria, que se hace efectiva ahora. Aquí las voces de Virginia Creimer, la médica que rechazó su domiciliaria; Nora Cortiñas; Eleonora Alais, de HIJOS Mar del Plata; Marina Destéfani, hija de Silvia Suppo; la nieta recuperada Victoria Moyano Artigas, entre otras voces que se unieron en una sola idea: Si no hay justicia, hay escrache. El Concejo Deliberante marplatense lo declaró ciudadano no grato. La Retaguardia había anticipado que su nombre estaba en una lista de 110 genocidas que el gobierno pretendía mandar a sus casas con tobilleras electrónicas.(Por La Retaguardia)

Foto: La casa de Etchecolatz en el Bosque Peralta Ramos en otras épocas de escraches, en septiembre de 2005. (Marcelo Nuñez)

Los jueces del TOF N° 6, Fernando Canero, Julio Panelo y José Martínez Sobrino, se ampararon en el informe médico de los peritos que examinaron al genocida para justificar el beneficio, pero exceptuaron precisamente las partes donde los médicos recomiendan que el represor continúe en prisión porque su estado de salud es más controlable estando en el penal que en su casa, y aseguraron que Etchecolatz no es un enfermo terminal, no requiere internación y tiene movilidad parcial propia. Además, el juez Martínez Sobrino fue denunciado en el año 2010 por Abuelas de Plaza de Mayo por su presunta participación en la entrega irregular de un bebé apropiado durante la dictadura.
A continuación, repasamos las voces que sonaron en el programa Oral y Público de Radio La Retaguardia, conducido por Fernando Tebele y María Eugenia Otero, junto a Víctor Basterra y Paulo Giacobbe. Todas en contra del beneficio de prisión domiciliaria a uno de los genocidas más peligrosos de la Argentina.

El genocida en uno de los juicios exhibiendo un papel con el nombre de Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez en septiembre de 2006 luego de declarar contra él .


Virginia Creimer: “Fui perseguida y amenazada por decirle que no a Etchecolatz”

“Soy médica legista y cirujana. Hace 25 años que me dedico desde mi profesión y desde mi militancia a defender los derechos humanos. Uno de los tantos casos en los que tuve que atestiguar fue el de Etchecolatz. A partir de ese momento fui perseguida. Incluso estando Etchecolatz preso, fui amenazada de muerte y fui denunciada por el mismo Etchecolatz y por su perito de parte, el doctor Castex, por torturas, simplemente por hacer lo que el juez había solicitado para ver si Etchecolatz estaba en condiciones o no de tener una prisión domiciliaria. Claramente, en ese momento no tenía desde el punto de vista científico y médico las condiciones necesarias que había que reunir para tener una prisión domiciliaria. Eso fue lo que expresé y eso me costó una denuncia penal por torturas, más amenazas de muerte: un cuchillo ensangrentado en la puerta de mi casa mientras mi hija adolescente dormía en ella. Ese era el poder de fuego que tenía Etchecolatz desde adentro de la cárcel, donde ganaba campeonatos de ping pong y después se presentaba a los cuerpos médicos donde los guardiacárceles y las distintas autoridades del cuerpo médico judicial lo trataban con respeto y como a un superior. Si esa su capacidad de fuego estando preso, imagínense la capacidad de fuego que tiene quien comandó las fuerzas asesinas, genocidas, en la Provincia de Buenos Aires, estando en su domicilio. Nunca Más. Esto no podría haber ocurrido, porque ya dijimos Nunca Más”.

Nora Cortiñas: “Es una humillación al pueblo”

“Hay una nueva nieta recuperada. Ese es el fruto del trabajo de todo este pueblo que no baja los brazos. Las Abuelas no paran. Todas las abuelas que buscan a sus nietas y nietos. Eso se contrapone con la funesta noticia que le dieron domiciliaria a Etchecolatz. Genocida triple, cuádruple. Está acusado de un montón de delitos y lo trasladan a Mar del Plata. Es una humillación al pueblo. Es la justicia y el Gobierno. Hay una campaña”.

Eleonora Alais, HIJOS Mar del Plata

“Nosotros estamos acostumbrados porque, si bien no se le da mucha prensa, tenemos muchísimos milicos acá con arresto domiciliario. Etchecolatz se suma a la larga lista. No sólo tienen arresto domiciliario sino también la posibilidad de tener vacaciones, como en algún momento se ha hecho público, y eligen Mar del Plata para venir estando detenidos. Los presos comunes no tienen estos privilegios. Hay que hacer una salvedad, porque si no, no queda claro: nosotros estamos totalmente de acuerdo con los beneficios que se dan cuando cumplen ciertos requisitos los presos comunes, pero no a quienes cometieron delitos de lesa humanidad. En ningún lugar del mundo esto es admisible. Estamos frente a un gobierno de la extrema derecha donde las cosas han cambiado mucho. En Mar del Plata tenemos un intendente claramente de derecha que ha sido parte de la dictadura y están las condiciones dadas como para que estos personajes vengan. Etchecolatz ya ha sido declarado por el Concejo Deliberante como ciudadano no grato, oficialmente. Fue algo que nos sorprendió, es positivo dentro de lo mal que está la situación”.
“Hace un ratito, el juez Rozanski nos pasó la información de que estuvo acompañando al director del Hospital Penitenciario Central porque Etchecolatz amenazó de muerte a él y a su familia porque este médico había firmado que estaba en condiciones de seguir detenido. Entre otras situaciones, para poner en contexto a quiénes se les está otorgando la domiciliaria. Una persona que está acusada de estar involucrada en la desaparición de Julio López y también tiene en todos estos años de detención situaciones de muchísima peligrosidad. Cuando lo trajeron acá con la primera domiciliaria, que lo fuimos a escrachar, fue hace muchos años, creíamos que íbamos con todo armado. Después nos enteramos de que adentro de la casa de Etchecolatz estaba filmando Crónica, arriba del techo estaba el hermano con una escopeta. Ya había tenido problemas en otros escraches que le habían organizado nuestros compañeros de HIJOS La Plata en los que habían salido a los tiros. Es decir que su situación con domiciliaria implica peligro para cualquier persona. Hay que decir que a cuatro cuadras de donde vivirá Etchecolatz vive uno de los sobrevivientes de La Noche de los Lápices. Cuando fue el escrache anterior, los vecinos nos llamaban para contarnos que Etchecolatz salía a hacer compras a la panadería y amenazaba a los vecinos para que no dijeran nada. De este personaje estamos hablando. Es importante que la ciudadanía se haga cargo de que las prisiones domiciliarias suceden cuando el pueblo no está en la calle. En estos días se armaron cadenas de Whatsapp, donde nos preguntaban cuándo íbamos a hacer el escrache. Siempre hay que tener mucho cuidado porque sabemos que está todo infiltrado. Aparentemente, en el barrio hay algún movimiento ya. Es cierto que en el Bosque Peralta Ramos viven muchos milicos. No todo el vecindario estaría en contra. Tenemos un respeto muy grande por los sobrevivientes y por Víctor (por Basterra, que la escuchaba). Es muy difícil para los sobrevivientes seguir, en este mundo tan injusto, presentándose en todas las causas, declarando, así que expresamos mucho respeto a todos los compañeros sobrevivientes”.

María Victoria Moyano Artigas, nieta recuperada: “Un juez de la dictadura resolvió su domiciliaria”

“Uno de los 3 jueces que le da la prisión domiciliaria a Etchecolatz es un juez que ha sido denunciado por Mirta Baravalle, por Chicha Mariani, por mi, por otras nietas y por otras Madres. Es el juez Martínez Sobrino quien estuvo como secretario de un juzgado durante la dictadura interviniendo en la apropiación de Simón Riquelo. Este mismo juez quiso intervenir en el juicio de Plan Sistemático de robo de bebés. Era un juez que se tenía que investigar a sí mismo. Logramos que en ese tribunal no estuviera presente. Acá tenemos la demostración de lo que hacen con su justicia y sus jueces, que le dan prisión domiciliaria a una persona que torturó, asesinó, secuestró bebés. Encima, quienes le dan esa resolución judicial son jueces que estuvieron durante la dictadura como este Martínez Sobrino. Tenemos que ser contundentes. Se viven rasgando las vestiduras y hablan de justicia. La justicia es para perseguirnos a nosotros. Para decirles a los manifestantes que hay intimidación pública y resistencia a la autoridad. Ahora dejan en libertad a genocidas. Hay que denunciarlo en todos lados: un juez de la dictadura fue el que resolvió la domiciliaria de Miguel Etchecolatz, bajo la custodia de su esposa”.

Ana María Careaga: “Es peligroso y se le otorga un beneficio impropio para personajes de su calaña”

“La noticia de la restitución de la identidad de la nieta 127 no fue menor. Su alcance quedó resonando y su difusión inmediata por las redes sociales se oponía a esa nueva buena, esa noticia tan importante para todos nosotros como sociedad, al sabor amargo que también a todos nosotros como sociedad nos deja o debería dejarnos la noticia lamentable, indignante e inadmisible, del otorgamiento de la prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz. El Proceso de Reorganización Nacional fue una industria: la industria de la muerte. Una maquinaria finamente aceitada en la cual todos y cada uno de sus engranajes tenían una función que cumplir. Todos y cada uno eran necesarios para que sus objetivos de sembrar el terror y sumir a la sociedad en el peor de sus estados, en todos los planos, fueran cumplidos. Algunos personeros de la muerte se hicieron tristemente célebres por poner de manifiesto lo peor de la condición humana. Etchecolatz fue uno de ellos. Secuestrador, torturador, asesino. Por todo eso fue juzgado y condenado. Es peligroso y hoy se le otorga un beneficio impropio para personajes de su calaña. También apropiador de niños. Será por eso que la restitución de la identidad a una nueva nieta, que anula su condición de desaparecida, se constituye en un acto de justicia ante tamaña injusticia con las víctimas de este desaparecedor. Jorge Julio López presente. Ahora y siempre”

Eduardo Nachman: “Lo esperamos en Mar del Plata”

“Soy hijo de Gregorio Nachman, un militante de la cultura detenido-desaparecido en 1976 en Mar del Plata, todos comandados bajo la patota de Miguel Ángel Etchecolatz. Repudio fuertemente la prisión domiciliaria de este sujeto y lo esperamos en Mar del Plata… pero para que se pudra en la cárcel de Batán”.

Pablo Pimentel, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza

“Quiero repudiar fuertemente esta decisión de la justicia que desconoce, subestima y margina la lucha de todos los organismos de derechos humanos, fundamentalmente las Madres, las Abuelas, los Hijos y los Familiares. Es todo un pueblo que ha decidido hace muchísimos años pelear por la vigencia irrestricta y por el respeto a los derechos humanos y por ende, llevar adelante todos los juicios que se están haciendo en relación a los delitos de lesa humanidad. En este caso, nos estamos refiriendo a uno de los genocidas que operó en la Provincia de Buenos Aires, junto al general Camps. Etchecolatz pertenecía a la Policía de la Provincia de Buenos Aires y el general Camps al Ejército. Juntos formaban parte del Grupo de Tareas que tuvo que ver con la desaparición de cientos y miles de hombres y mujeres, jóvenes y adultos. Entre todos ellos, figuraron Jorge Julio López y Nilda Eloy, quien partió hace muy poco tiempo. Jorge Julio López, a raíz de la valentía, de la fuerza y el coraje de poder exponer en los juicios, él, junto con otros, garantizaron que Etchecolatz sea condenado a cadena perpetua. A raíz de ese testimonio, Jorge Julio López sufre su segunda desaparición en la cual uno de los responsables es Etchecolatz, con todo el grupo que evidentemente se recicla a pesar de los años con gente nueva y vieja. A pesar de todos los reclamos que ha habido, como militantes y parte del pueblo, tenemos que hacernos cargo de que no hemos cuidado como corresponde a los testigos. No hemos cuidado a todos aquellos que han dado su testimonio. Julio López y Silvia Suppo, en un hecho que quisieron hacer pasar por un delito de robo, pierde su vida. Ahí tenemos que agudizar y exigir a las autoridades de este gobierno que se protejan. Esto tiene que ver con el corte ideológico de este gobierno que hace dos años está y que ha puesto en práctica en la filosofía de administrar justicia. Intentaron con el 2×1 y ahora están concretando que vayan a sus casas con esta farsa de la prisión domiciliaria. Tiene que quedar más que claro que los delitos de lesa humanidad no tienen esta posibilidad que se le da al preso común de pedir la prisión domiciliaria después de los 70 años. Los delitos de lesa humanidad por tortura, desaparición, robo de niños y el terrorismo de Estado no tienen ese atenuante”

Marina Destéfani: “No puede cumplir su condena fuera de la cárcel”

“Soy hija de Silvia Suppo, docente y militante política. Quiero expresarme en contra de la prisión domiciliaria para Etchecolatz y cualquier otro acusado y condenado por delitos de lesa humanidad. Esa condena debe ser ejemplificadora y bajo ninguna circunstancia puede ser fuera de la cárcel común y efectiva, como venimos reclamando desde siempre los organismos de derechos humanos. Además, quiero expresar mi defensa completa por todos derechos obtenidos por las luchas y conquistas populares. No quiero ningún retroceso en cuanto a la democracia que, aun incompleta, hemos podido construir como pueblo. Por los derechos de hoy de siempre seguiremos luchando. Bienvenida la nieta 127”.

Margarita Pinto, del Colectivo Memoria Militante: “Si no hay justicia, hay escrache”

“La injusticia argentina dejó con prisión domiciliaria a un genocida, asesino, violador, apropiador de bebés y asesino de nuestros compañeros. A donde vayan los iremos a buscar. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Si no hay justicia, hay escrache”

Richard Ermili, presidente de la APDH filial Mendoza: “Se jacta del dolor y de la injusticia”

“Estamos consternados con la noticia de la prisión domiciliaria de Etchecolatz. Recordamos el cinismo con el que enfrentó la cuestión de que él había sido el torturador de Alfredo Bravo, quien fuera co-presidente de nuestra institución durante varios años. Ese mismo cinismo desplegado al momento de la desaparición de Jorge Julio López. Es una persona que se jacta del dolor y de la injusticia. Hace un panegírico de lo que es la maldad misma, la injusticia y la cercenación de la libertad. Más duro todavía es ver cómo contrasta el tema de la domiciliaria que tiene él, con las prisiones que tienen otros por cuestiones recontra dudosas, sobre las que debe primar el principio de inocencia. Ellos están encarcelados y Etchecolatz está en su casa. Eso es la injusticia pura”.

Adriana Susal: “Es triste que caminen entre la gente buena”

“Soy sobreviviente del centro clandestino ESMA. Hoy apareció la nieta 127. Escuchar ese número en boca de las Abuelas directamente nos lleva a la alegría. Sabemos que es un nombre, haber encontrado una nieta más que recupera su identidad. Etchecolatz y Magnacco, quien fue el médico que atendió el parto de Carmen donde nació la nieta 127, seguramente les pusieron un número a Carmen y a Carlos. Un número para despojarlos de la identidad, para despojarlos de su hija, para maltratarlos, torturarlos y luego asesinarlos. Hoy es un día de una alegría muy intensa por la nieta 127 que recupera su nombre y que ese número sea un número de alegría. También es un día de enorme tristeza, porque estos asesinos, genocidas, torturadores, condenados por este país, van a estar caminando alguna vez entre la buena gente”.

Lucía Herrera: “No los dejaremos en paz. Adónde vayan los iremos a buscar”

“Soy hija de Mario Herrera, periodista y militante asesinado durante la última dictadura. En los años ’90 participé en la organización HIJOS, en la comisión de escrache. Nuestra motivación para hacer los escraches era la indignación que sentíamos ante la impunidad reinante, ante la posibilidad real de cruzarnos en la calle con los secuestradores, torturadores y asesinos de nuestros padres y madres, con los apropiadores de nuestros hermanos y hermanas. Esa misma indignación vuelve con cada genocida absuelto o con condenas mínimas, con los que ni siquiera han sido procesados y con cada genocida que obtiene la prisión domiciliaria como le tocó ahora a Etchecolatz. Los juicios a los represores no fueron una dádiva de ningún gobierno. Nos han costado décadas de lucha, no solo de los organismos de derechos humanos sino de todas las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles, que ganaron las calles reclamando juicio y castigo a los culpables del peor baño de sangre en nuestra historia reciente. Fue la lucha de todo un pueblo, una lucha ejemplar en el mundo que ha logrado sentar en el banquillo a estos criminales y arrancarle un poco de justicia a la legalidad de este régimen burgués. Por eso, no estamos dispuestos a dar un paso atrás en estas conquistas. Como decíamos entonces, vamos a seguir diciendo que si no hay justicia, hay escrache. Vamos a seguir diciendo que el único lugar para un genocida es la cárcel. Seguiremos también poniendo el cuerpo para que en este caso Etchecolatz y cada vez que sea necesario, los genocidas y sus cómplices sepan que no los dejaremos en paz, que a donde vayan los iremos a buscar”.

Daniela Ruiz Vargas: “No lo quiero en las calles donde caminan nuestros hijos”

“Soy hija de Josefina Teresa Pedemonte de Ruiz Vargas, uno de los 11 desaparecidos del Hospital Posadas. ¿Por qué no quiero la domiciliaria para Etchecolatz? Porque nos duele el cuerpo y el alma cuando volvemos a recordar el nombre de Julio López escrito entre sus manos. Es un genocida inconfeso. Recordar su indolencia ante los testimonios de cada una de las víctimas eriza los pelos de la piel. Inmoral, asesino, ladrón, torturador, secuestrador de niños, genocida, cómplice de este silencio que ya dura más de 41 años. No lo quiero en las calles donde caminan nuestros hijos, donde la vida se hace lucha ante tanta muerte que sembraron. Él, sus cómplices y los ideólogos de la dictadura que hoy inclusive nos gobiernan no merecen que este tipo tenga la prisión domiciliaria. Juicio, cárcel efectiva, común y perpetua para todos y cada uno de los genocidas de la última dictadura. No a la prisión domiciliaria de Etchecolatz”.

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