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22 años de prisión para Cristian Aldana

Escrito por el julio 12, 2019


El cantante de la banda El Otro Yo fue condenado a 22 años por abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores por el Tribunal Oral en lo Criminal 25 de la Ciudad, integrado por Ana Dieta de Herrero, Rodolfo Goerner y Rodolfo Bustos Lambert. Se trata de violaciones a cuatro niñas -ya adultas son las querellantes-, ocurridas cuando ellas tenían entre 13 y 16 años. Entre los testimonios y las denuncias la cuenta de víctimas da mucho más que cuatro. La querella de Sebastián Da Vita -del Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico a Víctimas de Delitos del Ministerio Público de la Defensa- que integran Felicitas Marafioti, Charlie Di Palma y una denunciante más, había pedido 40 años para el abusador. La Fiscalía, representada por Guillermo Pérez La Fuente, 35. Ariell Luján, por su parte, fue representada por la abogada Gabriela Conder, que había pedido 20 años por su caso. (Por Rosaura Barletta para La Retaguardia)

Fotos y video: Natalia Bernades

Para las fotos, Aldana posó en esta última audiencia con un cartel que decía “sin defensa no hay juicio”. En sus palabras finales lo repitió y leyó un versículo de la Biblia: “Injusticias de esta vida. También me di cuenta de algo más que sucede bajo el sol. En los Tribunales reina la maldad y la injusticia, siendo que allí deberían reinar la honestidad y la justicia”. Su planteo es que el abogado que tenía al comienzo, Rodolfo Patiño, que dejó de ir a las audiencias sin dar ninguna explicación, no abandonó su defensa sino que “lo sacaron”. “Me utilizan como trofeo de guerra”, agregó. Además, colocándose como víctima del proceso, aseveró: “Me produjo un daño irreparable lo que sucedió (…) No soy ni un violador, ni un abusador ni un violento. Quiero que quede bien claro. (…) No se puede caer simplemente en la opinión de psicólogas que de forma irresponsable deciden sobre la gente que atienden y apuntan sus flechas y su línea hacia un lugar de abuso cuando no lo hubo de ninguna manera, para una persona que no es culpable de lo que se lo acusa”. Ofreció, reiteradamente, “bendiciones para todos” y solicitó -y le fue concedido por el Tribunal- no presenciar la sentencia.
El juicio, que debió durar apenas unos meses, se extendió más de un año por las estrategias dilatorias de Aldana. Dijo que no tenía defensa, que fue torturado, que era una causa armada, que no lo dejaban hablar. Interrumpió audiencias a los gritos y convocó a sus fans por redes sociales. Gabriela Conder, integrante de La Gremial de Abogados, representante de Ariell Luján, una de las denunciantes, dijo esta semana en Radio La Retaguardia: “Nunca estuvo sin abogado. Estuvo con (Rodolfo) Patiño. Después, Patiño no se presentó a dos audiencias. Como no podían contrarrestar la prueba, lo que quisieron fue hacer la nulidad del juicio. Entiendo que el abogado esperaba que pasen diez días del juicio sin continuidad y pedir la nulidad. No se presentó dos días y los jueces dijeron que hay un desinterés del defensor, abandonó la defensa, y le pusieron la defensa oficial”. Además, Conder aseguró que en las últimas audiencias, a Aldana le designaron “muy buenos defensores oficiales, que juegan en primera”.

Ya No Nos Callamos Más, decía la pancarta de Ariell Carolina Luján en un recital en 2015. Meses después, apoyando la iniciativa de Luján, Felicitas Marafioti creó un blog con ese nombre en octubre del mismo año y sus primeras palabras fueron: “Toda la vida pensé que me iba a callar la boca con este tema. Pero me equivoqué. Hoy tengo ganas de decir todo, y decir la verdad de lo que pasó. Yo no siento que le vaya a cagar la vida a alguien, es más, creo que es parte de la experiencia que lamentablemente me tocó vivir y es un claro ejemplo de lo que no hay que hacer y empezar abrir los ojos de las chicas que pueden llegar a caer en esto y no saben por que lo están haciendo. Dejarse llevar por la manipulación es lo peor que le puede pasar al ser humano”. En ese posteo, Felicitas relató cómo conoció a Aldana cuando tenía 14 años y cómo el abusador era su “cable a la enfermedad”. De los testimonios del debate se desprende que las víctimas no son sólo las cuatro querellantes, ni siquiera las siete que denunciaron. Otras jóvenes relataron escenas similares a las que se juzgaron y no descartan denunciarlo en algún momento.
Felicitas se vinculó con Aldana a través de una plataforma de chat cuando tenía 14 años. El modus operandi para captar se repitió con otras víctimas. Nombrar los hechos desde otro lugar tiene para las denunciantes un peso de esos que tiran la carga hacia abajo hasta que se suelta: “Es escuchar nuestra historia de las voces de gente que sabe de derecho ¿Sabés cuántas veces estuvimos nosotras pensando que eso había estado mal? ¿Que nosotras teníamos la culpa? Nos culpamos muchos años. Escucharlo de nuestros abogades y el fiscal nos confirma que se pudo entender el punto al que íbamos nosotras cuando empezamos a denunciar”, aseguró Felicitas Marafioti la semana pasada, también en Radio La Retaguardia. Entonces, cobran fuerza las palabras de la abogada Conder: “A mí me pasó algo terrible porque en la indagatoria, cómo hablaba de la primera vez que estuvo con Ariell cuando ella tenía 14 años, la verdad fue un asco. Relató todos los hechos, es un asco el tipo. Por ejemplo, hablando de una nena de 14 años, ‘Ay, ese cuerpo de mujer’ Y yo decía, ¡tenía 14 años! ¿Qué cuerpo de mujer? Es un perverso el chabón, un pedófilo. Te lo digo porque ese día me dio náuseas cómo hablaba de una nena”, planteó.

Otra prueba en su contra fueron sus propias letras: “Cuando no haya aire para respirar / Te estaré asfixiando / Encadenada con mi foto / Condenada a pensar en mí / El pasado desaparece / Y eres mía / Y estás bajo mi control / Solo yo puedo tocarte / Y puedo ahogarte / En el vértigo del sadismo”. Por letras como esa, la fiscalía, que pidió 35 años de cárcel para Aldana, afirmó que “sus canciones son una confesión”. Una confesión a cielo abierto.
En sus alegatos, Conder había solicitado que los ataques sexuales que planificaba Aldana no fueran llamados “orgías”, sino “violaciones”. Los abogados de Aldana, Fernando Robio y Cecilia Durand, habían solicitado la nulidad del proceso. Lo hicieron esgrimiendo la prescripción de algunos hechos, la falta de precisión en la denuncia por otros y definiendo el vínculo del abusador con las niñas como “relaciones de amor y consentimiento con ellas”.
El portal marcha.org.ar detalló algunas palabras del alegato de su defensa: “No hubo exteriorización de la falta de consentimiento de las conductas de Aldana”, culpó Durand a las denunciantes, “no se ha probado el abuso coactivo”, siguió desestimando la asimetría de poderes, y afirmó que no se puede determinar si el daño causado en las subjetividades de las pibas es producto de los abusos de su defendido o de otros hechos delictivos, o como expresó “no importa por lo que fuera”… O en resumen: “No se ha acreditado la falta de consentimiento” y tampoco probado “la corrupción de menores”. “Las víctimas ya estaban corrompidas”.

Un juicio que desnudó su personalidad

Para Conder, las conductas de Aldana durante el debate mostraron quién es. Acusado de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores ocurridos entre 1999 y 2010, decidió denunciar una campaña en su contra, una causa armada y una tortura institucional. “Él decía que era una persecución política porque fue candidato a diputado del kirchnerismo, que lo perseguían por ser kirchnerista. Él y su abogado durante el proceso se pusieron en posición de víctimas. Nunca asumieron ningún tipo de arrepentimiento de nada. Lo que dijeron es que fue algo armado por el Pro, ponele, después, que fue armado por Ariell, después, por la UFEM. Siempre la culpa del otro. Pero es contundente la prueba, no sólo por las víctimas que declararon sino por un montón de testigos que también son víctimas y no instaron la acción. Las pericias son contundentes. Dicen cuál es la personalidad de Aldana, que es narcisista, que tiene una personalidad que tiende solamente a satisfacer sus deseos, que al otro lo cosifica, todo eso lo dicen las pericias. Las pruebas son contundentes. Frente a eso, cuando fue a declarar la perito, le decían que no, que nunca había hecho esa pericia. Siempre la culpa es del otro, es la personalidad de Aldana. Él se pone en víctima. Dice que no tiene defensa, dice que lo echan de la sala, cuando él empieza a hablar, hablar, no hay quien lo pare, le hacen una advertencia, dos, y lo tienen que echar. No queda otra que echarlo, empieza a gritar ¿Cómo traduce después esto? Me echaron de la sala ¿Cómo traduce que tiene un montón de denuncias? Me hicieron una causa las feminazis. No se hace cargo nunca de nada”.

La red, una olla que no quieren destapar

En diálogo con el programa A Mí No Me Importa de Radio La Retaguardia, Ariell Luján había levantado la tapa de la olla que rebalsa: Aldana no actuaba solo. Lo hizo contando un episodio de violencia extrema del que Diego Boris -actualmente presidente del Instituto Nacional de la Música- tomó conocimiento y fue cómplice. “Fue una situación en la cual Cristian me violó, me golpeó. Yo estaba muy mal. Por la desesperación me había querido tirar de un balcón, me agarró de los pelos. Una violencia muy extrema, porque yo era su esclava. Estoy denunciando a mi ex dueño. En ese momento, vi que llamó a alguien y le dijo ‘vení a hacerte cargo de la situación’. Cuando llegó ese alguien era Diego Boris. Entró al departamento, Cristian Aldana le dejó las llaves y le dijo ‘hacete cargo’ y se fue. Yo estaba colorada, con los pelos revueltos, me acaba de suceder una de las violencias más grandes que viví en mi vida. Así, en esa situación, empecé a decirle ‘Cristian me pega, Cristian me pega’ llorando. Él me dijo ‘bueno, tranquila, agarrá tus cositas’. Agarré dos o tres cosas y me empezó a decir ‘vamos a ir a la estación de Once’. Yo le respondía ‘me quiero quedar’. ‘Vamos a la estación de Once, tranquila, tranquila, tenés que ir a lo de tu mamá’. Estábamos en Mitre entre Uriburu y Pasteur. Son seis o siete cuadras hasta la estación de Once que hice llorando mientras él me decía todo lo bueno que hizo Cristian, todo lo que lo ayudó, lo que trabajaban, que estaba estresado. En la estación me compró un boleto, un agua, me miró a los ojos y me dijo ‘Cristian Aldana me ayudó mucho, me ayudó a encontrar el amor’. Me dio el agua, el boleto y me dejó así, en esa situación en la estación. En ese momento yo estaba tan en shock, tan mal, que no lo podía ni ver, ni vislumbrar. Pero cuando empecé a resignificar toda mi historia, empecé a ver a todas las personas que silenciaron, que no hicieron nada, que actuaron a su favor, para hacerle las cosas fácil a él conmigo y un montón de otras pibas”, había detallado Luján en la entrevista. Ese relato le costó una carta documento de Boris, actualmente presidente del Instituto Nacional de la Música (INAMU), exigiéndole que se retracte, y con la objeción a la definición que Ariell le da a su comportamiento: cómplice. Para Conder, es notable que Aldana denuncie persecución por ser kirchnerista mientras Boris es funcionario del Pro en el INAMU.
Además, la abogada explicó: “De una de las causas que le inició Diego Boris, Ariell fue sobreseída, pero quedan otras. Esto tiene que ver con la causa de Aldana porque él dice que lo que dice Ariell no es cierto. De todas maneras, nosotros, porque entendemos que en ese episodio donde interactúa con Carolina, él tendría que haber visto lo que ella relata, pedimos a los jueces que levanten el acta y lo acusen por falso testimonio. Nuestra querella entendió que Aldana no actuó solo, hay una preparación, si bien no es delito. Tenían relaciones económicas con él y, yo digo, le llevaban chicas. El sonidista, el fotógrafo. Cuando Aldana no podía manejar las situaciones lo llamaba a Diego Boris para que le saque las papas del fuego. Ariell tenía 16 años, y Boris actuaba para contener, tenía un vínculo económico también con Aldana. Actuaban todos juntos a favor de abastecerlo. Pedimos falso testimonio porque Boris tendría que haber visto lo que relata Ariell”. Conder hizo foco en las raíces profundas de la red que sostenía los delitos de Aldana: había un vínculo económico con cada integrante. Con la sentencia, la acción de Boris no sólo podría no tener resultados, sino también volverse en su contra.

Unx cosecha lo que siembra

Es el nombre de la última entrada de Felicitas en el blog Ya No Nos Callamos Más. “Mientras los días pasan no dejo de pensar en lo bueno que se gestó con esto de no callarse más. Muchas chicas se animaron a hablar y sacar los fantasmas que tenían dentro, eso es re contra liberador y sana un montón. Ahora bien, estamos en un momento que la sociedad está empezando abrir la cabeza (Ojo eh?, admito que yo era de esas que defendía al abusador, como bajada de línea)”, decía en agosto de 2016. Momento en que no sabía, aún, que en diciembre el abusador iría preso, y que tres años después, sería condenado.
“El abusador, para poder abusar, te hace creer a vos que estás provocando, eligiendo y haciendo todo lo que el tipo hace. Si no, no puede ultrajar. Te genera culpa. Yo, por muchos años, me sentí sucia con mierda de él. Yo, y me animo a hablar por las chicas, sentimos que de a poco estamos soltando esa data de mierda que tuvimos por años y empezando a liberarnos realmente de muchos años de sufrimiento, de pasarla mal, de sentirnos mal con nosotras mismas, autoestima baja, de tener un concepto del amor erróneo, totalmente erróneo. Hoy estamos aprendiendo de a poco a poder vivir realmente desde el corazón. Lo que deseamos y queremos es estar tranquilas con nuestras vidas y creo que, cuando termine esto, va a ser liberador”, había dicho Marafioti en la última entrevista con el programa Otras Voces, Otras Propuestas.
“Nos unimos, y escucharnos entre nosotras fue decir ‘no estoy loca’ ¿Sabés los años que pensamos ‘estoy loca’, ‘no me voy a querer nunca’? Muchos años de terapia, tratando de subsanar eso. No era nuestra mierda, era la mierda del otro. El feminismo también me abrió la cabeza de una manera, no soy la misma Felicitas cuando empezó todo esto que ahora. Tengo otra manera de ver las cosas y estoy agradecida totalmente al feminismo y a las compañeras que estamos en la lucha por que esto salga a la luz y sigan hablando las pibas”, agregó
Como definió la abogada Conder, el psicopateo, la violencia y la corrupción de menores, continuaron hasta el último día del proceso. Las estrategias dilatorias de Aldana, sus escándalos y su victimización no fueron más que manifestaciones propias de su personalidad. Por eso, tienen sentido hoy más que nunca las últimas palabras de Felicitas en el blog: “Tu movida se cortó, crecimos”.

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