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El Estado tendrá que reparar al pueblo pilagá por el genocidio de 1947

Escrito por el marzo 26, 2020


Se trata de la masacre conocida como Rincón Bomba. En diálogo con el programa La Deuda Eterna de La Retaguardia, Valeria Mapelman, documentalista, realizadora de ”Octubre Pilagá”, contó de qué se trata el fallo que plantea resarcimientos patrimoniales y no patrimoniales por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por Gendarmería. (Por La Retaguardia)

🎤 Entrevista: Darío Balvidares, Adolfo Melnick y Alejandro Fernández

💻 Edición: Rosaura Barletta


Mapelman dio detalles sobre los últimos avances en la causa que llegó a juicio 70 años después: “Lo que sucedió hace pocos días es el fallo de la cámara de apelaciones de Resistencia. Es una instancia muy importante. La primera instancia fue en Julio del año pasado, cuando el Juez consideró la masacre de la bomba como Crimen de Lesa  Humanidad. Y en este caso,  la Cámara de Apelaciones consideró legítimo el reclamo de la Federación Pilagá para que se reconozca que esto fue un genocidio. Esa diferencia de tipificaciones entre una instancia y otra es muy importante, porque quiere decir que hubo intencionalidad en la masacre. No solo que es un delito imprescriptible sino que hubo intención de destruir al grupo o a parte del grupo, y eso lo distingue al crimen de genocidio de los crímenes de lesa”, explicó. “No hay muchos fallos como estos en Argentina, hay uno que tiene que ver con el juicio contra Etchecolatz. Un juicio por la verdad, en el que se habla por genocidio también, es el caso del genocidio armenio. Que se haya reconocido esto en una masacre que afectó a un pueblo indígena, es novedoso. Por eso es interesante compararlo con otros juicios porque se da otra dimensión a la masacre de la Bomba. Eso comenzó en el año 2006, fue un momento donde los ancianos que habían sobrevivido a la masacre comenzaron a hablar, y empezó un proceso que tiene que ver con la película que hicimos que se estrenó en 2010. Cuando se relevaron estos testimonios y se empezó a hacer un entrecruzamiento entre la memoria oral, de estos hombres y mujeres que eran muy chiquitos en el año 47, y los archivos que se fueron encontrando”, agregó Mapelman. “Por ejemplo en el Archivo General de la Nación, en el Archivo de la Contaduría había huellas de esta masacre que estaban en documentos. Y  había dos documentos muy importantes que eran los decretos emitidos en octubre del año 47 y en esos decretos hay firmas, de gendarmería nacional, hay una referencia a la orden que dio para que esta masacre se ejecutara. Y esta combinación entre archivos y memoria hizo que esta masacre cada vez estuviera mas clara. Que se conociera un poco mejor. Osvaldo Bayer escribió en esa época una contratapa en Página/12 que hablaba de esa masacre y en esa época, Osvaldo ya hablaba que el peronismo tenía que hacer una autocrítica en relación a esta masacre, que esta masacre tenía que investigarse y que, como siempre decía, que iba a ganar la ética, tenía mucha esperanza en que este caso se terminara de resolver”, contó y agregó: “ Lo menciono porque fue hace muchos años pero así fue todo el camino para ir llegando a entender la  masacre como se entiende al día de hoy, como lo entendieron los jueces. Los jueces comprendieron la masacre de la bomba porque también  había investigaciones previas. Por ejemplo, las investigaciones de la Red de Investigadores del Genocidio y Política indígena  que tenían que ver con destapar las historias no contadas, por ejemplo las del campo de concentración de Martin García, los traslados de los prisioneros de la campaña del desierto”, explicó. “Como pensar a pensar el genocidio indígena en términos de estos esa crímenes imprescriptibles, que en argentina hay mucho material para entender de que se trata. También tiene que ver con juicios anteriores que se hicieron en relación a la última dictadura militar”, consideró Mapelman.
La documentalista se refirió a la reparación que se le exige al Estado por la masacre: “En el fallo aparecen resarcimientos para el pueblo pilagá. Se habla de un resarcimiento integral. Esto le sucede a un pueblo como colectivo, por eso se reconoce la fecha de inicio de esta masacre, 10 de octubre, en un calendario oficial”, puntualizó. “Esto empieza el 10 de octubre y termina más o menos el 30 de octubre ubico a fin de mes  la finalización parte más cruenta de esa masacre. Después de esa fecha los sobrevivientes están prisioneros en las colonias indígenas de Formosa. Se ha utilizado la colonia de Bartolomé  de Las Casas y la Colonia Francisco Javier Muñiz para encerrar a los presos que habían sido capturados en distintos parajes y llevarlos a cortar quebracho o a sembrar algodón. Estas colonias eran recintos que concentraban personas, y los pueblos originarios  de Formosa estuvieron dentro de estas colonias en distintos momentos. Las colonias se inauguran al principio del siglo XX. Las tres más grandes son Napalpí, Bartolomé de las Casas y Muñiz, había momentos donde estaban trabajando hasta siete mil personas, y eran espacios que cada vez que se producía una represión se llenaban de prisioneros”, detalló. “Esto sucede en 1919, después del Ataque al Fortín Yunca, cuando se acusa a los Pilagá de haber atacado al Fortín y hay una gran masacre. La del año 24, que es Napalpí,  que se desarrolla dentro de la revolución de Napalpí en Chaco. Y la masacre de la bomba donde estas colonias tienen mucho que ver, porque además, cuando sucede la masacre, y esto lo entiende el juez en primer instancia, se desata por el desalojo que hace la gendarmería, el desalojo violento del pueblo pilagá que estaban en una reunión política religiosa. Los desalojan porque durante varias veces intentan desalojarlos y llevárselos y ellos se niegan. Entonces la represión se desata por esta resistencia de los pilagá de ser llevados a las colonias”, contó Mapelman.
“En 1946 fue el malón de la paz, también como Perón como presidente. Al gobierno peronista solo le interesaba meterlos en las colonias para trabajo esclavo. Espero que en algún momento le interesa a los gobiernos peronistas que tenemos, que les interese para pedir disculpas. Porque mas alla que ha habido un juez, que dice que es legitimo que los pilagá reclamen que esto fue un genocidio, realmente no hace falta, ya vamos por la segunda sentencia, la de la primera instancia y la cámara de apelaciones ¿qué mas hace falta para que el Estado pida perdón? Pida disculpas por lo que pasó. Quizás están esperando que llegue a la Corte Suprema”, interpeló Mapelman y analizó la burocracia que eso implicaría: “El camino es demasiado largo, han quedado los abuelos, las abuelas, han muerto casi todas las personas con las que yo trabajé, y quedan sus hijos, sus nietos, que por supuesto continúan esta lucha pero me parece como que es tiempo, el segundo fallo es clarísimo, es un precedente único en los tribunales. He leído cosas en esta causa que yo no me esperaba, por ejemplo que se reconozca que hay una memoria colectiva en esta masacre, que esto ya es un fenómeno social también, de otra magnitud. Y bueno, estamos hablando de un pueblo pre existente al estado, sobreviviente del estado en un periodo democrático en pleno siglo XX donde hay sobrevivientes todavía”, destacó.

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