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“La guetificación de nuestros barrios no es una respuesta a la emergencia”

Escrito por el junio 2, 2020


Lo dijo Marina Joski, referente de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) e integrante del Movimiento Popular la Dignidad (MPLD). Las organizaciones sociales habían anticipado lo que sucedería en las villas con la llegada de los contagios de COVID-19 y exigen un protocolo adecuado a las características socioambientales de los barrios. En diálogo con el programa Tengo una Idea, Joski repasó los principales reclamos de las organizaciones para lograr ajustar un trabajo articulado con el Estado, y contó cómo fue la reunión que mantuvieron con el jefe de Gobierno porteño. (Por La Retaguardia)

🎤 Entrevista: Carlos Morchio/Nicolás Rosales 
✏ Redacción: Nicolás Rosales
💻 Edición: Pedro Ramírez Otero

📷 Foto de portada: La Villa Azul cercada por la policía (Agustina Salinas)


El aislamiento preventivo, social y obligatorio está vigente en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, y los casos de COVID-19 van en aumento. Son muchas las necesidades a las que el Estado debe responder y, en el caso de las villas porteñas, no están cubiertas a pesar de los pedidos de adecuación de los protocolos para estos sectores. “Hay que partir del día uno de la pandemia, porque nosotros los protocolos de abordaje en barrios populares los venimos exigiendo y construyendo desde el primer día de decretado el aislamiento social preventivo”, expresó Marina Joski, referente de la UTEP e integrante del MPLD. “Nosotros sabíamos porque venimos reivindicando y luchando por tierra, techo y trabajo, por integración sociourbana de hace muchísimo tiempo. Dábamos cuenta al gobierno de la Ciudad que iba a haber un desborde a causa del hacinamiento. No es fortuito que comenzara en Retiro, la 1-11-14, y Barrio Rivadavia. Porque allí, el hacinamiento es moneda corriente y luego le siguen el resto de los barrios. Estos protocolos los fuimos construyendo muy de a poquito, diciendo que acá donde no hay capacidad de aislamiento, hay que ofrecer alternativas. Hay que universalizar las prestaciones de servicio alimentarios, repartir y resolver el tema del agua, el tema del gas”, agregó.

Joski también explicó que la gran mayoría de los vecinos y vecinas que viven en las villas de nuestra ciudad trabajan en la economía popular, viven del día a día y trabajan en la calle o en la feria. “Son trabajadores sociocomunitarios que hoy están muy, pero muy por debajo de la línea de la indigencia. Veníamos en principio no solo alertando, sino construyendo esos protocolos a la interna de nuestros espacios comunitarios, gestionando y organizando mesas de crisis por barrio que fueron en la realidad los catalizadores luego de propuestas de Desarrollo Social de Ciudad, el IVC (Instituto de la Vivienda de Ciudad), de Desarrollo Social de Nación y luego el Programa DETeCTAr (Dispositivo Estratégico de Testeo para Coronavirus en Terreno de Argentina)”, contó.

La complejidad del trabajo articulado

En referencia a la articulación entre las organizaciones sociales y los Estados porteño y nacional, la referente de UTEP detalló: “Hay tres dificultades muy fuertes que se presentan: una tiene que ver con lo alimentario, porque con hambre es imposible la pandemia. Otra que tiene que ver son los servicios públicos, sin agua es muy difícil sostener aislamiento. Y la tercera es sobre la implementación del operativo DETeCTAr en los barrios populares. Esto quiere decir que este dispositivo de Nación en realidad se dinamiza localmente. Esto sucede en el Gran Buenos Aires y en la Ciudad de Buenos Aires”.
La situación de hacinamiento en las villas hace imposible que una persona con síntomas pueda aislarse del resto la gente con la que convive. En relación a esto, Joski remarcó que alertaban que la necesidad concreta tenía que ver con espacios de albergue entre el hisopado y el resultado, y también el fortalecimiento de espacios de aislamiento para los casos positivos y para aquellas familias que no pudieran aislarse en sus casas. “Nuestra realidad es que convivimos en una habitación toda nuestra familia y en otra habitación hay otra familia. Hay 7 o 10 compartiendo baño y cocina, entonces es imposible aislarse. La proliferación del contacto comunitario y la circulación comunitaria es enorme. Entonces el cuello de botella fue este. Todos los videos que estuvieron circulando en relación a familias enteras, mujeres con sus hijas conviviendo a la espera del resultado, siendo positivos o negativos indiscriminadamente, esto fue una preocupación central que les planteamos”, aseguró. Y añadió: “Acá, en los barrios populares, es importante también el reconocimiento de quienes están en la primera línea, los y las trabajadoras de espacios de cuidado que son los que cocinan, los que reparten, las promotoras comunitarias en salud, las promotoras de género”.

Un trato desigual

La integrante del Movimiento Popular la Dignidad opinó acerca de las cuestiones de clase y las diferencias que éstas generan: “Creemos que hay un delay muy grande. Porque se tuvo dos meses para preparar estos espacios. Se contrataron hoteles, y quienes importaron el virus, sin culpabilizarlos, tuvieron el privilegio de viajar a países de Europa y Estados Unidos y portaron el virus. Tuvieron un trato preferencial al igual que los repatriados. Yendo a hoteles, con comida garantizada. Esto no está sucediendo hoy, pero es innegable que sí sucede porque sabemos que hay compañeros, vecinos y vecinas en aislamiento en hoteles cuando son positivos. Hay familias que están conviviendo, lo que pasa es que es deficitario, hay que reforzar. Sabemos que ahora se están preparando espacios un poquito más grandes, poniéndole el oído a las recomendaciones de las organizaciones populares que somos vecinos y vecinas organizados y trabajamos el día a día en las villas de nuestra ciudad”.

Reunión con Rodríguez Larreta

Joski se refirió al encuentro que las organizaciones populares lograron tener con Horacio Rodríguez Larreta, y mencionó que no los recibía un jefe de Gobierno porteño desde hacía muchísimos años. “Compartimos la reunión los referentes de UTEP Capital, La CTA (Central de Trabajadores de la Argentina) Autónoma y el FOL (Frente de Organizaciones en Lucha). En principio reivindicamos el trabajo de nuestros compañeros, de los referentes villeros que fallecieron, especialmente por Ramona (Medina) y por Agustín (Navarro) de Barrios de Pie. Exigimos la renuncia del titular de la SISU (Secretaría de Integración Social Urbana) Diego Fernández, que habiendo tenido un presupuesto gigante no logró siquiera garantizar por diez días el aislamiento. No logró abastecer de agua a un barrio entero (Villa 31) más allá de las construcciones que se han hecho. Exigimos la creación, post pandemia, de un Consejo de la Economía Popular que logre generar políticas públicas para fortalecer al sector en la crisis que se viene. Tenemos que constituir mesas de trabajo con el Ministerio de Educación, de Salud, Desarrollo Social, y las organizaciones populares que puedan pensar cómo abordar la emergencia de una manera sincronizada. Sin desgastar solamente a los vecinos, porque son ellos los que están en la primera línea del virus. También un reconocimientos todos los trabajadores de los espacios sociocomunitarios formal y económico. Vuelvo a decir, a pesar de ser la primera línea de batalla contra el virus no está reconocida. No tienen condiciones de salubridad. Más del 80% de estos espacios comunitarios como los comedores, los merenderos, los espacios de cuidados de niños, las promotoras de salud, ninguno de ellos tienen elementos de bioseguridad, de higiene, alimentos. Y se están contagiando. Estos fue una exigencia de cada unos de los ‘Comités de Crisis’, relató.
“Habíamos anticipado que la llegada de un caso en un barrio popular iba a causar circulación comunitaria e iba a ser imparable. Tendríamos que haber blindado con redes comunitarias cada uno de los barrios populares abrazando la alimentación de cada una de las familias. Haber podido aislar a las familias cuando había un contagio y no blindado con las fuerzas de seguridad. También hay que entender que vamos inventando y creando sobre la marcha. No tengo ninguna duda que se podrían haber previsto todos estos cuellos de botella y todas estas complicaciones mucho antes”, denunció.
“No pensamos que la guetificación de nuestros barrios sea una respuesta a la emergencia. No salir y no entrar al barrio, o sea la circulación hacia adentro y hacia afuera tiene que ver con abastecer los almacenes que hay adentro y de cuidar a las familias. De todas maneras en la reunión que tuvimos con Horacio Rodríguez Larreta se lo preguntamos, muy preocupados por cuál es su mirada. Él fue muy claro y dijo que desde la Ciudad de Buenos Aires no se iba a avanzar en esa planificación”, finalizó.

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