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Reflexiones de Rubén Dri sobre el Papa Francisco

Escrito por el marzo 25, 2013


foto: insomnioba.blogspot.com

(Por La Retaguardia) Tras la designación del ahora ex Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, como reemplazante de Benedicto XVI, se han escuchado distintas opiniones que remarcan su origen humilde y latinoamericano, su compromiso con lo social, su llamado a la unidad y el diálogo. Voces para las que el flamante Sumo Pontífice renovará la Iglesia Católica. El teólogo y filósofo Ruben Dri no piensa lo mismo: “de ninguna manera se trata de un cambio de iglesia, ni de una transformación, cambio revolucionario o algo que se le parezca; todo lo contrario, es lavarle la cara directamente a esta Iglesia del poder, de la dominación, y para eso necesitaban un hombre como Bergoglio que es un hombre inteligente, un hábil político. Él preparó su camino para llegar donde llegó, o sea para llegar al Vaticano”.

Para Rubén Dri, la elección de Bergoglio como Papa no fue aleatoria, sino preparada, ya que se trata del “sujeto indicado para lo que necesitaba la Iglesia en esta etapa”. Dri aclara que se refiere a la Iglesia sacerdotal, la del poder y dominación: “una Iglesia que se encuentra en una crisis casi terminal, si bien la Iglesia nunca termina. Una iglesia que fueron elaborando entre el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI, una Iglesia que Benedicto pretendía con un núcleo duro, fuerte, con principios dogmáticos absolutos; pensaba que construida de esa manera, en contra de la apertura que había significado la construcción a partir del Concilio Vaticano II, iba a ser una Iglesia que al principio iba a alejar a gran parte de los fieles, pero que luego iba a ser atrayente debido a que presentaba un proyecto exigente, para de esta manera poder competir con el islamismo, porque pensaba que el islamismo atraía precisamente por la intransigencia de sus principios, esa era la lectura que hacía Ratzinger. Ahora bien, se recluyó en este núcleo duro, pero se le pudrió completamente, se deschavó toda la cuestión de la pedofilia, de los chantajes sexuales, el tema del paraíso fiscal que es el Vaticano con el lavado de dinero, y la Iglesia comenzó a caérsele a pedazos, y con la revelación de los escándalos, Benedicto XVI se encontró sin fuerzas realmente porque el proyecto de Iglesia había fracasado. Por eso necesitaban un nuevo líder que la renovase, que le limpiara la cara, esta es la tarea que debe realizar Bergoglio”, agregó en diálogo con Sueños Posibles, el programa radial conducido por Alfredo Grande.
El teólogo y filósofo especificó que ahora Francisco se presenta como un Papa humilde, que paga su cuenta de hotel, un Papa manso, “cuando nosotros sabemos que es un dirigente político de primer nivel, es un hombre de poder, nada que ver con la humildad, y que ha llegado para incidir en contra de los procesos populares que se han venido gestando en América Latina, y para mí esta debe ser nuestra preocupación fundamental”.
En el mismo sentido, Rafael Villegas, psicólogo social, coordinador de la cooperativa de viviendas “Casa de Amigos” y militante del cristianismo de base, afirmó durante el mismo programa, que la designación de Francisco “obedece a una coyuntura política internacional donde el imperio se siente realmente amenazado por el proceso que se ha ido gestando en América Latina”: “necesitan un Papa latinoamericano para retornar a un sistema de dominación en donde la política cristiana por parte del catolicismo va a estar orientada a las formas carismáticas propias que fueron de Juan Pablo II”.
Ante este panorama, Villegas consideró que se está frente a una coyuntura difícil y señaló: “escuchaba a Cristina Fernández diciendo que estaba muy contenta porque Francisco había hablado de la patria grande, que eran las palabras que usaban San Martín y Bolívar. Pero con la Iglesia y la religión hay que tener mucho cuidado porque ellos hablan con las mismas palabras pero de distintas cosas, y sabemos que la historia de Mitre nos vendió un San Martín absolutamente angelizado, pro inglés y no tiene nada que ver con el San Martín revolucionario que luchaba por otras cosas y no por aliarse a los intereses anglófilos. Del mismo modo cuando hablamos de Jesús, la Iglesia habla de Jesús, nosotros desde la teología de la liberación hablamos de otra cosa, que es del Cristo de la historia y no del Cristo de la fe. América Latina está en la mira de los Estados Unidos. No en vano Obama felicitó a Francisco, le dio la venia y hasta lo definió como el paladín de los pobres”, comentó con preocupación Villegas.
Tanto Villegas como Dri coinciden en que con Bergoglio se busca un resurgimiento de la Iglesia, pero éste será efímero porque siempre será la misma institución de poder. En este sentido, Dri agregó: “el Concilio Vaticano II no fue revolucionario pero abrió puertas y en el seno del catolicismo había un movimiento de liberación muy fuerte, se generaba otra iglesia, no como institución sino como comunidad, con asambleas, que se insertaba en los procesos populares, porque entendía que el mensaje de liberación cristiana, el de Jesús de Nazareth, tiene que ser popular porque la liberación surge justamente de la práctica popular. Esa Iglesia que se había comenzado a abrir, entre los dos últimos pontífices la cerraron completamente y fueron desestructurando y aniquilando todos los espacios de liberación que se habían abierto. Esa Iglesia volvió a ser la Iglesia que nunca dejó de ser: una Iglesia de la dominación. Yo estoy de acuerdo en que hay que estar en contra, pero el problema es precisamente cómo hay que llevar la lucha en el terreno concreto, porque tenemos que distinguir acá lo ideológico-filosófico que pensamos de la iglesia y después cómo llevamos una lucha política que vaya siendo efectiva, por eso la teología de la liberación es importante porque va llevando una lucha efectiva que va minando el poder de esta Iglesia, y por eso ellos también se han encargado de llevar una lucha contra todo lo que huele a teología de la liberación”, describió.
Por eso Dri considera un retroceso la aceptación de este papado por parte de algunos políticos y sobre todo de parte de teólogos de la liberación: “quiero esperar un poco a ver cómo se va recomponiendo todo políticamente, pero hay intervenciones ahí que realmente me dan vergüenza. Lo estuve escuchando a Gabriel Mariotto y no podía creer el esfuerzo que hacía para reposicionarse, y reposicionarlo a Bergoglio, también como parte del movimiento o algo parecido. Eso no es solamente de estos políticos, hay también teólogos de la liberación, me parece absolutamente deplorable que traten de capitalizarlo a Bergoglio como si fuera realmente un Francisco de Asís o algo parecido”.
El filósofo, y además profesor universitario, asegura que Francisco tiene la concepción de que Estado e Iglesia son dos poderes, pero que el primero debe estar subordinado al segundo, y que es en este punto donde residió su enfrentamiento, por ejemplo, con el kirchnerismo: “Berglogio combina teología de la represión con doctrina social de la Iglesia, una combinación muy hábil. Está con la teología de la represión porque él hábilmente estuvo apartando a los jesuitas que estaban conectados con la teología de la liberación; él se encargó de limpiar ese espacio muy importante. Por otra parte, se encargó a su vez de que aquellos que para él no eran rescatables como era el caso de Yorio y Jalics terminasen en la ESMA. Esa es la parte oscura que él oculta, al mismo tiempo que presenta la otra faceta, la de la preocupación por el problema social, por el problema de los pobres, de hecho él ha expresado esa faceta y es la que saca a relucir, porque él tiene la concepción de que los pobres son de la Iglesia, o sea la Iglesia debe solucionar ese problema, pero lo puede solucionar en la medida en que siga habiendo pobres, de manera que la solución es apolítica. A lo que él se opone es a la solución política, por eso su enfrentamiento con el kirchnerismo, independientemente de las críticas que se le pueda hacer al kirchnerismo, sin duda que gran parte del problema social ha sido solucionado políticamente, y eso le quita clientes a la Iglesia”.
Un Pontificado que recién se inicia y suma ya masivas aceptaciones, pero también valiosas y no tan difundidas impugnaciones.

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