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Baldosas por la Memoria: las marcas de una lucha

Escrito por el mayo 10, 2013


(Por La Retaguardia) En el marco de la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, buscamos distintas formas de rescatar las huellas que dejaron los compañeros detenidos desaparecidos. Una de ellas puede verse al transitar la Ciudad de Buenos Aires y son las baldosas que desde la Coordinadora de Barrios por la Memoria y Justicia colocan en los lugares donde vivieron, trabajaron, militaron o fueron secuestrados los detenidos-desaparecidos. En este marco dialogamos con Fanny Seldes y Marisa Munczek, integrantes de la Comisión de Almagro, sobre cómo surgió y se lleva adelante esta iniciativa.

“El objetivo es rescatar las historias, devolverles la identidad a los compañeros”, explicó Fanny Seldes entrevistada durante Oral y Público. Para la Coordinadora de Barrios por la Memoria y la Justicia los detenidos-desaparecidos sufrieron dos veces esa condición: “primero cuando fueron secuestrados y asesinados durante la dictadura cívico militar y clerical, como voy a decir ahora desde que lo escuché en un acto reciente –manifestó Seldes–. En aquel momento los compañeros fueron secuestrados físicamente. Después, durante el comienzo de la democracia también se los negó mucho, el tema del ‘por algo habrá sido’ prendió fuerte y creo que, con esta movida, lo que nosotros nos propusimos fue resignificar ese ‘por algo habrá sido’. Decimos, sí, fue porque militaron, se comprometieron, porque querían un país más justo y nosotros reivindicamos absolutamente esa lucha y obviamente es otro contexto; entonces el trabajo por memoria, verdad y más justicia por suerte lo podemos llevar a cabo de otra manera. Y una parte de ese trabajo es marcar esos lugares donde los compañeros militaban, vivían, estudiaban o fueron secuestrados”.

La Coordinadora está dividida en comisiones en función de los distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Seldes y Munczek integran la comisión Almagro.
Respecto a las baldosas, Seldes aclaró que están realizadas con colores porque no quieren que remitan a una lápida: “lo que nosotros queremos es rescatar a los compañeros en toda la plenitud de su militancia y peleándola”, agregó. “El uso de colores refiere a la vida de ellos, y también es una forma de llamar la atención hacia la baldosa ya que están en el espacio público. Que sean miradas y que a su vez generen preguntas y reconstruyan la memoria de estas personas y de lo que se vivió en la Argentina”, especificó Marisa Munczek.
Barrios por Memoria y Justicia nació en 2006, para el aniversario número treinta del último golpe de Estado. “Hicimos una actividad en la que teníamos los listados de los desaparecidos del barrio e hicimos unos plotters que fueron pegados en las direcciones que teníamos del barrio donde vivieron, trabajaron o fueron secuestrados. Nuestro grupo se conformó para hacer las baldosas. Primero empezamos con la de la hermana de una compañera. Seguimos el listado primero con un orden alfabético. Para la segunda realización de baldosas tomamos las que estaban más cercanas a donde estábamos haciéndolas que era en Ángel Gallardo y Corrientes, porque estábamos trabajando con la gente de la Asamblea de ese lugar. Hicimos ocho baldosas de las que algunas nos quedan sin colocar porque aún no encontramos a los familiares. Ya después se nos fueron acercando familiares pidiéndonos baldosas, también muchos colegios, algunas instituciones como el teatro IFT, después fuimos respondiendo más que nada a pedidos concretos”, detalló Munczek.
“Antes de realizar las baldosas nosotros nos reunimos con los familiares, los compañeros, los amigos, queremos chequear la información, con eso nosotros somos muy rigurosos –continuó el relato Seldes–. Después se decide un día y la idea es que ese día se haga más de una baldosa, sobre todo cuando es un colegio como el Buenos Aires donde se hicieron seis baldosas. Se produce algo muy lindo porque es una actividad grupal, compartida, y es como en los viejos tiempos de la militancia. De repente se encuentra gente que viene por distintos compañeros, confluyen ahí y lo que hacemos nosotros es preparar la mezcla para hacer la baldosa. La mezcla se coloca adentro de un bastidor. Cuando empieza a fraguar se ponen los textos que han sido consensuados entre todos los barrios que conforman la coordinadora de barrios por memoria y justicia. La baldosa dice ‘aquí vivió’, ‘trabajó’, ‘estudió’ o ‘estudiaron’, los nombres, las fechas y ‘militantes populares’, que es el concepto que nos pareció más abarcador, y después ‘Terrorismo de Estado’, porque no son solamente casos ocurridos durante la dictadura, sino que también hay anteriores. Por ejemplo, ahora vamos a hacer baldosas por periodistas y entre ellos está Emilio Jáuregui, que tiene ya una baldosa individual, pero él fue muerto por la represión de Onganía. Hubo Terrorismo de Estado durante el gobierno de Isabelita, de allí las baldosas para Silvio Frondizi, para Rodolfo Ortega Peña”.
Al trabajo en la Coordinadora, se fueron sumando distintos colegios que tenían proyectos propios de memoria y también se acercaron directamente los Centros de Estudiantes, como fue el caso del Nacional Buenos Aires o el Carlos Pellegrini, y hasta se realizaron y colocaron baldosas dentro de las escuelas en una tarea conjunta con los chicos.
“En el Liceo 1, por ejemplo, fue una experiencia muy fuerte, porque nosotros fuimos por tres chicas y cuando llegamos nos contaron que con dos profesoras de historia habían investigado y tenían el dato de estas tres chicas y de diez más. Tuvimos que apurarnos y hacer baldosas con los nombres de las otras diez chicas y fue un acto muy lindo”, relató Seldes, quien calificó la colocación de la baldosa como un acto político. Para Munczek, este trabajo también resulta reparador para los familiares, ya que se trata de un homenaje a nivel personal y social.
“Con las baldosas nos manejamos con el concepto de marca –especificó Seldes–. La baldosa es primero la marca del compañero en la vereda, en su barrio, es como traerlo de vuelta al barrio. Esta cuestión de hacer la baldosa deja una marca, una huella, en los familiares, los compañeros, nos la deja a nosotros, y es también la parte más desgraciada de la marca que es la que dejó el terrorismo de Estado. Todo el que pasa por ahí ve la baldosa y se entera, y si no sabe puede empezar a averiguar”.
La historia completa de la Coordinadora puede conocerse a través de los libros que se fueron publicando. Los dos primeros relatan los inicios en 2006 hasta lo realizado en 2009, y el tercero, de próxima aparición, abarcará hasta mediados de 2012.
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