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Después de la marcha, los organismos de Jujuy están más tranquilos

Escrito por el julio 27, 2013


foto: La Colectiva

(Por Oral y Público) A pesar de los intentos de la empresa de Ledesma de generar miedo, además de haber convocado a una contramarcha  a partir de una campaña en la que denunciaba que los organismos de derechos humanos atentaban contra las fuentes de trabajo de los habitantes, este 25 de julio fueron cerca de cuarenta mil las personas se movilizaron desde Calilegua hasta Libertador San Martín en Jujuy, superando las expectativas de las propias organizaciones convocantes. Durante la marcha, recogimos los testimonios de Romina Righetti, integrante del Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria (IEM), y de Sebastián Fernández, integrante de Radio Pueblo, quienes relataron cómo se vivía por trigésima vez este reclamo de memoria, verdad y justicia.

La jornada del jueves 25 de julio comenzó con un acto por la mañana en homenaje a los desaparecidos de Ledesma; luego, a las 14, se dio inicio a la 30° Marcha del Apagón, que recorre los ocho kilómetros que aproximadamente separan las localidades jujeñas de Calilegua y Libertador General San Martín, el mismo camino que transitaron los vehículos del Ingenio Ledesma transportando secuestrados durante varias noches del mes de julio de 1976. En la zona, en aquellas jornadas nefastas, hubo cerca de cuatrocientos detenidos y más de treinta desaparecidos, y Calilegua fue el pueblo donde se sintió con mayor fuerza la noche del apagón.
“Hace poco más de quince años que participo de las marchas y hace unos años apenas éramos cincuenta, cien personas; ver hoy esta multitud la verdad que no se puede decir otra cosa que es emocionante el nivel de organización que se han dado las bases en Jujuy. La marcha es multitudinaria, se han sumado muchas organizaciones de distintos lugares de la provincia”, relató en medio de la movilización Romina Righetti, integrante del Consejo Directivo del IEM, durante un programa especial de Oral Y Público grabado especialmente durante la marcha.
“Estábamos con unos amigos de acá, de Libertador, –continuó su relato Righetti a Oral y Público– recordando estas marchas anteriores y decíamos que entonces la gente cerraba los negocios, sus casas, las ventanas y se asomaba detrás de una cortina para ver a un pequeño grupo de personas que pasaba, por supuesto con Olga Aredez a la cabeza, y hoy esos mismos vecinos están con sus casas abiertas, y muchos están participando en la marcha, los negocios están abiertos. Es una situación totalmente distinta y eso habla de lo que se ha podido hacer en Libertador respecto a la memoria, la verdad y la justicia”, comparó con alegría Righetti.
La sorpresa -y también el alivio- ante la masividad de la marcha se debe a que en el último tiempo la empresa Ledesma multiplicó su intento de mostrar a los pobladores de Libertador de su lado, y hasta organizó una contramarcha, a la que llamó “Abrazo a Ledesma”. Al respecto, Sebastián Fernández de Radio Pueblo de Jujuy, integrante de la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA, que realizó una transmisión especial desde el lugar durante toda la tarde) manifestó: “la empresa evidentemente pensaba que a través del asistencialismo, ese recurso espurio del poderoso para tratar de aglutinar y no de convencer, iba a encontrar un Libertador opuesto a la marcha del apagón y opuesto al reclamo de justicia. Tuve la oportunidad de ver la contramarcha, eran alrededor de dos mil personas, la mayoría barrabravas, empresas transportistas que trabajan para Ledesma; no había un elemento genuino de pueblo, más allá de algunos girones o pequeños grupos; en cambio acá hemos podido ver a ambos lados de la ruta gente que, aunque temerosa como suele ser aquí la cuestión de enfrentar sus monstruos, demostraba con su presencia y su visualización, con su aplauso o a veces un tímido signo de ok, su aprobación a la marcha, y esto se pudo ver este año en una cuantía que yo creo que triplicaba o cuadruplicaba la cantidad de gente que años anteriores había estado aquí. Me parece que hubo una respuesta tímida pero sincera de todos los habitantes de a pie de Libertador que le están diciendo a la empresa cuáles son las verdaderas intenciones de este pueblo”.
Con un hilo de voz a punto de cortarse, Fernández respondió una pregunta difícil: qué significa hoy Ledesma para Libertador San Martín. El integrante de Radio Pueblo explicó: “sigue siendo un eje de poder dentro de la provincia y de Libertador a partir de su función principalmente económica. Sigue siendo el amo indiscutido, porque si no trabajan directamente para la empresa, lo hacen en alguna otra que brinda servicios hacia Ledesma o dependen de un pequeño kiosco que depende a su vez de los pagos del salario de Ledesma, así que tiene una presencia económica enorme que se traduce también en un poder político: no hay intendente que haya llegado al poder sin el visto bueno de la empresa, a excepción de Luis Aredez, que ya sabemos cómo le fue”, explicó, recordando al médico que fue elegido como intendente y por cuyo secuestro y desaparición hubo condenas en un juicio finalizado hace pocos meses.
El poder que maneja Ledesma también hace que tenga de su lado a los medios tradicionales de Jujuy, que se han encargado de reproducir el discurso de la empresa que acusa a los organismos de actuar en contra de las fuentes laborales que genera el Ingenio. Esta connivencia se pudo ver en el marco de la movilización de este jueves. Así lo contó Righetti: “estaba conversando con algunos de los medios tradicionales que están cubriendo la movilización y apenas comenzaba a salir la marcha desde Calilegua ya estaban diciendo que, por ejemplo, era más pequeña que el año pasado, que había menos gente, cuando estamos dando cuenta de que supera ampliamente lo que fue la última marcha”, graficó.
Tras escuchar las palabras de Righetti desde Jujuy, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, presente en el estudio de La Retaguardia que lleva su nombre, le respondió emocionado: “desmentís a los que habían desarrollado esa campaña de desánimo contra la marcha. Me acuerdo que hablábamos con los compañeros y decíamos que si hay fábricas sin patrones también puede haber fábricas sin Blaquier”. Righetti le respondió que justamente esa es una de las discusiones centrales que se está dando en la zona y hacia dentro de las organizaciones sociales y el propio sindicato. Cabe recordar que el 11 y 12 de julio pasado, los trabajadores de la empresa, agrupados en el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma, realizaron un paro inédito en reclamo de mejoras salariales. Además, el día anterior a la 30° marcha se había desarrollado una actividad en la sede del gremio en la que se proyectó con gran concurrencia el documental “Norita, Nora Cortiñas” de Miguel Mirra.
Estas actividades previas y la contundencia de la marcha del jueves han significado, en palabras de Fernández de Radio Pueblo “un batacazo a las intenciones espurias que tenía la empresa de tratar de mostrar un Libertador opuesto al reclamo de memoria, verdad y justicia”.
Además, para Fernández, la masividad de esta 30° Marcha del Apagón trae una enorme tranquilidad a todos: “especialmente a los organismos de derechos humanos que estaban enfrentándose a una construcción informativa que falseaba la realidad y que desgraciadamente había llegado al punto tal de meter dudas en los distintos grupos y organismos. La duda de si puede ser que realmente estemos yendo en contra del pueblo. Hoy el pueblo de Libertador ha salido a las calles. Se ha contado con todo el apoyo del pueblo y Ledesma va a tener que responder en los juicios, sin ningún tipo de excepción, a todos estos planteos que se le irán realizando. Seguramente ha sido también la acción coordinada de los medios comunitarios de todo el país lo que ha logrado que hoy triunfara esta otra verdad, la verdad del pueblo, la verdad que muchos medios oficiales acallan”, sostuvo al borde de la emoción.
Tras la primera condena por delitos de lesa humanidad en la provincia de Jujuy que se conoció en mayo de este año, se espera para los próximos meses el avance de otras causas en las que están imputados el dueño de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, y su ex administrador Alberto Lemos, en las que se los acusa de ser cómplices en grado primario de veintinueve secuestros durante la última dictadura cívico militar. Una de ellas refiere, justamente, a las noches de los apagones. 
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