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José Iglesias: “fracasamos porque la lógica cromañón se repite”

Escrito por el enero 2, 2014


194 espejos, 194 rostros

(Por La Retaguardia) Cromañón es de esos momentos en los que todos vamos a recordar siempre qué estábamos haciendo en el momento que nos enteramos. De esas jornadas inolvidables, con toda la carga que tienen aquellos recuerdos, para bien y para mal. La mala es que pasó, está ahí, faltan 194 personas, la mayoría jóvenes; la buena es que no olvidamos, a pesar del dolor de recordar. Pero, ¿sirvió de algo lo que sucedió en Cromañón? ¿Estamos lejos o cerca de que suceda otra masacre con la misma lógica? Esta charla entre Alfredo Grande y José Iglesias quizá arroje alguna de esas respuestas y lance, también, otras preguntas.

En el último programa del año de Sueños Posibles y en el marco del noveno aniversario de la Masacre de Cromañón, Alfredo Grande dialogó con José Iglesias, papá de Pedro, uno de los 194 fallecidos aquella noche del 30 de diciembre de 2004, sobre los efectos en la actualidad de la llamada “lógica cromañón”.
Hace varios años, José Iglesias conducía Sueños Posibles junto a Alfredo Grande, incluso la idea del programa surgió en una de las tantas reuniones realizadas en su casa. “Sueños Posibles nació a partir de una masacre desgrarradora, de la que se cumplen nueve años. Este programa lo empezamos hace varios años junto con un familiar, una víctima de esa masacre. Inauguramos entonces lo que llamamos ‘la lógica cromañón’, que niega absolutamente todo lo que podamos decir como prevención o anticipación y espera perversamente la catástrofe, la crisis, y luego la niega, la desmiente, la proyecta, es decir patea la pelota pero no fuera de la cancha, sino directamente más allá del estadio, la ciudad, cuanto más lejos mejor”, afirmó Alfredo Grande a modo de introducción a la charla que mantuvo con José Iglesias, papá de Pedro y abogado querellante de varios familiares de víctimas de la Masacre de Cromañón.
A diferencia de los inicios de Sueños Posibles, este 30 de diciembre de 2013 Iglesias se ubicó del otro lado del micrófono, el del entrevistado, pero como ocurre con dos personas que se conocen y han transitado numerosos y dolorosos caminos a la par, tuvo con Grande un extenso diálogo e intercambio de ideas.

-Alfredo Grande: ¿Cómo está hoy lo que alguna vez llamamos Movimiento Cromañón?

-José Iglesias: Tiene las bajas propias de nueve años, bajas en el sentido de la caída de ánimo, desgano, el volverse sobre sí; y la militancia que continúa en algunos otros, que cuando hace falta convocar al resto, los que están desganados se ganan de fuerza y vuelven, y aparecen en algunas fechas, nos volvemos a juntar. Lo que sí animaba a todo este movimiento cromañón es el objetivo del primer día que era lograr que no se repitiera la lógica cromañón y fracasamos, pero vamos a seguir peleando. Hoy le decía a alguien, que fracasamos incluso en que se mantengan los carteles de emergencia, lo más elemental, aquellos que abundaron en enero, febrero de 2005. Pero ya no hay carteles, y esto revela el éxito de la lógica cromañón.

-AG: Cuando vos decís fracasamos, me permitiría una corrección, por ahí diría que seguimos siendo derrotados, porque para mí el fracaso es derrotarse a uno mismo y creo que tanto vos como muchos compañeros y compañeras no se han dejado derrotar por ustedes mismos. A lo mejor la correlación de fuerzas sigue siendo de un cinismo absoluto de un lado y de una convicción militante del otro. Seguramente el fracaso sea de quienes no pudieron escuchar y entender nada de todo esto que pasó.

-JI: Quizás el término ‘fracaso’ es fuerte, pero lo cierto es que también es muy fuerte el costo: son 194 chicos. Uno dice, ‘si se mueren 194 personas algo debe cambiar’, y lo único que cambió es el lenguaje: ahora hablamos de lógica cromañón, el común de la gente cuando tiene que hablar de algo según la lógica cromañón dice ‘esto es como cromañón’, pero lo que produce la lógica cromañón sigue estando, entonces uno tiene esa sensación no que la pelea sea en vano, sino que el discurso nos derrota, y de alguna manera también, más allá de lo que se produjo los últimos días a partir de los cortes de luz, hay un gran proceso de desmovilización contra el que hay que pelear. Hoy la gente se moviliza por los cortes, pero porque se le apagó la luz, ¿pero si se le apaga la luz al vecino? A lo mejor si mueren chicos o grandes en la tragedia de Once lo miramos por televisión, entonces las cosas se siguen repitiendo y en ese sentido digo que la lógica cromañón parece que ha triunfado, en esto de patear la pelota afuera.

-AG: Creo que la cultura represora quiere que todos los que la enfrentan se sientan los fracasados, los perdedores de la historia, cuando ya vamos a ver quiénes pierden realmente. Vos señalaste algo que comparto, generalmente se movilizan los afectados directos, es tan cruel este corte de luz que con diferencia de veinte metros algunos siguen disfrutando del split y otros no. En veinte metros hay personas que están sin ninguna posibilidad incluso de agua y para el otro lado están disfrutando de las bondades del capitalismo serio ¿No crees que esto es una crueldad accesoria además de la propia desgracia de que el otro es indiferente y a su vez sigue disfrutando de una cierta bonanza?

-JI: Sin duda es una crueldad accesoria y en realidad desnuda un modo de pensar la ciudad, la relación de los ciudadanos entre sí, de pensar la política, un modo de espectáculo. Yo veía la conferencia de prensa del jefe de gobierno en el centro de emergencias, que es consecuencia de cromañón, donde en realidad todo pasa por aparecer al lado de alguien que está vestido como si fuera a un rescate y después desaparece la imagen, y estoy seguro de que si hay que rescatar no hay nadie, como nos pasó a nosotros el 30 de diciembre de 2004. Y eso también es cruel, porque en definitiva además de las cuadras que nos separan del que tiene o no tiene agua, mienten con una imagen, puede haber personas que digan que ahora hay alguien que está al frente de la emergencia, pero no, eso es una foto. Todo esto que pasa en estos días me hace acordar a lo que vivimos el 30 de diciembre de 2004. Este 30 de diciembre lo vivimos en un contexto muy parecido en emergencia de otro tipo pero con las mismas reacciones, y con una movilización rara, la del propiamente afectado. Es un 30 muy jodido el que estamos pasando.

-AG: Y además lo de imponer la solidaridad desde los dirigentes me parece aberrante, porque funciona casi como un taparrabo la solidaridad, es un sentimiento muy profundo que nace de compartir la vida y no puede ser impuesto como moneda de cambio frente al desastre, como si todo se resolviera con un grupo de autoayuda. También me pareció patético lo que dijo el jefe de gabinete de ministros de la nación, Jorge Capitanich, acerca de que solo entre un 1% y un 3% de las personas estaban afectadas por los cortes.

-JI: A mí me parece patética la respuesta del poder frente a esta situación. Más que patética en realidad es transparente, porque transparenta los intereses, qué hay detrás de todo esto. Tiene que ver con lo que vos decías de la lógica cromañón, cuando me ocurre algo pateo la pelota afuera y la disimulo, por eso vamos a decir ahora que es un número relativo, muy pequeño, y en realidad vivimos en el mundo de la luz y los que están apagados son unos pocos, eso es como decir que en cromañón había una guardería.

-AG: ¿Vos crees que el ibarrismo será contagioso?

-JI: Ante todo es una enfermedad, pero no sé si es contagioso o forma parte en realidad de un modo de hacer política, ya que así como hablamos de la lógica cromañón, el ibarrismo es otra lógica muy propia de algún progresismo, enferma desde ya, y desde ese punto de vista seguramente es contagioso.

-Irene Antinori: Lo que está pasando con la luz forma parte de la corrupción, de una maquinaria porque cuando los fondos no son destinados a los ciudadanos, a prevenir, son desviados por la corrupción, ¿estás de acuerdo?

-JI: Estoy totalmente de acuerdo, hoy le decía a algunos medios que cuando digo que Cromañón se repite en esto de los cortes de luz, es como una manera de ver el mismo esquema de Cromañón. Es una crisis advertida, alertada, desoída; tiene los mismos ingredientes: hay empresarios y funcionarios corruptos, hay víctimas, y luego hay explicaciones con estadísticas o de otro tipo que diluyen la responsabilidad y que dicen que la culpa fue de Putin, qué se yo. Es una manera de reproducir el esquema.

-Fernando Tebele: ¿Se te ocurre pensar qué tendría que pasarle a esta sociedad para que reaccione en conjunto y no individualmente?

-JI: Yo estoy haciendo la de café, hago el diagnóstico pero no sé cuál es la solución, y me preocupa la naturalización de todas estas cosas, porque creo que estamos afectados de un ombliguismo fenomenal. Nosotros en la lucha por Cromañón, una de las cosas que reclamábamos era que 194 no fuera un número sino un límite, pero no… entonces vos decís 30.000, 150, 194, 55, da lo mismo, son sumas, números. Nosotros hicimos una actividad que la estrenamos este 30 que consistía en 194 espejos pintados, y el artista que trajo la idea nos dijo: ‘cuando me puse a pintar los 194 me di cuenta de la dimensión’. Sin embargo esta sociedad sigue tolerando eso. La verdad no sé qué hay que hacer con esto, pero es muy preocupante.

-AG: Yo creo que hay un ejercicio de lo que llamo la cultura represora que consiste en desmentir permanentemente la realidad, cuando a vos te dicen que algo no está hirviendo sino apenas tibio, vos te quemás, pero el que te dice que está apenas tibio cuando está hirviendo es un perverso, un cínico, un atorrante o alguien que a lo mejor también cree que está apenas tibio, o sea un delirante. Hace muchos años que hablo del alucinatorio social y político. Evidentemente el poder político se encarga de decirnos que el agua está tibia cuando está hirviendo entonces nos quemamos en forma sistemática sin remedio. Es una batalla cultural que ustedes, los sobrevivientes, los familiares, siguen dando, y que es muy necesaria, y en esa batalla es probable que la sensación de fracaso llegue con demasiada frecuencia. Sin embargo, creo que los verdaderamente fracasados son esos familiares que como vos decís han dejado de luchar, se han entregado, ¿hay muchos de esos casos?

-JI: Hay bastante…, pero yo lo entiendo porque es complicado, te mueve absolutamente todo, no es que uno sale a militar por una causa, uno sale primero por un ausente, nosotros no salimos a la calle por la creencia de una idea, sino porque nos mataron un hijo y a partir de ahí articulamos una idea. La ausencia del hijo sigue estando, y esa ausencia a veces pesa mucho y hace que la gente se caiga de distintas maneras, una de ellas es dejar de movilizarse, entonces hay que arriarla, traerla y cuesta. Yo a ellos no les atribuyo el fracaso, y en realidad cuando hablo de fracaso no es por la desmovilización, es un diagnóstico, vamos a tener que seguir subiendo la cuesta, como cuando empezamos y teníamos los organismos de derechos humanos en contra, éramos la lacra que veníamos a tocar a la estrellita del progresismo, siempre tuvimos las cosas en contra. Cuando hablo de fracaso es un diagnóstico y tengo claro que tengo una cuesta y la vamos a seguir recorriendo, vamos a seguir haciendo cosas.

Y la charla cerró con una evocación: “siempre me acuerdo de que en una de las marchas en la que íbamos caminando juntos por Avenida Corrientes, a mí me apareció la idea de mi anterior unipersonal, ‘Sueños Posibles’, que finalmente es el que le dio nombre a este programa. Sueños Posibles se mantiene en su humilde espacio pero combativo, consecuente y coherente, y creo que en 2014 tenemos que preparar un décimo aniversario que sea una fuerte interpretación a este cultura represora que sigue asesinando con impunidad”. En este sentido, Grande le aseguró a Iglesias que juntos, como hace tantos años, trabajarán fuertemente este año para que el décimo aniversario de la Masacre de Cromañón, sea una marca en esta lucha.

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