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La historia de los mellizos Reggiardo Tolosa contada por Matías

Escrito por el marzo 18, 2014


Matías Reggiardo Tolosa durante
su declaración en La Plata

(Por La Retaguardia) Los nietos recuperados Matías y Gonzalo Reggiardo Tolosa prestaron testimonio en el juicio que se lleva adelante por los delitos cometidos durante la última dictadura cívico militar en el ex CCDTyE La Cacha de La Plata. Dialogamos con Matías para que nos cuente sus sensaciones al momento de declarar, y aprovechamos para consultarle también sobre su historia, su presente e incluso su relación con los medios alternativos.

“Es el juicio por lo que era el ex CCDTyE La Cacha, en donde hay muchas fuerzas de seguridad involucradas. Como la causa fue consustanciada con bastante lentitud entraron solo un número limitado de hechos, hasta el año 1977. Más allá de ser parte querellante por haber estado secuestrada y haber sido torturada nuestra madre en ese lugar, y haber nacido nosotros en el Penal de Olmos, nuestro testimonio tenía valor con respecto a una persona que se desempeñó en forma indirecta en ese lugar, era una persona conocida de los Miara y esto termina probando un vínculo con nuestra apropiación”, contó Matías Reggiardo Tolosa durante una charla con Oral y Público en relación a su declaración en el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en el ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio La Cacha de La Plata.
Matías declaró junto a su hermano mellizo Gonzalo. Ambos son hijos de María Rosa Tolosa y Juan Enrique Reggiardo, desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. Ellos suponen que nacieron el 27 de abril de 1977 a partir de lo escrito en el libro de guardia del Penal de Olmos, que funcionaba al lado del CCD La Cacha; sin embargo no saben con exactitud la hora y ni siquiera el día.
Lo concreto es que fueron apropiados por el subcomisario Samuel Miara y Beatriz Castillo y que sus caras adolescentes se hicieron conocidas en 1994 cuando comenzaron a aparecer en varios programas de televisión, como el de Bernardo Neustadt o el que compartían las por entonces nóveles promesas del periodismo tradicional Daniel Hadad y Marcelo Longobardi.
Cuando se le pide a Reggiardo Tolosa que cuente su historia desde cero, la primera frase que se le escucha es sintomática: “es muy complejo”, dice, y rápidamente continúa: “nuestro caso fue de los primeros en los que le llega información a Abuelas –relató–. Ellos tienen los primeros reportes en 1984, obviamente sin saber quién era nuestra verdadera familia. Samuel Miara y su mujer se fugan con nosotros hacia el hermano país de Paraguay en mayo de 1985, todavía estaba en el poder la dictadura de Alfredo Stroessner. En 1987, una delegación de la justicia argentina, liderada por el juez (Guillermo) Pons viaja a Paraguay a querer traernos a Miara y a nosotros de una forma compulsiva, pero rápida y evadiendo al gobierno paraguayo. Pasados tantos años… yo estimo que se hizo de esa forma, rayando con lo no legal, justamente por encontrarse Paraguay en dictadura, y sabiendo que Miara tenía aceitadas relaciones con aquel gobierno en ese momento. Ese es el primer hecho fuerte que ocurre en mi vida. Hasta el mes de agosto de 1987, yo ya tenía diez años, mi vida era normal como la de cualquier otro chico. Yo creía que era hijo de ellos, lo único irregular había sido la mudanza a Paraguay. Nosotros no sabíamos por qué nos habíamos mudado. Nos daban excusas que no sonaban muy lógicas pensándolo con el tiempo, pero nada que pudiéramos sospechar; y ,en ese momento, fue una cosa muy fuerte porque el juez Pons se presentó en el domicilio de Paraguay con personal de Interpol, de la Policía Federal Argentina y con auxiliares de justicia, y directamente nos intenta separar de nuestra apropiadora, Beatriz Castillo, y nos dice: ‘esa señora no es su madre’. Después vinieron funcionarios paraguayos, hubo un problema diplomático y a partir de ahí la cosa se cursó a través de un pedido formal de extradición a Paraguay”.
Hasta ese momento, los niños que habían ido recuperando las Abuelas de Plaza de Mayo tenían alrededor de siete u ocho años, por lo que el caso Reggiardo Tolosa era el primero en el que se intentaba restituir la identidad de adolescentes: “nosotros no éramos de los primeros casos, había habido muchos antes, pero al ser chicos de entre cuatro y cinco años no tenés toda la problemática de un adolescente”, explicó Reggiardo Tolosa a Oral y Público.
“Las restituciones eran procesos en los que no se tenía experiencia en la jurisprudencia argentina y muy poca en el mundo –continuó–, un delito como la apropiación en donde al menor se lo cría bajo una identidad falsa, es muy difícil acompañarlo para que se interese en su verdadera historia, y hasta ese momento todas las restituciones habían sido con chicos de estas edades,. Lo que ocurre con nosotros es que cuando nos enteramos de nuestra verdadera identidad queríamos contacto con nuestra familia biológica, pero en el caso concreto de nuestro tío Eduardo Tolosa, él no quería tener contacto si no era ya bajo un proceso de restitución estipulado por la justicia; obviamente Eduardo no iba a ir a tocarle el timbre a los Miara, lo que ocurre es que se hace la restitución bajo la premisa de imponer hacia el menor un cambio drástico de sus lugares, de sus costumbres y de su entorno, entonces bajo esta premisa se nos obliga a nosotros no solamente a dejar de tener todo contacto con nuestros apropiadores, cosa que en ese momento nos generaba fuerte resistencia, sino que además cortaba con todo nuestro pasado en forma abrupta, dejando de ver a todas las personas que habíamos conocido desde noviembre de 1993 hacia atrás. Eso implicó un cambio de ciudad donde vivíamos, un cambio de escuela, de amigos, y directamente la prohibición de la justicia de ver a esas personas. En ese contexto es en el que nosotros entramos en una serie de hechos que nos van empujando a tener más exposición mediática y somos tironeados obviamente por ambos lados. En primer lugar tengo que aclarar que nos llevábamos bastante mal con mi tío Eduardo Tolosa, y nosotros obviamente como menores hacíamos lo que la justicia nos prohibía, o sea nos escapábamos y veíamos a los Miara, o nos escapábamos y veíamos a otros amigos, y es muy difícil imponer autoridad a un menor después de 16 años que uno no los conoce. La situación era bastante tensa y a esto hay que sumarle que en el juzgado nos decían que nosotros solamente podíamos vivir con Eduardo porque si no teníamos que ir a un instituto de menores, una situación bastante angustiosa”, explica a la distancia.
Es en este contexto que un amigo de Eduardo Tolosa los pone en contacto con distintos programas de televisión: “empieza todo ese raid mediático, que después fue explotado por distintos comunicadores y por gente que sí, es verdad, quería cuestionar la lucha de Abuelas. En el caso del programa de Neustadt estuvimos poco tiempo, pudimos hablar muy poco, pero el caso más impactante fue el programa de Hadad y Longobardi, todo estuvo bastante montado con bastante amarillismo, fue el único programa que pusieron al aire a nuestra apropiadora. Si hoy querés ver segmentos de ese programa los encontrás en you tube, y es como que estaba todo bastante armado para que nosotros nos pusiéramos a llorar en cámara como sucedió con mi hermano”, recordó Matías Reggiardo Tolosa.

María Rosa y Juan Enrique por Matías

“Nuestro viejos se conocieron en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata en 1972, más o menos. Militaban en la Juventud Peronista Universitaria, en el caso de mi vieja sé que pertenecía a la organización Montoneros. En el caso de mi padre no me consta, no lo tengo testimoniado al menos por compañeros que hayan estado adentro de esa organización. Mi mamá siempre tuvo una disputa muy fuerte con su padre. Mi abuelo era fuertemente antiperonista y eso la llevó a ir distanciándose de su familia; por otro lado, es verdad que mi abuelo sabía quizás a qué peligros se exponía mi madre, es como que se lo fue advirtiendo y ella no supo oírlo. Mi madre es de La Plata y mi padre de Florencio Varela. De muy joven, con doce años, él decide irse a estudiar el secundario a Capital Federal, al Colegio Santa Catalina de San Telmo, una escuela salesiana, que es donde toma contacto con algunos sacerdotes tercermundistas. Para el momento en que se llevan a mis viejos, ellos ya estaban en la clandestinidad. Habían cambiado de domicilio varias veces, incluso habían abandonado un departamento que estaban ocupando porque sabían que estaba marcado y no los pudieron capturar, pero en el mes de enero de 1977 a mi papá lo van a buscar a los talleres de la imprenta donde se desempeñaba como operario y se lo llevan de ahí. De mi madre no se sabe el lugar exacto donde la levantaron, pero se supone que fue en la calle en Lanús. Se estima que estaban viviendo en algún lugar de Capital Federal y que ella viajaba a su trabajo, en ese momento era empleada del Banco de la Provincia de Buenos Aires”, relató Matías Reggiardo Tolosa.
Aunque la historia de cada nieto recuperado es personal e individual, existen ciertos patrones comunes en algunos de los relatos acerca de la relación de los hijos con sus padres desaparecidos. Al principio suele haber enojo por haber puesto por delante a la militancia, luego algunos incluso recuperan esa historia militante. Al ser consultado sobre en qué momento de la relación con sus papás se encuentra, Matías aseveró: “en mi caso no pasé por ningún estado de enojo, pero porque es muy difícil ponerse en el lugar de ellos a la distancia y sabiendo sobre todo cómo terminó la película. Es verdad que uno puede preguntarse por qué no se fueron del país o no hicieron alguna otra cosa; pero por otro lado con respecto a la militancia en sí, si bien por lo menos en mi caso personal tengo muy en claro cuáles eran los objetivos en sí de la dictadura a nivel económico y cómo ejecutó ese plan y cómo la represión fue una parte de ese plan, yo también tengo mis fuertes cuestionamientos hacia Montoneros, sobre todo hacia la conducción, incluso esos cuestionamientos vienen de muchos compañeros que estuvieron en esa época, porque también vivieron ciertas circunstancias de forma desgraciada, así que de todos modos se puede decir que, y una vez más a tantos años de los acontecimientos y habiendo visto cómo resultó todo, uno cree que hubiera tomado otro curso de acción, pero es imposible ponerse en la piel de ellos en ese momento, es darse cuenta que seguramente ellos creyeron que era la mejor forma de luchar por sus ideales en un contexto tan extremo y difícil como eran aquellos años”.

Matías hoy

Vive en Rosario, a diferencia de su hermano Gonzalo que reside en la Ciudad de Buenos Aires; sin embargo tratan de verse al menos un par de veces al mes. Matías es empleado en el Banco de la Provincia de Buenos Aires en la ciudad de San Nicolás, por lo que viaja varios kilómetros todos los días. Otra sede, pero el mismo banco donde trabajaba su mamá.
“No se me dio por la militancia. Hubo varios momentos donde varios quisieron convencerme de acercarme a la política. Soy muy crítico del kirchnerismo en general, y ya en 2009 me habían querido tentar de algún partido político, en ese momento dije que no; además, y más allá de ser crítico del kirchnerismo, creo que soy un inconformista en general así que lo que siento es que cuando esos partidos políticos ganen y dejen de ser oposición voy a sentirme exactamente igual con respecto a ellos, y lo que me pasó también fue que cuando escribí la carta abierta a Juan Cabandié se armó un revuelo muy, muy grande y decidí también ocultarme, porque lo que yo escribí me parece que cumplió una función en su momento, pero seguir hablando del tema no tenía sentido”.
Las familias apropiadoras de los mellizos Reggiardo Tolosa y de Juan Cabandié eran muy amigas, por lo que los jóvenes se conocen desde niños: “a Juan lo conocimos de muy pequeño, y en realidad su apropiador, Luis Falco, era agente de inteligencia de la Policía Federal, pero oficialmente no era policía, y Miara era muy amigo de él y la madre de Juan Cabandié estuvo secuestrada en un centro clandestino de detención en donde Miara se desempeñaba”, contó Matías.
En 2010, Luis Antonio Falco recibió 18 años de prisión por retención y ocultación de un menor de 10 años, adulteración de estado civil y falsificación de documentos públicos por el caso del actual legislador.
Un año antes, Samuel Miara había sido condenado a perpetua tras ser juzgado por los delitos cometidos en el circuito represivo ABO (Atlético-Banco-Olimpo). “Era miembro de la Policía Federal y parte de Seguridad Federal que era la parte de la fuerza más involucrada en la represión ilegal y formaba parte de este circuito”, especificó Reggiardo Tolosa, quien al ser consultado acerca de qué sintió el día de la sentencia, afirmó: “es muy difícil de explicar, fue una mezcla de sensaciones… por un montón de razones. Yo sabía que era culpable, más que nada por cosas que había hablado con él, pero siento lo mismo que quizás voy a sentir ahora cuando se llegue a una sentencia en esta otra causa (por La Cacha). En el caso personal de él, porque a diferencia de los otros represores es una persona que conozco, lo que más me molestó fue que él no dijera la verdad, que no tuviera el coraje de admitir cosas en las que participó. Obviamente que hay un montón de razones para eso, pero la sensación de mayor frustración en mi caso personal con él vino por esa lado, vino el juicio y en ningún momento pediste hablar para decir tu verdad, por más dura que fuere”.

La importancia de los medios alternativos

Alguna vez, Matías Reggiardo Tolosa hizo notar a través de Facebook que seguía nuestro trabajo con atención. Le recordamos esto y eso disparó su reflexión acerca de un tema que lo alcanza y le apasiona, los medios de comunicación: “desde el vamos a mí me interesa el hecho de autodenominarse como medios alternativos, en el sentido de ponerse al margen de lo que es la lógica comercial de los medios de comunicación que tienen la obligación de ceñirse a ciertos paradigmas y que hoy en el mundo esa lógica se está rompiendo a través de los medios alternativos de comunicación, en internet alrededor del mundo, es como que los medios masivos te dan una versión y en mi caso personal necesito escuchar la otra al segundo, me pasa a su vez con acontecimientos internacionales. Ya la forma en que se autotitulan como Red Nacional de Medios Alternativos me resultó atractiva, y en ese marco en lo que es toda la lucha contra la minería, la problemática que hemos visto por la represión que recibieron algunos pueblos originarios en los últimos años, mostraban un cierto bloqueo a los medios de comunicación, específicamente en esas provincias donde la libertad de expresión es un poquito más compleja. En esos hechos que ocurrieron, me estoy acordando ahora de Andalgalá, Catamarca, por ejemplo, yo estaba ávido de información, de saber qué estaba ocurriendo y ustedes eran uno de los pocos que contaban, con gente en el lugar en vivo y al aire, lo que estaba sucediendo. Esa es la ventaja de configurarse como una red. La realidad es que eso es lo que me acercó. Uno bucea en internet y busca algo que sea lo menos digerido y lo más cercano posible, tratando de liberarse tanto de las líneas editoriales de los grandes medios de comunicación como tratando de ir directo a las fuentes”.
Matías Reggiardo Tolosa es una de las tantas historias que ha dejado el Terrorismo de Estado en Argentina. Es su historia ha podido verse el rol de los medios de comunicación tradicionales respecto a este tema, no solo recién retornada la democracia, sino ya entrados los ’90. Cabe preguntarse si aquellos jóvenes periodistas, hoy grandes estrellas y empresarios del rubro, no nos deben una disculpa, o al menos a los mellizos.
Mientras tanto, Matías ha realizado la reconfiguración de su vida y se ha convertido en un joven con espíritu crítico y mirada amplia. Uno de esos que andan haciendo falta.

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Opiniones
  1. emiliana jauregui   /   marzo 8, 2016, (7:20 pm)

    desearia saber si los mellizos son nietos de maria dielli de brassesco oriunda de victoria entre rios quien tuvo un hijo a principios del siglo pasado con un reggiardo. era prima segunda de mi abuela materna maria diaz tambien victoriense
    me impacto la foto esp. de uno de ellos la forma oval de su cara.

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