(Por La Retaguardia) En periodismo los títulos dicen mucho, pero no solo en esta profesión vale la importancia de nombrar las cosas de determinada manera. Ayer, dicen las noticias, se inauguró el Museo de la ex ESMA. Primera cuestión: ya había un museo en el Casino de Oficiales, por lo que convendría hablar de nuevo museo, sin negar el que estaba a cargo del IEM; estuvimos varias veces allí y lo recorrimos con los sobrevivientes como guía; era un museo, podemos garantizarlo. La segunda tiene que ver con el modo de nombrar a los lugares que durante años conocimos como ex Centros Clandestinos de Detención Tortura y Exterminio (ex CCDTyE). De un tiempo a esta parte,
con la idea de la resignificación, se les llama, como en este caso, ex ESMA, que vendría a ser como si dijéramos ex Auschwitz, cosa que no hacemos. Nosotros preferimos decir, por lo expuesto anteriormente, que ayer se inauguró un nuevo museo en la ESMA. Contamos pocos sobrevivientes entre los presentes en el acto. Quizá dejamos de ver a alguno a través de la televisión, ya que no estuvimos en el lugar; pero lo cierto es que
la mayoría de los sobrevivientes de la ESMA, aquellos a los que les debemos saber la historia de lo que allí sucedió, no estaban en el acto. La Retaguardia publicará en estos días una serie de notas y opiniones al respecto. La primera es la entrevista realizada a uno de los sobrevivientes, Enrique "Cachito" Fukman, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, en el programa Otras Voces Otras Propuestas, que conduce Luis Angió junto a Ernestina Arias.