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Jorge Rulli: “mucha gente que antes no hablaba ahora se indigna por cualquier cosa”

Escrito por el enero 16, 2016


Alfredo Grande e Irene Antinori entrevistaron en su programa Sueños Posibles, que se emite por Radio La Retaguardia, a Jorge Rulli, militante de la resistencia peronista y referente del Grupo de Reflexión Rural. Juntos abordaron la coyuntura política tras la asunción del gobierno de Cambiemos, como así también las consecuencias de la modernización y la necesidad de volver al campo. (Por La Retaguardia)

Período de gracia/desgracia

“Creo que el kirchnerismo generó al macrismo como una oposición funcional; como es el bipartidismo pero a nivel de un país colonizado y globalizado, trasnacionalizado, a través de este modelo de extractivismo y a la vez con una compensación de grandes planes sociales, a veces mezquinos, que se ha repetido en América Latina sobre todo porque muchos países tienen la mirada puesta en la Argentina; y de pronto se ha dado vuelta la esfera y el macrismo quedó arriba y el kirchnerismo abajo, y a mí me parece que en estas primeras semanas hubo como una arremetida del kirchnerismo no respetando que todo gobierno tiene un período de gracia que dura equis cantidad de meses, todos los gobiernos lo han tenido, lo tuvo Néstor (Kirchner), y el de Macri ha sido bastante movido sobre todo por esta fuga de los tres involucrados en el narcotráfico (los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci)”, afirmó Jorge Rulli en el inicio de la charla con Alfredo Grande e Irene Antinori.
“Justamente días pasados –continuó– hablaba con un radical y me decía que él no entendía la lentitud y cierta paciencia para resolver temas, que hay como un gesto de dejar que las cosas se resuelvan solas. Uno ve a funcionarios importantes como los de Radio Nacional atrincherados en su oficina esperando que los indemnicen. Yo he visto internas en el peronismo en algún sector del Estado y se resolvían a las patadas, y en este caso uno imaginaba que se iba a resolver de otra manera, pero han ido como desgastándose en el tiempo, de todas maneras a mí me parece que en algún momento estas semanas de gracia van a terminar y quedará un Estado a cargo de CEOs y empresarios”.

El agua que viene de arriba

En este punto, el referente del Grupo de Reflexión Rural aseguró que le preocupa lo que sucede en Brasil en materia de medio ambiente, ya que existen allí ciertas prácticas que tienen consecuencias que afectan a todo el planeta, a toda la humanidad: “creo que en gran medida las inundaciones que hemos sufrido en el Litoral son consecuencia de un modelo aplicado en Brasil a rajatabla que implica ecocidios y etnocidios también, hemos leído crónicas de cómo viven los pueblos indígenas y realmente los están liquidando, las compensaciones llegan en forma de Coca Cola y televisores, de las prácticas sexuales del mundo occidental a pueblos que no tienen mayores defensas y el gobierno progresista lo permite. Otra cosa muy increíble es que hemos visto a Lula (Da Silva) llevando el plan bolsa-familia, que es como los planes asistenciales de Argentina, a México en las orillas del territorio zapatista, donde el ejército no actúa pero sí lo hacen los planes asistenciales para comerle las poblaciones, y ahí ha estado Lula repartiendo la bolsa-familia”.
Para Jorge Rulli hay una vocación de extender este tipo de prácticas en todo el continente, por lo que le parece importante que se puedan definir algunas cuestiones: “qué cosa nos pasó y qué fue lo que ocurrió con el progresismo en la Argentina, desde la Argentina hacia el resto de América Latina, además para poder enfrentar lo que viene, porque si no entendemos lo que pasó lo más probable es que como en el Chile de (Sebastián) Piñera lo único que nos quede es reclamar que vuelva (Michelle) Bachelet, que en este caso sería ‘volvé Cristina te perdonamos’. Esta sola alternativa me parece muy preocupante y esto requiere de comprender y generar una alternativa, entonces cuando hablamos de resistencia vale preguntarse qué tipo de resistencia, con quiénes, para qué, no para volver al pasado, tratemos de imaginar algo nuevo, que no sea la farsa del simulacro y de la retórica de Horacio González (ex director de la Biblioteca Nacional), sino que sea algo de verdad donde la gente participe de verdad, que la democracia tenga otros contenidos, no como esta estafa en la que hemos vivido hace tanto tiempo”.
Volviendo al período de gracia que tienen los gobiernos apenas asumen, o al ‘período de desgracia’ tal como lo llamó Irene Antinori haciendo referencia a la represión a los trabajadores de Cresta Roja y a los despidos de empleados estatales, Rulli manifestó: “en el caso de estos conflictos, más allá de las víctimas, uno ve que la opinión pública no reacciona, está todavía sino expectante por lo menos abierta al cambio, yo no subestimaría esta cierta expectativa que hay, porque me parece que políticamente tenemos que entender que es un gobierno que recién comienza, además comienza lentamente, que se da sus propios tiempos, puede haber conflictos llevados con parsimonia y puede haber conflictos violentos, el caso de Cresta Roja y otros, pero estamos pensando en que esto va a terminar en una resistencia muy fuerte, yo no me apresuraría sobre todo porque me parece necesario debatir. Yo he debatido con algunos grupos cuando nos invitaron a la Plaza de Mayo en esas acciones que hubo en los primeros días, una reunión de pueblos (por el Congreso de los Pueblos convocado desde el Movimiento Popular La Dignidad), y nosotros debatimos, no estuvimos de acuerdo en ir, me acuerdo que les dije que si hoy vamos con Perdía dentro de un mes vamos con Pérsico, y dentro de 3 meses estamos golpeando Puerta de Hierro-Calafate para pedirle a Cristina que nos conduzca… tenemos que tener cuidado en cómo comenzar una gesta nueva, pensemos un poquito cómo la comenzamos, después cada uno que le ponga sus tiempos, sus matices, pero me gustaría que alguna gente un poco apresurada atienda un poco esta prevención que hacemos nosotros un poco producto de la experiencia, de que algunos somos bastante viejos y hemos visto muchas cosas ya. Y de pronto ante mucha gente que fue sumisa en los últimos años, que no hablaba, que sobre todo no elevaba la voz, que de pronto se indigna ante cualquier cosa que ocurre, a mí me despierta una cierta sospecha de antiguas connivencias, de silencios que hoy se convierten en alaridos ante cualquier cosa y me parece que el común de la gente a un nuevo gobierno le da unas semanas, le da unos meses, esto es inevitable, ha sido siempre así, depende después cómo ese gobierno lo aprovecha”.

El hecho maldito

-Alfredo Grande: ¿Qué pensás sobre esta idea de que “el kirchnerismo es el hecho maldito del país peronista”?

-Jorge Rulli: tus frases me sorprenden siempre… (risas)

-A.G.: A mí también, pero realmente el kirchnerismo ha partido al peronismo…

-J.R.: Lo que siento como una maldición es que los problemas en Argentina en vez de resolverse se heredan y empeoran; el problema del peronismo del ’73 no lo pudimos resolver y ahora es como que empeoró totalmente, ahora es más complicado, además plantearlo como un fenómeno del peronismo creo que no ayudaría. Hoy coloqué algunas cosas en el Facebook sobre el Dakar en Bolivia, y realmente el afán de modernidad está presente en otros pueblos de América Latina, por lo menos en algunos sectores de cierta izquierda que no tienen nada que ver con el peronismo, además el peronismo nunca fue desarrollista, hay un fenómeno que impacta a ciertos peronistas que en definitiva yo creo que es la modernidad, creo que se están abrazando a la modernidad tardía, se han hecho progresistas neo-desarrollistas, igual que gran parte de la izquierda y sobre todo gran parte del Partido Comunista, y todos se han hecho modernizantes, progresistas, es muy raro lo que pasa, se han hecho pro urbanos además”.
Rulli retomó en este punto de la charla el caso de los tres ex prófugos, condenados por el triple crimen de General Rodríguez, para reforzar su idea: “no los podían encontrar y entre otras cosas era porque en una provincia como Santa Fe, que es de las más ricas de la Argentina, el campo está vacío, las casas están vacías, o sea que los prófugos llegaban y se metían en una casa y dormían ahí, y nadie los veía porque no hay más vecinos, esto es lo que han hecho de la agricultura y del campo en la Argentina, y toda esa gente está en los conurbanos sometida a los punteros como (Luis) D’Elia, asistida por los planes de Alicia Kirchner o de quien la reemplace, y además ante la amenaza del narco que se va extendiendo gradualmente, es una cosa espantosa lo que ha pasado en la Argentina y le hemos dado la espalda porque en diferentes sectores políticos, y hablo hasta del Frente Progresista, no solamente con (Sergio) Massa o el Frente para la Victoria, en diferentes partidos, la vocación es modernizadora, desarrollista, extractivista, es terrible, creo que hay que golpear ahí y por eso apuesto a los jóvenes alternativos, los que se van al campo, algunos no entienden por qué me involucro en la construcción en barro, pero es porque estoy tratando de quebrar este proyecto argentino urbano modernizador tardío y neodesarrollista. Me parece que es un modo de quebrar este proyecto progresista, que el caso más paradigmático fue el respaldo a Lino Barañao, no solamente de Macri, sino que cuando Cristina le permite, le da permiso porque dice que él expresa políticas de Estado, o sea que dice lo que nadie decía: que Barañao expresaba políticas de Estado, o sea políticas que trascienden a un gobierno, la misma candidata del Frente Progresista lo alabó unas semanas antes, dijo que era la única zona rescatable del kirchnerismo. Yo le escribí a ella, mandándole algunas cuestiones, algunas otras miradas porque me pareció vergonzoso que la presunta izquierda dijera que Lino Barañao era lo único rescatable”.
Para Rulli, el problema es que son muchas las personas que piensan de esta misma manera: “creo que habría que romper este proyecto modernizador, que en el caso de la izquierda se confunde con un enamoramiento de las fuerzas productivas, como en el caso de (l vicepresidente de Bolivia, Álvaro) García Linera, me parece que inclusive el marxismo tuvo otros sueños, otro romanticismo, pero prácticamente no ha quedado nada, lo que queda es esta ansiedad por el desarrollo capitalista para llegar a… es muy loco lo que está pasando… y por supuesto el esquema chino y la expansión del gigante chino me parece que ayuda también a que estas cosas sean difíciles de plantear, por eso a mí me parece que a veces dar testimonio yéndose al campo, pariendo en la casa, o haciendo la huerta, es un modo de ir sumando gente a un proyecto que cuestione la modernidad, no solamente el capitalismo, que cuestione todo en bloque, la modernidad, las prácticas científicas duras u occidentales, que instale esa mirada de un viaje al interior de nuestra propia cultura”.

Volver al campo, vivir de otro modo

“Si hoy hicieran la reforma agraria no tendrías quién quisiera ir al campo, no tendrías gente para ir al campo, realmente la reforma agraria es una consigna que hoy no significaría nada en la Argentina, no habría quiénes vuelvan a trabajar al campo, lo que sí hay son jóvenes que vuelven a través de la ocupación de tierras, la ley argentina permite ocupar tierras, asentarse y pagar el impuesto, y es lo que nosotros proponemos”, expresó Jorge Rulli en el diálogo con Sueños Posibles, en relación a cuáles son algunas de las iniciativas que mantienen desde el Grupo de Reflexión Rural que integra.
“Lo que se está proponiendo son pequeñas parcelas, que en provincias como Córdoba hay miles y miles, y son incontables los jóvenes que se han ido y ocupan o compran, o compran en comunidad e incluso también en zonas como General Rodríguez, Marcos Paz (ambas en provincia de Buenos Aires), en cantidad de lugares hay gente que está ocupando, en Moreno mismo, y están viviendo de otra manera. Generalmente han comprado lotes, a veces un cuarto de manzana, pero ya es suficiente para vivir de otro modo, para poder forestar, tener alimentos sanos, para que los niños tengan otro espacio, cómo romper la idea de que se vive en un departamento con calle asfaltada y que no puedas sacar tu propia agua, esto es lo que me parece que hay que cuestionar, es una cuestión política”, aseguró Rulli.
Para el militante de la resistencia peronista, en los últimos años se ha producido una marcha al campo de jóvenes mucho más combativos que participan de las movilizaciones contra Monsanto y la ley de semillas: “es una militancia más fuerte y creo que esto va a ir creciendo”, expresó para referirse luego al movimiento campesino en Francia: “nace desde la ciudad, hubo una resistencia muy fuerte de los franceses contra un aeropuerto militar que se iba a construir, porque habían expropiado una cantidad de chacras campesinas y la gente aceptó el dinero y se fue, dejando toda esa zona vacía y lista para la construcción, entonces grupos libertarios de la ciudad marcharon subrepticiamente y ocuparon las granjas vacías y se hicieron fuertes allí. Después de 15 años de trabajar y vivir de eso, se habían convertido en campesinos y son los que forman la organización campesina francesa. Yo estuve en algún mercado que ellos hacían en París, y en la feria había gansos, vacas, hacían quesos, había de todo, vendían plantas aromáticas, pero además estaban haciendo intensamente política, uno se acercaba y hablaba con el que hacía queso y te daba folletos, libros, te hablaba de política, era una cosa muy interesante, incluso difícil de imaginar en la Argentina, porque además estaban con sus mujeres, con sus hijos, haciendo panqueques, con los huevos, con las gallinas, pero hablando de política constantemente, a mí me movilizó mucho este modo de ser campesino”.

Jorge Rulli y un repaso por experiencias que dan cuenta de la posibilidad de vivir de otra manera, resistiendo y luchando también contra un modelo de país y una coyuntura política cada vez más compleja. Su mirada siempre es polémica; muchas veces es incómoda para él, a la vez que incomoda a su interlocutor, pero no hay dudas de que hay una propuesta clara allí, que invita a pensar.

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