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“Hay que disputarle el futbol a estos carcamanes”

Escrito por el abril 5, 2016


Kurt Lutman es un ex futbolista que mezcla su pasión por el juego con la militancia en los relatos publicados el año pasado en su libro “El agua y el pez”. Hablamos con él sobre su presente y también sobre su paso por este deporte del que aún rescata “esa emoción del hincha que todavía no está facturada”. Fue durante el programa radial La Retaguardia, que conducen Fernando Tebele y María Eugenia Otero. (Por La Retaguardia)

Foto: Lutman y su hijo adhiriendo a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.

Kurt Lutman hizo las inferiores y debutó en primera en el club de sus amores, Newells Old Boys de Rosario. También pasó por Godoy Cruz de Mendoza y Huracán de Corrientes, además de formar parte del selecionado Sub 17 en 1993. Sin embargo, quizás se lo recuerde más por algunas de sus acciones sin pelota. Por ejemplo, le hizo frente al presidente del equipo rosarino, Eduardo López, lo que provocó que el dirigente rechazara ofertas de Vélez, Argentinos y México que querían llevarse al jugador. En épocas de impunidad, también festejó un gol de Newells con una remera que decía “Cárcel a Videla”.
Sabe que en el ambiente del futbol fue y es un distinto, pero no siempre lo reconoce: “somos muchos más de los que muchas veces los grandes medios quieren mostrar; el jugador de futbol siente y ejecuta como puede y somos bichos nobles. Algunos habremos encontrado algún lugar de militancia (Lutman lo hizo en H.I.J.O.S.), o alguna forma más armadita, pero en general cuando, por lo menos en Rosario, la cosa se pone fulera y se necesita una mano o hacer un partido a beneficio por alguien que está mal o por alguna fecha histórica, la monada levanta la mano al toque”.

Goles con conciencia

Amato en el Tucumán de Bussi
festejando a las Madres.

En relación al gol que festejó pidiendo cárcel para el genocida Videla, Lutman recordó: “en realidad eso ya se había hecho; lo mío fue en el 2000, pero un año antes Mauro Javier Amato lo había hecho en Atlético de Tucumán mientras Antonio Domingo Bussi era gobernador; en ese marco se levantó la camiseta y peló una remera de las Madres ¿Cómo no lo iba a hacer yo en Rosario que el gobernador no era genocida?. Nosotros fuimos copiando y mirando a los más grandes, 500 años de historia, 500 años de resistencia y en el futbol también pasa, fuimos copiando a los más grandes y fuimos viendo que no solamente es importante la camiseta de arriba sino también la que llevamos abajo, porque uno tiene un montón de cosas para decir”.
Lutman nació en 1976 y durante los 7 años de dictadura estuvo sin documentos porque a sus padres no les aceptaban el nombre que habían elegido para él: “no se aceptaban nombres extranjeros. Sí se aceptaban multinacionales extranjeras, sí aceptaban que venga la Shell y desguace, pero no que un paisano se llame con un nombre raro. Hasta hace poco, yo sentía que esto del nombre y el documento era un detalle más, pero siento que me marcó y a la hora de poder escribir tomo como uno de los tantos ejes que hay en el futbol y en la vida, el de lo que fue la dictadura, de lo que fue la fecha donde nuestra camada estaba naciendo y simultáneamente los compañeros, los militantes, los de los ’70, andaban corriendo por las calles, jugándose la educación, la salud pública para nosotros que estábamos naciendo en ese instante. Así que pelar una camiseta en una cancha es un pequeñísimo homenaje que uno puede hacer para devolver algo de todo lo que hicieron los compañeros que pusieron el cuerpo”, expresó Lutman.

El 24 se juega en la plaza

El último 24 de marzo, en su facebook el ex futbolista citó una frase de una canción de Iván Noble: “Apuesto al Quijote, aunque ande rengo, brindo por tipos sin antifaz y yo me voy a buscar el olor del mundo que perdimos”, a la que le agregó: “Hoy vamos a jugar a la Plaza”. Desde La Retaguardia aprovechamos para preguntarle cómo fue en Rosario el aniversario 40 del inicio de la última dictadura cívico militar: “la ciudad estalló como nunca, y esa frase me parece muy potente porque es ir a buscar el olor, ir a buscar un perfume que fueron los ’70. De todas las frases, es una de las que más me atraviesa, ese ir a buscarlo, ir a completar, no creerse un militante que ya tiene cerradito todo, yo sigo armando el rompecabezas, sigo escuchando a familiares, amigos, militantes, y en Rosario rebalsó el Monumento (a la Bandera) como nunca, cerca de 35.000 personas, eran incontables, porque nos plantamos como rosarinos para conmemorar la fecha, pero además el apellido Macri estaba dando vueltas por todos lados, eso también fue un planchazo, un ir a trabar con todo el cuerpo y decir ‘guarda que nosotros estamos acá’”, describió Lutman.

El agua, el pez y la bici

El año pasado, Kurt Lutman publicó el libro de crónicas cortas de fútbol “El agua y el pez”. “Supe observar un montón de superhéroes urbanos y compañeros que me marcaron, que desde un lugar de una nobleza enorme marcaron un camino también, dentro de Newells, en las ligas de campo, un montón de gente. Yo trato de recuperar esas historias para que no se pierdan y las pongo a jugar ahí. Siento que es un libro noble más que nada, porque está hecho así, como esas historias que se cuentan cuando uno se junta a comer un asado y sale un tipo… a mí son personas que me apasionan mucho los contadores de historias en los asados, son tipos que te atrapan la atención y te dejan ahí un rato, y yo traté de hacer algo parecido con el libro”.
Para distribuir su libro, Lutman utiliza una técnica particular: “Los lunes lo publico por Facebook, los martes la gente que le interesa me lo pide, y los miércoles salgo a pedalear con la bici y los llevo a domicilio. En mayo, vamos a presentar en la Ciudad de Buenos Aires ‘Pelota de Papel’ que es un proyecto muy lindo, así que voy a llevar un bolso cargado de libros para el que guste”.
Actualmente, además de escritor, Lutman se define como papá: “soy lo más difícil del mundo y el desafío más grande para mí, que es ser papá de Juan y Francisca, que son mis dos amores, como nos pasa a todos con los hijos. Yo soy eso, me presento como papá, ahora puedo presentarme así. Antes andaba muy despistado y hoy siento que es uno de los desafíos más lindos que tengo por delante”.
En cuanto a qué es lo que le sigue atrapando del futbol, un juego que ya no es un juego, Lutman explicó: “las miradas, los ojos, cuando voy a la cancha y veo a un papá con el hijo en los hombros yendo a ver el partido, esa emoción del hincha que todavía no está facturada. A nosotros se nos entrenó futbolísticamente para que sintamos lo menos posible, que no nos involucremos con el club, porque así uno es una mercancía y es rápido de vender a la mayor cantidad de clubes posibles y cuando llega el afecto de la gente no hay forma, no te querés ir, entonces esa puja me parece hermosísima y es una puja que va a terminar definiendo al futbol, la pasión de la gente, esa energía enorme que la gente le pone al club, que tiene que ver con sus viejos, con su historia, con quién los llevó a la cancha, en contra de estos carcamanes que facturan en nombre de algo que es de todos y que es sagrado que es el futbol”. Hacia el final de la charla con La Retaguardia, Lutman aseguró: “al futbol hay que disputarlo  porque es nuestro, no se lo pueden quedar ellos, les vamos a ganar… o a empatar”. Habilidad para ambos juegos, no le faltan.

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