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Monsanto se va de Córdoba, una victoria para Malvinas Argentinas

Escrito por el agosto 4, 2016



                                       
La fábrica que Monsanto no pudo instalar en cuatro años en Córdoba quedó desactivada definitivamente. La conflictividad social incesante logró quebrar a la multinacional que, según comunicó, ampliaría la planta que ya tiene en la ciudad de Rojas, en la provincia de Buenos Aires. Julián Galeano de Todos los 25 Contra Monsanto dialogó con La Retaguardia para analizar la situación. (Por La Retaguardia)

“Monsanto se va de Córdoba, eso es verdad, dada la fuertísima presión popular que hubo en Malvinas Argentinas desde hace cuatro años. En estos días decidieron que se van, pero el problema es que quieren agrandar la planta que hay en Rojas, provincia de Buenos Aires. Anunciaron ellos mismos que mudan la poca infraestructura que había ahí. Hay un intento, también, de no quedar como perjudicados y de mantener esa línea de corporación dominante”, aclaró Galeano.

La plata de Rojas 

“El conflicto con la presencia de Monsanto en Rojas es diferente, es más pequeño. Monsanto está allí desde la década del ’60, es decir, previo a la existencia de los transgénicos en Argentina. Luego, esa planta se convirtió en la más importante de producción de semillas transgénicas. De hecho es la que provee a todo nuestro país. Está instalada y hay todo un dilema por las distintas tensiones que hay en la ciudad. Nosotros hemos visto allí cosas terribles. Por un lado, las enfermedades que esto provoca porque cada dos o tres casas vimos personas con cáncer”, denunció Galeano. Por otra parte, relató cómo en pueblos que están a diez o quince kilómetros “los mosquitos que fumigan circulan por la calle como si fueran autos, vemos porotos de soja por la vereda, silos por doquier. Los silos son terribles porque van largando todo ese polvillo empastado de agrotóxicos que vuela en el aire”.
Galeano contó que un estudio realizado en Monte Maíz por parte de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados demostró cómo “los silos justo en el medio de la ciudad hacen que el problema sea peor. Los mosquitos son los aparatos de fumigación terrestre que son bastante anchos y fumigan diez metros para cada lado. Es un vehículo con las ruedas altas para poder pasar por encima de los cultivos. Es un aparato que hemos visto que la gente los manguerea en la calle como si lavara su auto. Estamos hablando -aseguró- de algo que tiene un producto totalmente nocivo, comprobadísimo que así es, y que hasta los mismos lobbistas de las corporaciones dicen que eso no se debe hacer. Se hace eso y se hacen un montón de cosas más como tirar bidones por todos lados y fumigar con productos que están prohibidos”.

Poder ejecutivo 

“Es terrible la postura de parte del gobierno y de funcionarios que deberían regular este tema que proponen que se fumigue a cien metros de las personas, lo cual es fumigar en la cara. Hablamos de pueblos que están metidos en un mar de soja. Son una isla y no hay forma de evitar ser fumigados en esas circunstancias. Estas prácticas totalmente nocivas hacen que se genere algo terrible. Estas prácticas son llevadas por la propia empresa Monsanto”, denunció.

Hasta la semilla

Según Galeano, “a las semillas que no han salido a la venta las encierran en un campo y están mucho más fumigadas y de hecho vienen pintadas de colores para que la gente no se las coma. Si bien el resultado del producto de un maíz está muy fumigado, imagínense qué tanto lo está una semilla que tiene fungicidas y un montón de cosas más para que perdure en el tiempo  hasta que sea sembrada. Tiene lo necesario también para que los bichos no se las coman cuando recién está siendo sembrado. Es algo totalmente nocivo”, aseveró. “La planta de Monsanto está en un río con un color que realmente mete miedo. O sea, no tienen prácticas razonables desde ningún aspecto. No es que el modelo solamente envenena sino que la producción de estas semillas, la producción de agrotóxicos también lo hace”, explicó.

Las causas profundas de la partida

“No me extrañaría que se tratara de una negociación con el gobierno, desactivar el foco de conflicto para aprobar la ley de semillas. Son prácticas muy comunes de parte de esas corporaciones. Hace un mes más o menos hemos visto una pelea mediática ficticia de Monsanto con el gobierno. Macri pone en los altos cargos a funcionarios que han trabajado para Monsanto o para corporaciones que hacen exactamente lo mismo y nos quiere vender que hay una supuesta pelea porque este gobierno está defendiendo los intereses del pueblo. Por cuestiones de retenciones o de cánones, pero no por el uso de la semilla”, aclaró Galeano.

La actividad mediática

Para Galeano, corporaciones como estas “tienen empleados en todos los medios, porque nos hemos cansado de escuchar gente haciendo lobby. Hoy me acordaba de Sebastían Wainraich que tiene en su programa de radio un espacio dedicado exclusivamente al lobby de estas corporaciones donde lleva invitados a que nos cuenten lo sustentable que es la agricultura que lleva a cabo Monsanto. Así vemos un montón de cosas. Hace poco se hablaba de la ortorexia, una enfermedad de personas que dejan de comer por miedo a ciertas cosas vinculadas a la alimentación. Tomaban esa enfermedad para asociarla a gente que hoy quiere comer productos orgánicos y se pusieron a hablar de lo orgánico y de si los agroquímicos eran buenos o malos, por supuesto decían que eran buenos, y asociaban esta enfermedad con personas que quería comer sano y nada más”, contó sobre la tergiversación de la prensa tradicional. “Como si uno por querer comer libre de pesticidas fuera un enfermo que va a acabar con su vida. Son estrategas porque no solamente hacen la publicidad de la tanda y el spot en todos los medios de comunicación sino que suelen comprar espacios enteros de televisión. Difunden sus cosas como si fueran noticias”, aseguró el militante.

Detrás de los negociados

Sobre su sustento a pesar de la conflictividad social, Galeano aseguró que las corporaciones como Monsanto tienen altísimo rendimiento económico, “con lo cual la propaganda no es perder el tiempo. Mientras en esos cuatro años en que estuvo parado en Córdoba, Monsanto ha ganado plata como muy pocas corporaciones en el mundo. Esto no es solamente Monsanto, es todo el vínculo directo que tiene con todo el resto de las corporaciones que se nuclean a través de organismos de comercio internacional y que hoy en día dominan sobre todo el mercado alimentario. Empresas como Coca Cola que endulza sus gaseosas con jarabe de maíz transgénico. Otras como Winnie Lever o P&G, que hacen la logística de todos esos alimentos, los grandes supermercados. Hay una connivencia muy grande, no sólo de Monsanto y políticos locales sino de otras corporaciones”. Ahora, contó Galeano, “se llevará a cabo en Argentina un espacio internacional donde se juntan representantes de todas las corporaciones, las PyMEs por supuesto que no entran, y toman decisiones sobre las políticas que se van a llevar a cabo. Se van a sentar a decidir sobre nuestro país apoyados por políticos de distintos partidos, porque son quienes financian las campañas, quienes ponen dinero en los medios, quienes hacen que se pueda controlar la economía y eso es lo que les gusta a los políticos locales”, denunció. “Con este modelo de agricultura pueden hacer que las ventas pasen por el Estado, por intermediarios, o por empresas que ellos decidan. No es lo mismo si sembráramos remolacha, al mercado mundial no le interesa la remolacha. Ahora, la soja transgénica, el maíz transgénico, el algodón transgénico cotizan en bolsa y el precio lo pone el mercado de Chicago. Ahí se mueven un montón de hilos”, planteó.

Lo que implica

Galeano no dejó de destacar que la retirada de Monsanto de Córdoba es una victoria, “es realmente asombroso, y queda demostrado con que vengan tantas personas del exterior, hemos visto que grababan documentales sobre Malvinas Argentinas como un hecho inédito. Fue la primera vez en la historia que se logra torcerle el brazo a esta corporación conocida por someter países enteros, continentes enteros. Es más que destacable lo que sucedió. Es una victoria para estar contentos y una demostración para todos de que se puede, se puede terminar con esto, es un paso grandísimo que se ha dado y puede desencadenar que se sigan dando pasos así”, incentivó. Además, puso foco en la necesidad de organización en Rojas: “Es importante que la gente tome la misma postura. Si bien el escenario es un poco más complejo porque hay mucha gente que trabaja para Monsanto, hay amenazas, hay compañeros a los que les ponen autos en la puerta para vigilarlos. Es una situación terrible y esto nos demuestra que se puede. Un pueblo pudo con una colaboración a nivel regional e internacional así que no estamos solos en la lucha. Esto debe ser solamente el principio”, alentó.

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