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“Los delitos sexuales no deberían prescribir porque son un trauma a largo plazo”

Escrito por el noviembre 19, 2016


Con motivo del Día Mundial por la Prevención del Abuso Sexual en la Infancia, que se celebra hoy, Patricia Gordon, psicóloga e integrante de la ONG marplatense EnRed, dialogó con Fernando Tebele y María Eugenia Otero, en el programa radial La Retaguardia. La conversación giró en torno a la problemática, pero también se tocaron otros puntos ligados a la violencia de género, como el #NiUnaMenos y los femicidios. (Por La Retaguardia)

El abuso sexual infantil es un tema importante y está relacionado con la negación. Hemos trabajado mucho en materia de violencia de género, de trata, todo lo que se está hablando en relación a esto, pero el tema del abuso sexual siempre queda como a un costado. Empezamos a hacer una campaña desde el mes de octubre y hablamos de violencia sexual, porque hemos debatido si es abuso la palabra correcta, porque en realidad abuso significa ‘mal uso’. Sería algo contradictorio, ¿cuál sería el buen uso?”, interrogó. “Entonces empezamos a hablar de violencia sexual, de bajar mucho la línea de dar participación a los adultos y adultas que han sobrevivido a estas agresiones vividas en la infancia y la adolescencia. Hay que darle una vuelta al tema para que la sociedad se implique más. La campaña también enfoca mucho la mirada hacia la niñez, siempre depende de cómo se entiendan la infancia y la niñez para comprender este tema, si no seguirán pasando las mismas cosas: a los chicos no se les cree, a las mamás se las trata de negadoras, a los profesionales se los denuncia y ataca permanentemente”, denunció la activista. Para Gordon, no hubo un avance en el problema “porque estas cosas nos siguen pasando y por eso necesitamos salir todos el 19 y buscar formas para que la sociedad se implique más en el tema y pueda ver que esto tiene una continuidad. Un niño o una niña abusada carga con una mochila muy pesada y en algún momento va a ser un adulto o un adulta que va a cargar esa frustración y por eso hay que atender esto cuando sucede, en la infancia”.

Prescripción

“Cuando alguien me pregunta por qué no deberían prescribir los delitos sexuales yo tomo las palabras de una mujer adulta que fue abusada por un juez que se murió el martes y brindamos por eso, parafraseando la poesía de que es un muerto de mierda. Se trata del juez de Mar del Plata Edmundo O’ Neill, que abusó de muchas mujeres que en 2004 hicieron una protesta, un escrache, cuando él vino a presentar un libro en la Feria del Libro. Son más de 20 mujeres de entre 40 y 50 años y una de ellas dijo que no tenía que ser un delito imprescriptible porque el dolor nunca prescribe. También porque muchas veces lleva mucho tiempo romper con ese silencio. Hay que darle ese tiempo a quien fue víctima para que pueda encontrar la contención para lograrlo”, consideró.
“La imprescriptibilidad es darle la dimensión al delito. Es necesario otorgarle el sentido que tiene, cuáles son sus efectos a largo plazo. Entender, al menos que se lea lo que significa un trauma. Es a largo plazo, evidentemente va a estar presente durante muchísimo tiempo. Además, las víctimas muchas veces no pueden denunciar a tiempo porque están amenazadas, o lo contaron y nadie les creyó, o no fueron acompañadas. No es cualquier delito”, declaró. Gordon planteó que hay sectores del poder judicial que lo tratan como si fuera un delito común “y se estudia muy poco lo que son las consecuencias del incesto paterno filial, el abuso ocurre dentro de este ámbito familiar donde generalmente la figura es la del padre biológico. Si no se profundiza en cuáles son las características de estos fenómenos, difícilmente se los pueda tratar como debería ser”.
La psicóloga de EnRed volvió sobre la denuncia contra O’ Neill: “La causa contra el juez que falleció lo hizo en un manto de impunidad. Todo fue cajoneado porque quien inicia esta denuncia es una trabajadora social cuyas hermanas habían sido abusadas y las mujeres se fueron encontrando a lo largo de los años porque él fue un abusador a través del tiempo. A ellas las conocimos cuando vinieron hace unos años a Mar del Plata, las acompañamos a hacer un acto muy lindo, una protesta sin medios, sin fotos, en la puerta de la casa de O’ Neill, una protesta que se llamó ‘rondas de papel’ donde ellas recortaron siluetas de niños y las dejaron en la puerta de su casa en el barrio Los Troncos”, recordó Gordon. “No es algo que haya trascendido, es una denuncia que se metió en un cajón, que quedó impune, que fue silenciada por ciertos sectores esta familia judicial porque a la casa de O’ Neill muchas mujeres que en ese momento eran niñas fueron llevadas por sus familiares que estaban dentro del poder judicial. Hubo un gran grado de complicidad”, aseguró.

#NiUnaMenos

“Es un grito, es un reclamo. A veces se interpreta que nosotras les estamos pidiendo a los femicidas que no nos maten más. Es mucho más que eso, es un reclamo muy fuerte, no sólo del movimiento de mujeres sino de toda la sociedad, en relación a las políticas de Estado que se vienen llevando a cabo en materia de violencia de género. Unos días antes de este femicidio reciente en la ciudad de Mar del Plata, el intendente Carlos Arroyo había tenido la infeliz idea de decir que estaban gastando sumas elevadas en campañas en temas de moda como la violencia de género, entre otros. Días posteriores a estas declaraciones mataron a Valeria Britez. Una mujer joven con 7 hijos, asesinada por su pareja, que estaba con arresto domiciliario”, recordó Gordon. Para la activista, “esto sigue sucediendo en todo el país. En Entre Ríos es muy alta la cantidad de femicidios del último mes, todos los días tenemos una trágica noticia de un femicidio. Tenemos que seguir diciendo #NiUnaMenos, pero con exigencia y reclamo fuerte hacia quienes de una u otra manera se han comprometido a declarar una emergencia, mejorar las condiciones de atención de las mujeres que hacen las denuncias. En el caso de Valeria, ella había hecho una denuncia en la comisaría de la mujer y el femicida no respetó la restricción de acercamiento que tenía. Lo que pasa es que con esto no alcanza para una estructura psíquica que desconoce todo tipo de ley. Una restricción de acercamiento le hace cosquillas prácticamente”, consideró.
En cuánto a por qué el femicidio de Lucía tuvo en los medios tradicionales mucha más repercusión que el de Valeria, Gordon se animó a explorar razones: “Puede ser acertada la lectura de que genera más conmoción el femicidio de una chica como Lucía, más allá del morbo del caso, porque no fue asesinada por su pareja. Hay una negación cuando estas cuestiones ocurren, por decirlo de alguna manera, dentro del ámbito familiar, cuando lo familiar se vuelve siniestro y se transforma en otra cosa. También hay un componente sexual, en el caso de Lucía recordemos que la fiscal salió inmediatamente a dar detalles de cómo ocurrió algo que después se tiene que investigar, que hablaba de empalamiento. Yo tomé ese término por la fuerza y el repudio masivo que generó no solamente en Mar del Plata sino en todo el país e internacionalmente”, contó. “En ese momento yo estaba en un Congreso en Costa Rica y pude participar de una marcha que se hacía en sintonía con lo que pasaba aquí y se repudiaba el femicidio de Lucía Pérez de la misma manera que acá. También vi videos de gente que salió a repudiarlo en Francia. Fue algo que causó mucho impacto, por un lado por el morbo, por el otro por el componente sexual. En el caso de Valeria no hubo una violación. Esto nos lleva a hacer lecturas sobre los mecanismos de negación pero también de desmentida y de renegación de las cosas”, definió Gordon.

La reacción y la transformación simbólica del femicidio

“Creo que la organización de las mujeres provoca reacciones pero no hago esa relación directa entre movilización y femicidio porque lamentablemente, creo que ocurren de la misma manera que siempre ocurrieron pero que nunca hablamos. Hace algunos años pasaba esto y había una nota chiquitita perdida por ahí que hablaba de la muerte de una mujer en un crimen pasional. No se hablaba de femicidio. En los estudios que hay sobre este tema y las investigaciones nos encontramos con que hace muchos años la dibujaban de forma tal que parecía que las mujeres se suicidaban”, analizó sobre las coberturas mediáticas. Gordon también consideró: “Una reacción que me provoca gracia y rechazo es esa en la que dicen que no es sólo #NiUnaMenos sino también Ni Uno Menos. Es una forma de resistirse a una realidad que ya no se puede ocultar, no comprender, por ejemplo, qué pasaría en Argentina si cada 21 horas las mujeres asesinaran a un hombre. El masculinicidio evidentemente no existe. Lo doy vuelta para ver qué me responden las personas que piensan así. Carecen de argumentos serios porque es un fenómeno que ya no se puede desconocer desde las cifras que tenemos, no podemos desconocer algo que lleva siglos, desde la caza de brujas. No podemos desconocer la historia. Ha habido un plan de exterminio de mujeres que duró siglos y que hoy por hoy tiene otras manifestaciones. También hay mucha gente que no quiere reconocer que es parte de esta cultura y que estamos atravesados por prejuicios y mitos con respecto a estos temas”, planteó en el cierre.

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