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Vanesa Orieta: “Lu, donde quiera que estés, se demostró que tu palabra era verdad”

Escrito por el enero 26, 2017


Vanesa y Laura llegan unos diez minutos antes del comienzo del programa en el que serán entrevistadas. Han aprendido a hacer radio a través de Familiares y Amigos de Luciano Arruga, que hacen Desde Afuera. Saben que es importante no llegar sobre la hora. Que está bueno distenderse un poco, sobre todo si luego nos vamos a meter a enfrentar el dolor. Se sientan ambas en el patio a fumar tabaco. Vanesa arma sus cigarrilos con tabaco sin contenido químico. Se acerca Jorge Miguel Soler, que acaba de terminar su programa radial Patria Soñada. Soler nació en el campo, en Paraguay. Lo hemos visto arrancar yuyos del jardín y comérselos a pleno disfrute. Le deja un mensaje de ex fumador a Vanesa: “si sos vegetariana no podés fumar”, entre otras tantas razones que los fumadores entienden y conocen, pero que prefieren obviar. Es impactante verlos intercambiar, no tanto por el contenido de la charla, sino por sus historias vinculadas aún perteneciendo a tiempos y contextos diferentes. Jorge encontró a su papá hace algunos meses, tras 40 años de búsqueda ante el poder stronista que se lo llevó delante de sus ojos. La historia de Vanesa es más conocida por aquí, pero tardó 5 años y 8 meses en encontrar a Luciano. La crueldad y la perversidad de la metodología de la desparición forzada de personas es tal, que hasta puede considerársela una “afortunada” por haber hallado a su hermano, sobre todo si se cruza su historia con otras, como la de Nora Cortiñas, que sigue sin haber podido reconstruir ni un minuto después del secuestro de su hijo Gustavo. En la charla se hablará de la “fortuna” que se construye con la compañía adecuada.
Vanesa y Laura están cansadas y en plena tarea. Se acerca un nuevo aniversario del secuestro y desaparición de Luciano Arruga. La conversación será extensa. Una vez más a enfrentar el dolor. Nada diferente a lo que hace cada día de su vida sin Luciano. (Por La Retaguardia)

Fotos: Susanna De Guio


-Fernado Tebele: A pocas horas de la actividad del 28 de enero deben estar sin aire

-Vanesa Orieta: Estamos con todo el grupo laburando mucho con la organización de la marcha y compañeros de diferentes espacios que nos están dando una mano. Hoy salimos a pintar las paredes del barrio y la consigna del debate que queremos instalar es que nosotros denunciamos la represión por parte del Estado y definimos un poquito más extensamente lo que significa la violencia institicional. La carita de Luciano está por ahí en las paredes de nuestro barrio. Se cumplen 8 años, uno se pone a pensar en eso y en cómo pasa el tiempo. Son 8 años de organizarnos, de luchar, de salir a la calle, seguir exigiendo saber la verdad sobre lo que pasó con Luciano. Cuando decís que faltan horas se hace un nudito en la panza. Ahí ya empiezan a aparecer esas emociones que no son solo propias de los familiares de Luciano; cada vez que un familiar llega a un aniversario o una fecha específica son muchos los recuerdos, las emociones, el extrañar, indagar fuertemente en todo lo que se ha hecho, que en el caso de este grupo es inmenso.

-FT: Una cosa interesante que habla del grupo es que vos el año pasado casi no pudiste participar de la actividad y no es que sea una actividad de la que todo el mundo esté recordando que Vanesa Orieta no estuvo, porque estaba el grupo ahí. Involuntariamente, porque no lo pensaron así, se dio esta circunstancia. Hay respaldo.

-VO: Me parece que eso es lo más valioso de los grupos que se van conformando. Siempre es importante la presencia del familiar en cada una de las actividades pero yo el año pasado estaba cansada. Veníamos del año anterior, de haber encontrado a Luciano… Lo que me pasó es parte de la naturaleza, también, cuando uno lleva años de intensidad, de no parar la máquina, llega un momento en que el cuerpo dice basta, hasta acá, y hay que descansar. Lo bueno es encontrar un grupo humano que rodea a la familia y ocupa esos espacios y me parece que ahí está lo valioso, en entender como grupo que cada uno de nosotros es importante pero que cuando no estamos hay un compañero que puede tomar esa actividad y llevar adelante lo que fue el año pasado a siete años de la desaparición y muerte de Luciano.

-Eugenia Otero: Pasa algo con Familiares y amigos de Luciano que tiene que ver con el principio. Ponerle Familiares y Amigos a un grupo que lucha junto es muy fuerte porque pareciera que la voz es la voz de la familia. Ustedes tienen asambleas, discuten, charlan, nos consta que esto es así, pero a la vez siempre sabemos que estamos escuchando la voz de ustedes. Es un grupo con mucha polenta e hiperrespetuoso del proceso de la familia.

-VO: Hay un ida y vuelta. La familia tiene una voz y un posicionamiento muy importante en el grupo y al mismo tiempo los compañeros saben respetar cada uno de esos momentos y han sido respetuosos de cada paso que decidimos dar y todos tenemos un posicionamiento claro sobre cómo encarar esta lucha. Todos vimos que no íbamos a avanzar en lo judicial si no salíamos a la calle. También como grupo entendíamos que esa visibilización nos iba a resguardar de cosas que suceden alrededor de las familias. Hemos pasado momentos muy terribles, muy dolorosos y eso genera unos lazos que uno ya no puede explicar. Imaginate que nos llegue el mensaje de que Luciano había aparecido el 17 de octubre y todos nos mandábamos mensajes y decíamos nada, porque nosotros no decíamos Luciano apareció, decíamos ‘lo que estábamos buscando, se cumplió, vengan a casa porque tenemos que reunirnos’ y todos entendían qué nos íbamos a decir cuando nos viéramos, y eso habla de un grupo que tiene una unión muy intensa y una claridad también a la hora de entender de qué forma llevar adelante esos procesos. Nosotros como familiares hemos aprendido mucho de cada uno de los compañeros, de las compañeras, amigos, hermanos a esta altura, que también supieron poner una palabra, porque el familiar también muchas veces está sobrepasado de información, de responsabilidad, de emocionalidad, y está bueno tener un grupo de personas que puedan decir hasta dónde. A mí me han dicho muchas veces ‘hasta acá, Peti, ahora pará que hay un grupo de personas que está para reemplazarte en esto’, y también me fueron enseñando a saber desligarme de algunas cuestiones y a creer que ellos podían hacer cosas que mi cuerpo no podía hacer en determinado momento y me parece que eso es muy sabio, poder entender cuando el grupo te está diciendo confiá, bueno, yo confié en este grupo, sigo confiando y la verdad que son un respaldo muy importante para toda mi familia.

-FT: ¿Cómo está la causa en la actualidad?

-VO: La causa tiene algún avance chiquito que tiene que ver con el procesamiento, la condena firme a Julio Diego Torales a 10 años de prisión. Recordemos que está detenido por torturas físicas y psicológicas que sufriera Lu cuando tenía 16 años, él fue llevado al destacamento de Lomas del Mirador y una vez allí un grupo de policías le provocó daños irreparables. Esto venía a continuación de un pedido que le habían hecho a Luciano de salir a robar para un grupo de policías que ya realizaba estas tareas con otros pibes del barrio, y la negativa de Luciano fue la que empezó a provocar una serie de detenciones. Esta es la condena que tenemos. Nosotros consideramos que cuando se trata de torturas que recibe cualquier joven de nuestro país, las responsabilidades no empiezan ni terminan en un funcionario policial así que ahí estamos medio chuecos, tendrían que haber dado explicaciones algunos funcionarios políticos también sobre estos episodios, y más entendiendo que es una problemática que afecta a gran parte de nuestros pibes en los barrios. Esta causa se investigó en paralelo a la causa de desaparición forzada, se condenó en la justicia provincial; la causa de desaparición forzada de Luciano está en la justicia federal, nosotros entendemos y le explicamos a la justicia federal que esa causa tiene relación directa con la causa de desaparición forzada y esperamos que esto pueda ser interpretado de esta forma. Hoy sigue la justicia federal avanzando en el proceso de instrucción, recolectando datos sobre la investigación, con algunos detalles nuevos que surgieron a raíz de la aparición de Luciano el 17 de octubre de 2014, hay una parte que seguimos cuestionando que es que siempre se exprime la misma naranja que es que la familia y los amigos y pretendemos que se empiece a indagar un poquito más sobre las responsabilidades del municipio de Matanza, la provincia de Buenos Aires, del rol político pero también de los funcionarios judiciales. A nosotros no nos están investigando como lo hicieron aquella vez con escuchas que duraron un año y 6 meses, pero sí seguimos siendo nosotros los que la justicia busca que lleven una voz a la causa, como esto de creer que hay una verdad que tenemos, que la tenemos que volcar en un proceso judicial que a las claras tiene que buscar esas respuestas en otros lugares y no en la familia. Cuando hablamos de una desaparición forzada hablamos de que existen varios actores: los responsables materiales, pero también los ideólogos que mantienen la impunidad alrededor de una desaparición forzada que deberían dar cuenta de estas situaciones. Estos actores bien importantes para mantener una desaparición como forzada nunca fueron citados a declarar, y nosotros entendemos que se hace justo que se sienten a declarar porque lo que no tienen para decir es lo que realmente le da respuesta clara a por qué Luciano estuvo 5 años y 8 meses desaparecido. Nosotros seguimos manteniendo sin una definición un jury de enjuiciamiento al juez Gustavo Banco, a la fiscal Celia Cejas y a la fiscal Sandra Castelli. Volvemos al punto: ¿por qué existe una desaparición forzada? Porque la fiscal Sandra Castelli le dio la investigación a la misma policía que nosotros denunciábamos, violando una resolución que habla de que ante un hecho de denuncia contra un funcionario policial se deben buscar otros canales de investigación. Lo mismo ocurrió con la fiscal Celia Cejas Martín: en lugar de investigar a los responsables de la desaparición de Luciano, nos investigaban a nosotros. Las pruebas que no se recolectan durante los primeros tiempos de investigación se borran, se pierden, todo eso es lo que condimenta una desaparición forzada, esos son a los que hay que sentar en el banquillo de los acusados y obligarlos a dar serias respuestas de lo que ocurrió alrededor de esta causa. Entendemos nosotros que después de todo el maltrato que sufrió la causa se nos hace imposible poder encontrar a los responsables materiales, entonces deberán dar cuenta otros de por qué esa respuesta no ha llegado. La familia no se va a quedar conforme si a los que sientan allí es a un grupo de perejiles que claramente no van a satisfacer nuestra sed de justicia porque son muchos más los actores.
Es una mecánica bastante habitual en las causas, tanto de gatillo fácil como de desaparición forzada, forzar mucho el accionar de los familiares. Es sumamente tedioso y tortuoso ir a declarar muchas veces. Yo he ido aproximadamente cinco veces a declarar; en todas esas declaraciones siempre dije lo mismo, y la verdad que es remover mucho, recordar momentos muy tristes, recordar el día que estuve en el destacamento tratando de sacar a mi hermano mientras lo torturaban en la cocina, declarar esto ante un juez una y otra vez la verdad que genera en uno un desgaste impresionante. Esto pasa en todas las causas, y nosotros entendemos que esta lógica tiene que empezar a cambiar porque lo único que hace es seguir perdiendo el tiempo y no avanzar con los procesos judiciales.

-EO: Hay actores que aún ni fueron a citados a declarar, hospital, cementerio… no es solo la policía.

-VO: En lo que nosotros estamos bien claros es que sí tenemos una idea de lo que pasó con Luciano. El tema es que nosotros necesitamos que la justicia pueda armar ese rompecabezas que denuncia la familia y que ya lo ha denunciado en la causa judicial. Nosotros entendemos que Luciano fue secuestrado alrededor de la 01:00 de la madrugada por efectivos policiales, hay testigos que lo vieron en el destacamento policial, hay otros testigos que lo vieron en la comisaría 8ª, esto se ajusta con el momento en que Luciano es atropellado en la vía rápida de la General Paz, que es a las 3.30 de la madrugada, o sea que nosotros no estábamos tan locos en interpretar que Luciano había sido secuestrado a la 01:00. Hubo vecinos que hablaron y que nos contaron que escucharon los gritos de un pibe cerca del barrio al que subieron a un patrullero. Nosotros seguimos comparando la causa de Luciano con la de Ezequiel Demonty, en mi cabeza la figura que se me viene es la de Luciano llegando allí con un patrullero, y estos diciéndole ‘pibe corré’ y mi hermano corriendo por un lugar en el que claramente iba a perder la vida… ese panorama nosotros lo tenemos bien claro, si le sumamos a eso que hay un testigo que dice que ve un patrullero al costado de la Colectora, para nosotros está bien claro. La policía tiene una metodología bien clara para seguir embarrando y empiojando la causa, Luciano pierde la vida en la General Paz, interviene la Federal, interviene (el Hospital) Santojanni y a partir de allí todo se vuelve una maraña. Si hoy tuviéramos que condenar por cada uno de esos hechos a los responsables de todo el tedio que vivió Luciano, entiendo que sería un juicio de muchos días en donde a cada uno le cabería una responsabilidad que a mí me cuesta entenderlo en términos de desidia o falta de voluntad: ahí hay una maquinaria, la policía tiene bien claro que ese es un circuito fácil para poder meter una persona y que llegue hasta el lugar indicado para que todo ese plan esté perfectamente bien armado, esta es una responsabilidad del Estado porque no es primer caso, Kiki Lescano fue enterrado de igual manera en el mismo cementerio, en la Chacarita, y hay un montón de casos en donde el parecido es tan espantoso que claramente hay una responsabilidad de un Estado que no puede decir que se ha equivocado o no ha interpretado… No, es responsable porque su metodología es ésta, la de controlar y reprimir a los jóvenes y que después se encargue el brazo sucio del Estado de hacer lo que tenga que hacer: desaparecer la vida de nuestros pibes, toda su historia y tratar de borrar cuanta prueba quede alrededor para que el Estado no se manche y no sea responsable de lo que realmente es responsable.
Actualmente no hay juicio a la vista y nosotros esperamos que no haya juicio a la vista por lo pronto, porque hoy llevar esta causa a juicio es llevar a un grupo de policías que la realidad a nosotros no nos sirve. Estamos hablando de una desaparición forzada y nosotros no queremos solamente a los responsables materiales, queremos que se sienten todos los responsables por el dolor que sufrió Luciano, la familia y porque lo marca la carátula de la causa, desaparición forzada, responsabilidad del Estado, responsabilidad de las diferentes instituciones del Estado, así que me parece que es una burla a tantos años y siendo tan público todo lo que pasó con la causa que llevemos a un grupo de policías a decir que hicimos algo de justicia y todos los demás actores, responsables directos de esta desaparición, sigan sentados en sus casas y dentro de algunos años siendo otra vez candidatos y la gente yendo a votarlos. No participaríamos claramente de ese circo. El tema es que entendemos que se hace bien difícil poder llevar a esos actores a un juicio y poder condenarlos. Seguimos pensando que sería muy positivo que avanzara el proceso contra los responsables políticos en el caso de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Esta sociedad se mueve a través de jurisprudencia y la verdad que sería importante dar ese salto de calidad para empezar desde allí varios a tomar eso como un ejemplo y llevar también a funcionarios tanto judiciales como políticos en otros procesos al mismo lugar, a que se sienten y den explicaciones por tantos hechos. Seguramente el trabajo que hay que hacer de fondo es empezar a hacer un trabajo más colectivo, que todos los familiares que sufrimos estos hechos podamos aunarnos en esta lucha y empezar a cristalizar claramente de qué forma llevar esos procesos judiciales. Ahí tenemos clarosde cómo se han movido los familiares y las víctimas en las causas en las que se ha condenado a los genocidas.



-FT: Uno analiza la causa contra Torales a la distancia y ha sido un logro importante, pero muchas veces me pregunté si no habrá sido una manera consciente o inconsciente de la justicia de decir ‘a estos los calmamos con un policía preso’… ¿Lo pensaron alguna vez en esos términos?

-VO: claramente, es real que se piensa de esa manera. Creo que es una forma que tiene la justicia de poder satisfacer un poco la necesidad de la familia de poder obtener algo de justicia. Creo que en este caso nos faltaría condenar otros policías más en esa misma causa, por ese mismo hecho. Quedó tan claro en el juicio que entre ellos mismos terminaron responsabilizándose por otras secuencias que hubo en el momento de la detención de Luciano. Creo que la consistencia de la familia a la hora de declarar con lujo de detalles, esto de describir cada uno de los lugares, poder relatar claramente en qué momento Luciano gritó, cuáles eran los actores y dónde estaban ubicados, los nombres, recordar el nombre de Julio Diego Torales, recordar el nombre de Chapero (una oficial que dio testimonio en el juicio), recordar los momentos en que uno los tuvo frente a frente y sintió la presión y el miedo también pero al mismo tiempo la bronca que te hace borrar la presión y el miedo, porque lo único que querés es sacar a tu familiar de ahí… Fue un juicio que probó que Luciano había sufrido, pero por sobre todas las cosas para mí como hermana, porque a mí me tocó ir a buscar a Luciano y después hablar con él cuando salió, fue que en ese juicio quedó bien claro que Luciano no se había robado ese puto celular. Mi hermano termina cayendo preso porque lo agarran de las mechas y se lo llevan porque un pibito denunció que le habían robado el celular en la puerta de un colegio, y los mismos tipos no podían decir dónde carajo detuvieron a Luciano, uno dijo una cosa, otro dijo otra. Cuando yo lo voy a buscar a Lu y me enojo mucho con él porque como hermana lo que le digo es ‘boludo, ¿vos hiciste esto?’, Luciano me retruca y me dice un montón de cosas y me contesta que él no había sido, y se enoja mucho conmigo y con mi vieja, entonces creo que ese momento de escuchar a estos tipos, escuchar sus contradicciones fue como… Lu donde quiera que vos estés se cumplió esto, tu palabra era tu palabra, hermano, y era verdad tu palabra, y estos tipos terminaron demostrando que tu palabra era sincera y verdadera. Y ahí me parece que para nosotros fue ya, poder dejar ese descanso para Lu que creo se merecía que eso ocurriera en ese juicio, que quedara bien en claro que a mí hermano lo habían llevado porque ya venía este clima de esta forma y porque su negativa a salir a robar era la que estaba generando todo esta tortura en su vida.

-FT: De hecho el fiscal de ese juicio, (José Luis) Longobardi, en su alegato final dijo algo que podía sonar que lo decía para caer simpático ante la familia: que el testimonio más importante no había sido el tuyo ni el de tu mamá, sino el de Luciano a través de ustedes. Cuando te ponés a repasar el juicio, fue así efectivamente, y sucedió lo que sucede en los juicios por crímenes de lesa humanidad: lo que dice un testigo allí en referencia a lo que le dijo un desaparecido es tomado como real, no hay lugar para esa duda. Que no hubiera lugar a la duda en lo que podían plantear los testigos sobre los desaparecidos de la dictadura cívico militar fue una construcción que se sostuvo con años. En el primer juicio, el juicio a las juntas hubo queridos compañeros que terminaron en la sentencia siendo mostrados como colaboradores cuando en realidad habían sido obligados a hacer tareas en sus lugares de cautiverio. Hubo que hacer toda una construcción para que la justicia tomara el testimonio del desaparecido como cierto, a través del relato de los sobrevivientes. En el caso de ustedes y de Luciano, que transcurrió tan poco tiempo y que todavía hay que seguir (vamos a estar el sábado con un eje central sobre la baja en la edad de imputabilidad de los chicos), que se hayan tomado en ese juicio como ciertas las cosas que les dijo Luciano de acuerdo a sus testimonios es un avance gigante e histórico del que no sé si tienen real conciencia. Todos los que estuvimos viendo el juicio desde un lugar un poco más distante que el de ustedes, vimos eso: a Luciano dando testimonio a través de sus voces.

-VO: Hay muchos recuerdos. Siempre tengo la sensación de empezar con un Tribunal bastante duro que preguntaba con firmeza y dureza y como ‘hasta ahí con ustedes’ y llegado el final de las declaraciones esa actitud iba cambiando. Los mismos abogados de Torales tenían una actitud de respeto más allá de uno de ellos que era bastante grosero y que quería la chicana, a los otros dos chiquilines que tenía al lado les costaba bastante seguir encarando ese proceso. Ese juicio demostró algo muy importante que es que la voz de la familia pudo ser por primera vez escuchada desde el lugar más doloroso. No sólo por la tensión que te provoca estar ahí, que es demasiada, es una tensión espantosa, pero después uno pone toda su energía y su voluntad para que cada uno de los recuerdos de lo que pasó ese día estén reflejados en ese momento. Yo no escuché la declaración de mi vieja, pero todos me dijeron que ambas dejamos toda nuestra capacidad en ese juicio y todos nuestros recuerdos. Eso traspasó, nos traspasó a nosotras, les llegó a ustedes. Pudieron por primera vez meterse un poquito más adentro del dolor que nosotros sentimos ese día, de la angustia y de la bronca. Afortunadamente eso terminó con un juicio que condenó. Nosotros no disfrutamos de la condena en términos de ‘pudrite en la cárcel’, nosotros no somos esa gente. Deseamos que todo lo que tenga que ver con la privación de la libertad de este hombre se dé en un marco de respeto de sus derechos, en ese sentido tenemos más voluntad de respeto que la que muchos de ellos tienen por la vida de muchos de nuestros pibes una vez que están en el encierro. A esa causa le faltan varios responsables y la justicia debería haber encarado hace tiempo ya un proceso de juicio sin que nosotros estemos invirtiendo toda nuestra energía porque ya está todo dicho. Los actores están bien claros y visibilizados y porque me parece que esta causa merece que en ese lugar también se genere una condena. Esperemos que la justicia federal, y vuelvo a unir esto, todo lo que ha ocurrido en esa causa y una que se dio con anterioridad en la que Luciano también fue fuertemente criminalizado y que terminó con condenas menores sea volcado a la causa por desaparición forzada y que se empiece a interpretar en este sentido. Desde el Federal nos dicen que sí, que la mirada es investigando a los responsables de la desaparición que son la Policía Bonaerense y los actores que surjan pero hasta llegar a eso las herramientas que se utilizan no son las que nosotros consideramos que deberían ser utilizadas.



-FT: Contanos del Espacio. Los vemos muy entusiasmados con lo que está pasando allí.

-VO: Nosotros que estamos ahí mucho tiempo y que poco a poco se van acercando caras nuevas que son del barrio también empezamos a escuchar las historias alrededor de ese espacio. De repente vos estás pintando algo y te cae un pibe y dice ‘pensar que yo estuve engrillado en la ventana’. Es muy fuerte escucharlo, uno no dice nada, y era esa la finalidad que nosotros buscábamos como grupo también, que esos pibes que pasaron por ahí empiecen a relatarnos poco a poco cuáles eran las cosas que ocurrían allí. De pasar de una comisaría a un Centro Cultural pensado para los pibes que todo el tiempo esté problematizando sobre la represión estatal sobre ellos cambia, cambia la historia de ese barrio. Un barrio que venía sumando cada vez más gente a la movida de la inseguridad, los pibes peligrosos, el control en el barrio y de repente les cayó el caso Luciano Arruga y de repente hoy hay un Espacio en el medio de una zona residencial donde antes había una comisaría y vos vas cambiando algo en ese lugar. Vas generando otra forma de hacer en lo colectivo en un barrio. También para la vida de estos pibes debe ser una sensación muy fuerte: vos entraste amarrocado, con un tipo que te venía quemando la cabeza y diciéndote un montón de barbaridades y tirándote en cualquiera de los costados de ese destacamento y hoy entrás a un lugar donde ves gente haciendo cosas para poder usar ese espacio conjuntamente y nadie te está prohibiendo la entrada. Todo lo contrario, te ponen un pincel, te ponen a trabajar en la huerta, te invitan a participar de los talleres de guitarra. Esto es algo que seguramente nosotros no somos capaces de interpretar claramente pero algo sí interpretamos y es el cambio que estamos generando en un barrio donde cuando Luciano apenas desaparecía varios de los vecinos salían en los medios de comunicación locales a decir ‘este pibe era un chorrito con 30 mil causas’. Hoy todos esos están escondidos como ratas y a nuestro espacio llegan vecinos haciendo otro relato: ‘Che, venían del destacamento y se llevaban un montón de cosas de mi librería y no me pagaban’. Relatos de vecinos que estaban recalientes con la gente del destacamento por cómo se movían. Eso para nosotros es bastante impresionante. El sentimiento que te requiere, también. Nosotros nos sentamos a discutir de qué forma intervenir en cada espacio y qué queremos decir. Eso remueve mucho, sobre todo para los que pasamos muchas batallas dentro del destacamento. Hay un moomento que te cae la ficha y pensás que viniste tantas veces cuando el lugar estaba lleno de milicos y ahora entramos acá y somos nosotros accionando y tratando de cambiar la realidad de este barrio que hizo tanto daño.

-FT: ¿Por qué una marcha? En general hacen jornadas en la Plaza Luciano Arruga salvo un año, que estábamos a dos meses y medio de la identificación de los restos de Luciano que también hubo una marcha.

-VO: La marcha tiene toda una connotación política. Es como decir un punto y arrancamos. Es un contexto político diferente y nosotros sentimos que la marcha genera cierto resquemor por parte de quienes no participan y están observando qué ocurre. Aunque no estamos en la primera plana de los diarios ni en los medios de comunicación masivos, el ojo está puesto en esa marcha. Hay una atención puesta ahí y saben la importancia y la connotación política que tiene. Nosotros pensamos que en este contexto político era necesario salir a la calle marchando para demostrarle a este gobierno que la familia sigue de pie, que sigue firme, que sigue exigiendo y que va a denunciar de la misma forma que denunciaba al anterior gobierno a este que está ahora entendiendo al mismo tiempo la gravedad de cada uno de sus actos políticos. Si hace años nosotros denunciábamos contundentemente muchas cosas que pasaban entendíamos que para algún sector de la sociedad había cierto acercamiento y quizás para los pobres algo el Estado tenía. Yo tengo críticas para eso, era otro contexto. Este es un Estado abiertamente de derecha, un Estado entreguista, un Estado que aprieta el gatillo y lo hace con toda la intencionalidad de aumentar claramente los índices de muertos. Creo que la marcha es salir a la calle y decir ‘estamos juntos, somos estos familiares y nos oponemos a todo esto que viene ocurriendo hace tantos años’.

-Laura Olivera: En la marcha, como el año pasado y como viene siendo todos los años, se invita a los familiares, vienen familiares que acompañan la causa de distintos puntos del país, con suerte este año llevamos adelante la misma tarea titánica que el año pasado y vienen de muchos puntos del país. De Neuquén, de Río Negro, de Rosario, de Córdoba, de Catamarca, de Jujuy, Santiago del Estero, todos los familiares que acompañan la causa van a estar marchando adelante con la consigna principal que es ‘A 33 años de gobiernos constitucionales, continúan torturando, asesinando y desapareciendo a los jóvenes de nuestros barrios / No es violencia institucional, es represión estatal’. Eso es algo en lo que venimos haciendo mucho hincapié en el 2016 porque tenía que ver con nosotros también empezar a llamar a las cosas con su nombre, en ese sentido nos ayudó la mesa con María del Carmen Verdú y Ana López (realizada en octubre del años pasado en el Espacio) porque si no lo empezamos a hacer nosotros todo se entra a distorsionar y es grave. La Peti tira las cifras y a uno le tendría que retorcer el alma. No estás hablando de un exceso, no estás hablando de un policía, no estás hablando de un error, estás hablando de un Estado que está tomando la determinación en este gobierno totalmente sin careta de exterminar a los sectores adolescentes de nuestros barrios. Nosotros eso no lo vamos a permitir, como venimos haciendo con la baja en la edad de imputabilidad, ya sentamos una posición sobre eso y lo vamos a decir. Lo de la baja es algo que va a atravesar todo el 2017 y siempre ha venido tratando de asomarse y lo que no se pudo hacer por arriba se hizo por abajo. Si no, no hubiesen abierto tanta cantidad de centros cerrados que en realidad son institutos de menores que les van cambiando los nombres para que quede más lindo con la ley moderna y un pibito de 12, 13, 14 años aunque no sea imputable si el fiscal decide que el delito cometido fue grave lo mete igual y vos lo partís. Es una criatura, es un pibe que tiene 13 años de vida en este mundo y vos lo metés adentro del sistema penitenciario, lo rompés a ese pibe. Si vas a un barrio y les preguntás a las criaturas si estuvieron en un instituto de menores te va a decir que sí. Entonces, ¿cuánta niñez y cuánta adolescencia estamos perdiendo? Son nuestros pibes, nuestros niños, nuestras niñas, nuestros adolescentes, no vamos a permitir que lo legitimen, porque si no estándolo meten a pibes de 12, 13 o 14, ¿si lo legitiman van a meter a una criatura de 6?

-VO Nos parece importante incomodar con los términos, los términos incomodan. Hablar de represión y responsbilidad del Estado incomoda porque hay gente que puede ubicar esos conceptos solo en la dictadura militar. Nos vemos obligados como familiares a incomodar. A que al otro lo obliguemos al menos a detenerse y pensar cuánto de lo que decimos nosotros es real o tenemos alguna equivocación y si es así que el otro venga a dar una discusión. Hasta ahora del otro lado no se ha analizado en otro sentido esta problemático o se nos ha argumentado de tal forma que a nosotros nos dejen tecleando. Por otro lado esto de la sistematicidad, que es otro término que incomoda. ‘No es sistemática la muerte de los pibes’. Bueno, sí, es sistemático. Desde la apertura de la democracia hasta hoy, todos los gobiernos constitucionales han matado a una cantidad de jóvenes de nuestros barrios sin visibilizar que estos hechos ocurren. Y personalmente, y esto cada vez que puedo lo digo, yo no hablo desde cualquier sector de la sociedad. Yo puedo hoy estar viviendo en otra situación, fuera de mi barrio, pero yo nací en el Barrio 12 de octubre. Era una chiquilina del Barrio 12 de Octubre. Iba a comer al comedor del Monte Dorrego. Hay una historia que yo viví que no me la olvidé. Con un montón de sufriamientos y de derechos que me fueron quitados y que hoy como adulta los entiendo como una traición rotunda a mi niñez de parte de un conjunto muy grande de la sociedad. Yo hablo desde ese lugar, desde el sector más vulnerable de la sociedad. Desde el sector empobrecido. No me puedo parar desde la clase media y analizar la problemática de los pobres; no, yo hablo desde los pobres y con los pobres. Y desde ese lugar uno siente eso, Euge: 70 mil personas presas, 5 mil pibes asesinados, 200 desaparecidos. Son la gente de barrios como el que yo me críe. Yo tuve una fortuna, pero esto no se trata de que cada uno se esmere lo que pueda para tratar de salir adelante. A veces no se puede salir adeltante. A veces se tiene suerte. Yo fui una persona con suerte, pero muchos de mis amigos, de mis vecinos, no tuvieron la misma suerte; desde ese lugar me planto fuerte y firme a decir: paremos la moto. Violencia institucional contémosla a monotones desde que nace hasta que muere el pibe. Pero represión hay un montón. Tiene características bien particulares y la sufrimos nosotros en carne propia. La sistematicidad se refleja en los números.


-EO: Vos decías que tuviste suerte y me parece que tuviste más que suerte. Hay algo de lo que están haciendo ustedes ahí en el ex destacamento donde a los pibes les decían que eran una basura y ahora ustedes lo que están haciendo es plantearles a los pibes que son valiosos. Me parece que más que suerte tiene que haber alguien que te reconozca valiosa. Personas, grupos, instituciones.

-VO: Yo le pongo el término de suerte. Pero tendría que recordar gente muy importante que pasó en mi vida. Por ejemplo yo jugué mucho tiempo al voley en la Sociedad de Fomento de Lomas del Mirador en la que no podía pagar ninguna cuota. Y sin embargo las madres que estaban rodeando al club me decían: ‘vos venís al club y la cuota te la pagamos nosotras’. Y me iban a buscar a mi casa y me llevaban a jugar los torneos. Conocí el mar por jugar al voley. Me relacioné con un grupo humano maravilloso. Gran parte de mi vida se dio fuera del barrio con un grupo de personas que entendían bien claramente lo que significaba dar oportunidades. Y ese fue un aprendizaje maravilloso en mi vida. A mí me formó el deporte. Me formaron seres humanos que me dieron un espacio y nunca me dijeron: ‘Che, estás atrasada con la cuota’. No se discute eso, ‘vos venías a jugar al voley y te venís a divertir’ y yo me divertía. Hoy a la distancia siento que esa fue mi formación y que estoy haciendo algo de lo que a mí me enseñaron a hacer otros: dar un espacio. Y no solamente con los chicos de la 12 en el barrio. Lo hago también en mi laburo. Les digo: yo te escucho, confío en vos. Yo estoy acá porque tengo ganas de hacer este trabajo y deacompañar este proceso. Y a mí me llena el alma poder entregar eso que es nada más que un aprendizaje que logré obtener de otros que fueron muy bondadosos conmigo y tengo mucha gente para nombrar.

-FT: ¿En qué estás laburando?

-VO: Estoy laburando en el barrio Carcova y en Villa Curita. Son varias villas de José León Suárez que están todas pegadas. Estoy en un centro de día trabajando con chicos de 12 a 16 años que primero van a comer y luego van a talleres de teatro, de radio, de recreación. Ahí nosotras, las coordinadoras, tenemos un rol de acompañante con cada uno de los chicos y acompañamos a las talleristas. Después nos encargamos de cosas un poquito más duras, como hacer una recorrida por los barrios, visitar a las familias, ver en qué podemos dar una mano interactuando con las instituciones del barrio y ahí darnos cuenta una y otra vez del abandono que sufren nuestros pibes. Ahí uno se topa con la realidad de la violencia institucional, como cuando uno quiere ir a tramitar el DNI de un pibe de 15 años y te piden mil papeles y pasan cosas que tienen que ver con la pobreza, con años de un Estado que no les dio sus derechos, sino que los violó sistemáticamente. El abandono es tremendo. En Carcova y varios de los barrios de ahí viven del reciclado en el basural de José León Suárez. Muchos pibes van a buscar comida. La realidad es cruel por donde uno la mire. El abandono es rotundo y contundente y el trabajo que hay para hacer ahí es tener mucho amor para ir y entregar ese tiempo que para cada uno de esos pibes es valiosos porque tienen pocos espacios de escucha y acompañamiento. Explotan, te saltan por las paredes y por momentos se pudre el mundo, porque al ser rechazados de todos los lugares donde ellos deberían estar naturalmente, como la escuela o un lugar recreativo del mismo barrio, encontrar que alguien te esté escuchando. Es ‘Me escuchás me prestás atención, entonces te armo más kilombo’, pero los que estamos ahí tenemos muchas ganas de estar con ellos y nos gusta.

-FT: Nos vemos el sábado. Nosotros vamos a estar participando junto a medios de la RNMA, pero también con muchos otros que no están en la RNMA.

-VO: En casa están parando unos muralistas que están trabajando en el Espacio. Y el año pasado uno de ellos estaba escuchando alucinado desde Rosario la jornada cultural a través de la radio. La verdad que nosotros estamos agradecidísimos del rol que ustedes tienen y del acompañamiento que nos dan; esa solidaridad inmensa que a nosotros también nos potencia para seguir con este armado que nos parece positivo y cambiar la dinámica. Por ejemplo, ¿por qué tenemos que seguir atrás de la agenda de los grandes medios si los odiamos y cuando prendemos la tele la queremos tirar a la mierda? Podemos empezar a pensar en esto, de no solamente reflejar las actividades, sino tambien de otra forma de reflejar las actividades. Ahí se va dando una confianza mutua, entre los familiares para con ustedes y ustedes para con los familiares. Esa cosa yo la puedo ver un poco más clara porque no me toca de cerca como la causa de mi hermano y todo lo que hacemos alrededor de la causa. Siento que cada vez estamos mejor direccionados con esto de la comunicación alternativa y comunitaria. Nos hace sentir bien.

Fin de la charla. Vanesa olvidó su tabaco en la radio. Se ve que además de hablar, escucha.

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