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Desalojaron la planta de AGR-Clarín

Escrito por el abril 8, 2017


Tras la lectura de la notificación judicial por parte de la Policía, la Asamblea de trabajadores de AGR-Clarín decidió continuar la lucha afuera de la planta del barrio de Pompeya. De ese modo se vieron obligados a finalizar la ocupación de 82 días para evitar la represión de un enorme operativo policial. El lunes pasado un abrazo a la planta había conseguido parar el desalojo. Al cierre de este informe, el clima era tenso, ya que la policía permanecía en el lugar y los trabajadores iniciaron un acampe en una de las veredas. Radio La Retaguardia transmitió en vivo durante el desalojo. (Por La Retaguardia)

Cerca de las 13, las abogadas Verónica Quinteros de Liberpueblo y Claudia Ferrero de Asociación de Profesionales en Lucha (APEL) llegaron al Juzgado de Cntravenciones y Faltas Nº14 para intentar frenar la orden de desalojo: “estamos intentando que el Estado opte por una opción que no sea la de un desalojo violento”, comentó Quinteros.

“Es algo terrible que para desalojar laburantes vengan con ametralladoras”

En diálogo con Fernando Tebele y Catriel Fernández durante la transmisión especial que Radio La Retaguardia realizó este mediodía.
Gustavo Castillo, delegado de los trabajadores, no ocultó la angustia y la tristeza ante esta instancia del conflicto: “ya nos leyeron la orden de desalojo. Se llegó a un acuerdo para que ingresen con cámaras de ellos y nuestra para constatar el estado impecable de las máquinas. Hay aprestos represivos increíbles. Están con ametralladoras. Es algo increíble que para laburantes vengan con ametralladoras. En cuanto constaten el estado de las máquinas decidiremos qué hacer. Si ellos vienen con una orden y no hay detenciones, nosotros salimos de manera pacífica. Si reprimen a los compañeros afuera vamos a resistir. Somos laburantes, no somos un ejército de choque, pero si reprimen afuera no vamos a dejar que eso pase”, señaló Castillo. Acongojado señaló: “nosotros somos laburantes, que nos saquen así como ladrones me da por las pelotas… es un bajón terrible, pero la lucha seguirá afuera”.

Foto: archivo La Retaguardia

“Nosotros ya charlamos con la gente que se acercó al abrazo al principio de la semana. Tenemos cuatro cordones del Partido Obrero para que nadie haga desmanes. Nosotros queremos que los compañeros salgan íntegros. Necesitamos a todos los trabajadores completos en estado de salud porque la lucha continúa afuera. Mientras ellos no repriman, nosotros no vamos a cometer ninguna locura. No somos un grupo de revolucionarios que va a prender fuego todo, queremos volver a laburar y eso es lo que tenemos decidido. Si ellos no reprimen nosotros nos vamos a ir por la puerta grande como cuando ingresamos”, y contó cómo fue la asamblea en la que el domingo decidieron intentar evitar la represión: “Duró cuatro horas. Fue previa al intento de desalojo. Convocamos a las organizaciones y eso creemos que retrasó el desalojo. Ahí decidimos lo que vamos a hacer: si ellos no reprimen a la gente que está afuera, salimos tranquilos”. Con la voz quebrada, Castillo aseguró que “esta es mi segunda casa. Fueron 82 días de compartir con mis compañeros. Hace 20 años que trabajo en AGR. Entré desde abajo en una rotativa. En el 2010 intentamos armar una comisión interna de la Naranja gráfica, no pudimos. En el 2011 armamos una comisión y fue muy duro. Hicimos asambleas afuera. Teníamos paritarias y sacábamos más arriba de eso. Por eso quedó un conjunto obrero importante que resistió hasta el final”. Acerca de las máquinas que tanto cuidaron durante la ocupación, Castillo dijo: “son monstruos. Imaginate un barco… son un barco. Son rotativas inmensas que valen millones de dólares. Es incalculable el valor de esta empresa. Esto no puede cerrar. Sabemos que cuando termine esto van a querer abrir con gente precarizada. Lo que quieren es barrer con la organización de los trabajadores y meter gente precarizada. Pero la vamos a seguir hasta el final. Les va a costar bastante”.

¿Por qué no una fábrica recuperada?

Foto: archivo La Retaguardia

 “Armar una cooperativa con las dimensiones de esta planta y sin energía eléctrica, porque ya nos habían cortado la luz y la revista la sacamos encendiendo los generadores con donaciones de gasoil, pero es una empresa demasiado grande para que los trabajadores la pongan en funcionamiento, salvo que el Estado intervenga y ayude a resolver los gastos. Nosotros no la descartábamos pero si el Estado intervenía. Y en realidad el ministerio avaló a la empresa. A la primera semana ya nos dio la espalda y le dio la razón a Clarín en que esto era un cierre y que indeminara a los trabajadores y ya, pero esto no es así”.

“Quieren mostrar autoridad”

Entre las personas que se acercaron rápidamente, estaban María del Carmen Verdú de CORREPI y el legislador porteño del PO-FIT Marcelo Ramal. El legislador expresó: “Estamos acá en el interior de la planta porque se acordó una revisión integral de la fábrica. La condición que pusieron los trabajadores es que hubiera filmación de la policía y también nuestra. Está la doctora Verdú de CORREPI conmigo. Afuera hay un verdadero ejército. Se ha asegurado el deseo de Magnetto y Triaca con un despliegue de efectivos como pocas veces se ha visto en la ciudad de Buenos Aires. Si nosotros no hubiéramos pedido mediar se venía un avance represivo fuerte sobre la fábrica y los trabajadores”, indicó Ramal mientras participaba de la revisión de las maquinarias. “Los trabajadores pusieron como condición para este ingreso que los efectivos policiales que están con armas de fuego se retiraran y así sucedió, se retiraron unos 300 metros”, aseveró el legislador porteño.
Por último, Ramal dijo que el gobierno intenta “quieren mandar fotos al foro empresarial que ayer se reunión en Puerto Madero. Quieren mostrar autoridad, pero no para sacar al país del pantano sino para dejar sin trabajo a 400 personas”.

“Nuestros compañeros no son una fuerza de choque”

“Siempre que charlamos de un posible desalojo con nuestros compañeros y entre Las Leonas dijimos que la lucha seguía desde afuera. Imaginate que el segundía día mandaron una represión, así que la idea de desalojarla estuvo al principio”, indicó Salgueiro. “Este conflicto se da dentro de un contexto de suspensiones y despidos, pero a la vez sabemos que AGR no están en crisis, porque Clarín sigue produciendo”, amplió la compañera de Pablo Viñas. Cuando la consultamos acerca de la decisión de los trabajadores, Salgueiro dijo que le parecía “lógico. Acá nadie quiere recibir una represión. Nuestros compañeros son trabajadores, no son una fuerza de choque, así que no queremos un enfrentamiento muy injusto. No queremos un escenario donde haya violencia”, dijo.

“Salimos con la frente alta”

Luego de relatar cómo fue la negociación en la que se constató que las máquinas quedaron en estado impecable, Pablo Viñas anunció que “esta lucha sigue con un acampe que vamos a iniciar aquí mismo en la puerta de AGR. Dentro de poco viene la Feria del Libro que es el acontencimiento anual más importante del Grupo Clarín. La otra cosa que hemos resuelto en la asamblea es un mandato a la Federación Gráfica Bonaerense y a la CGT reclamándoles un paro activo nacional y un plan de lucha contra el ajuste y la represión, porque a los trabajores no nos alcanza con un paro para desahogarnos”.

Cuando cae la tarde, un grupo de trabajadores se queda en el acampe incipiente. Las fuerzas de seguridad permanecen en el lugar. Las fuerzas siguen siendo desiguales, lo son más que nunca porque ya no hay organizaciones política y sociales acompañando. No se descarta que también intenten desalojar el acampe, ubicado en uno de las veredas frente a AGR, que ya no tiene trabajadores adentro. Los trabajadores salieron llorando, pero otros, que siempre tienen todo el tiempo del mundo, hoy dibujan sonrisas interminables en sus rostros; son las risas del poder, que algún día se terminarán.

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