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La cara represiva del Estado otra vez contra las mujeres que marcharon por Ni Una Menos

Escrito por el junio 8, 2017



Luego de la tercera e histórica marcha Ni Una Menos que se desarrolló el 3 de junio pasado, y como pasa hace varios años en las actividades que convoca el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y bisexuales, se produjo una violenta embestida policial contra quienes se desconcentraban e la Plaza de Mayo. Una de las violentadas, Alelí Acuña Barrenechea, es fotógrafa de la agencia Télam y dialogó con Luis Angió y Rosaura Barletta en el programa Otras Voces, Otras Propuestas. (Por La Retaguardia)

Foto: La Retaguardia

El ataque

“Nos quedamos con esta tercera experiencia de movilización muy gratificante, pacífica. Fue la marcha. Desde las cuatro de la tarde estuve retratando lo que sucedía desde Congreso hacia Plaza de Mayo pero no podemos dejar de denunciar lo que pasó en la desconcentración, alrededor de las 20:15. Tenía que pasar por la plaza porque ya había terminado con mi trabajo, me dirigí hacia el subte y cuando llegué a la mitad de la Plaza me encontré con una nube pesada y asfixiante de gases que no sabía bien de dónde provenían. Veía el vallado policial, habría unos cincuenta efectivos protegiendo la Catedral que es como su tótem. Había pocos manifestantes, la desconcentración ya había empezado antes de las 20. Había algunas compañeras con el torso desnudo, con los cánticos clásicos: ‘Yuta proxeneta’, ‘devuelvan a las pibas’, ‘rati macho’, pero más que eso yo no vi”, aseguró Acuña. La periodista detalló: “Cuando vi estos gases y escuché gritar a algunas compañeras, me acerqué a un grupo de fotógrafos que estaba cerca de la boca del subte de Catedral, me sumé y saqué la cámara de la mochila para retratar los rostros del operativo, las caras que ya estaban tirando agua. Cuando me acerqué a las vallas de contención y disparé las primeras dos fotografías sentí una mano que me roció con gas pimienta en la boca. Hay una foto de la segunda vez que lo hicieron, todo en el rango de diez minutos”.
Además, la periodista de Télam expresó: “Hoy conversé con algunas de las chicas que recibieron impactos de proyectiles. Encontramos en el piso una especie de cartucho circular pequeñito que no sabemos si disparan gas pimienta o algo similar. En la tercera foto también empecé a escuchar los disparos. Había agua, disparos y gas. Me quedé atónita, no lo esperaba. Mi instinto me llevó a seguir al policía y retratarlo, son las fotos que se ven, que no querían que tomemos porque estaban directamente disparando gas hacia los fotógrafos y trabajadores de prensa que estábamos en ese costado”, señaló acerca del direccionamiento de la represión.
“Todos coinciden con que no hubo grandes disturbios y el agua y los gases se empezaron a tirar casi desde un inicio. Había una presentación de un hábeas corpus que hizo un colectivo, entre las firmantes están Claudia Acuña de MU y Liliana Furio. No sólo incumplieron el habeas que decía que no debían estar armados, que debían estar identificados porque salvo el que me roció el gas, que sí estaba identificado, la mayoría estaban sin identificación”, denunció. “También había equipos de video de la Policía Federal y además de estar sin identificación, portaban armas, porque el que me roció llevaba una escopeta. Lo que hicieron es incumplir el protocolo de seguridad y avasallar los principios básicos de libertad de prensa porque nos atacaron directamente a los trabajadores de prensa”, sostuvo Acuña.

La marcha

Con respecto al balance de la última actividad, Acuña consideró: “Como militante del movimiento de mujeres, como sobreviviente de abuso intrafamiliar y como periodista con perspectiva de género, me emociona la unidad. Lo que se logró, el movimiento Ni Una Menos es heterogéneo, pero estamos todas bajo ese grito que es ‘Basta’, hasta acá llegamos. Lo encuentro positivo. También, así como estamos unidas, tenemos que estarlo frente a estos ataques. Ese es el patriarcado que combatimos”, aseguró. Para Acuña, “esto es patriarcado: yo soy una trabajadora de prensa mujer con su cámara y vino un hombre armado y me hizo lo que me hizo. La acción es repudiable pero también repudio la contención del ministerio de Seguridad y el guiño del gobierno de Mauricio Macri porque él hizo todo esto totalmente tranquilo. En una mano llevaba el aerosol, bajo el brazo la escopeta y en la otra mano un cigarrillo que siguió fumando tranquilamente”, graficó para cerrar.

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