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La UNLP entregó legajos de víctimas del Terrorismo de Estado

Escrito por el septiembre 6, 2018


La Facultad de Arquitectura y Urbanismo de La Plata entregó a familiares los legajos de alumnos/as, docentes y no docentes que fueron asesinados/as, detenidos-desaparecidos por la CNU-Triple A durante los gobiernos de Juan Perón y María Estela Martínez de Perón y la dictadura cívico-militar-eclesiástica que se hizo cargo del país a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. La Retaguardia acompañó a Nora Cortiñas que, infaltable, participó del acto. (Por Luis Angió para La Retaguardia)

99 legajos. 99 historias. 99 mujeres y hombres que dieron su vida para que tengamos un país y un mundo mejor. Con sus ideas, sus ilusiones, sus errores y virtudes, pero con la convicción de que estaban luchando por dejarnos un país que pudiéramos disfrutar quiénes sobrevivimos al genocidio y a las generaciones futuras.
Muchas hijas e hijos recibieron el legajo de sus padres: hermanas y hermanos; sobrinas y sobrinos; colegas de quienes fueron docentes y no docentes. Lágrimas, emoción, recuerdos, anécdotas, y Norita. Sí, Norita… Nora Morales de Cortiñas ahí presente. Acompañarla es siempre un orgullo, aunque uno siente también algo de vergüenza cuando ingresa entre aplausos que son todos para ella. Entramos del brazo de ella junto a Susana Zaldúa. Un joven la para y le pide con timidez un beso. Ella como siempre dice que sí. Alguien aplaude, y sigue otra y otro, y unos pocos más. Y mientras vamos caminando hacia el ascensor que nos va a llevar al Aula Magna de la Facultad estalla un aplauso de todas y todos los chicos que están ahí. Y empieza el: “Madres de la Plaza, el Pueblo las abraza”. Llega al salón y en la primera fila se encuentra con otra Madre de la Plaza de la Plata, Hayde “Coca” Velazco, que un rato después con sus 90 años recibirá el legajo de su hijo Ricardo Mario Díaz Velazco y que se planta frente al micrófono y sus primeras palabras son para rendir un homenaje a “Chicha” Mariani y a Nora Centeno. Dice: “Yo estoy sola en la vida, no tengo a nadie”. Y levanto la vista y miro el aula repleto de familiares, amigos/as y compañeros/as de los 99 y puedo asegurar que “Coca” no está sola, que hay cientos, miles, que la acompañan en su lucha, en su reclamo, en su exigencia de Memoria, Verdad y Justicia.
Desde la A hasta la Z, los 99 fueron recordados y reconocidos por sus pares más de 40 años después en un justo y legítimo homenaje.
Comenzó con Abel Jesús Santa Cruz y finalizó con Adriana Zaldúa, asesinada por la banda fascista de la Concentración Nacionalista Universitaria (CNU), junto a otras y otros siete compañeros del Partido Socialista de los Trabajadores (PST).
Pero todo no termina ahí. Norita pide el micrófono para hacer lo que todos los jueves hace en la ronda de las Madres de la Plaza de Mayo. Su grito que contagia y empuja a seguir en esta lucha:

“¡30 MIL COMPAÑEROS DETENIDOS-DESAPARECIDOS, PRESENTES!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡VENCEREMOS!

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