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Mario Rovere: “Hay políticas públicas que, además de excluir, enferman”

Escrito por el julio 17, 2019


Así se refirió a la actual gestión de gobierno el ex viceministro de Salud de la Nación, en diálogo con Cristina Varela y Luis Angió en el programa Oíd, Mortales por Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia)

El ex funcionario hizo un análisis de la situación de la Salud en la gestión actual y vinculó la situación de emergencia a la crisis económica que atraviesa la Argentina. “Es un momento distinto de la última vez que hablamos aquí, fundamentalmente porque aunque la situación, la base material, las condiciones sean tan extremadamente complejas, la gente ya empezó a imaginar que este sufrimiento puede tener un final. Eso anticipa un cambio de época porque muchas cosas se han explicitado. En mi vida, mirando para atrás, nunca los cambios políticos fueron tan didácticos para que los argentinos sepamos qué proyecto de país queremos. Eso tiene que ver con la salud porque también me parece que hay políticas públicas que enferman, no sólo excluyen”, definió Rovere. “La gente está mal pero además se le trata de hacer creer que están mal por culpa de ellos. Hay dos partes, una es la perversión como estrategia política. Tiene que ver con la manipulación, con operaciones fundadas en raíces bastante antiguas porque viene del campo de la psicología de guerra trasladada a tiempos de paz. Pero después hay otras cosas que son interesantes: nosotros no sabíamos que personas con la perspectiva de lo que este gobierno expresa fueran personas de carne y hueso que pudieran decir semejantes cosas, algunas de las cuales creen. Hay una concepción despectiva del otro, hay una parte de la sociedad argentina que es estructuralmente despreciada por otra parte de la sociedad argentina. Esa sensación de que no hay iguales, sino personas que merecen y que no. Hay algo de esa circulación que es muy enfermante. En distintos momentos de nuestra historia uno pudo estar mejor o peor, pero es diferente que estés mal y que sientas que nada te resulta solidario en el Estado respecto de esa situación. Todas las estructuras del Estado se han dinamitado, empobrecido, y si no las clausuraron del todo, las dejan como estructuras residuales”, denunció.
“Más de la mitad de los niños de este país son pobres ¿De qué proyecto de país hablamos si dejás a la mitad de tu infancia en la pobreza? Si eso está naturalizado, es un proyecto de país que le sobra a la mitad de la población”, aseguró. En este sentido, Ana Fuks, que está en contacto con la realidad en los servicios públicos de salud, diagnosticó: “Está lo que ocurre día a día con los efectores de salud, los que forman y los que se forman, residentes o concurrentes. La situación es tan tensa y difícil que llega un momento en el que, como te aprieta el zapato y se duerme el pie, no sentís más nada. Esto es algo así. Hay equipos en algunos lugares como adormecidos, anestesiados. Creo que más de uno tiene la sensación de que no puede resolver. La frustración es tan grande que la sensación termina siendo de anestesia y naturalización de lo que no se puede hacer con la gente. No poder llegar, resolver, porque faltan insumos, gente para atender. Hay algunas cosas que se naturalizan. Hablamos de niños pobres, niños que no comen. Es un impacto directo en su desarrollo. Es lo que conversamos con fonaudiólogos y psicopedagogos, ¿cuál va a ser el impacto en el corto tiempo? ¿Cuántos niños tendremos con dificultades en el desarrollo y que luego no van a poder aprender? Eso es un riesgo que se podría haber evitado solamente con que los niños coman. Hablamos del impacto en la salud por la mala política y un porcentaje enorme de la población que no importa, que son desechables”.
Rovere aportó una mirada propositiva: “La propia audiencia lo sabe y lo vive. Lo real es que quizás ninguno de nosotros sabía que la democracia era capaz de engendrar una fuerza política cuyo objetivo sea excluir a la mitad de la población. No sabíamos que en democracia se pudiera incubar una fuerza de esta naturaleza. Eso explica coaliciones excepcionales de gente que uno sabía que normalmente iba a ir por separado y que súbitamente piensa que hay que ir juntos porque verdaderamente es algo que me hace acordar a las coaliciones que generó en su momento Menem. Esas fuerzas políticas, algo así como ‘todos contra Menem’. Creo que está pasando algo parecido pero, mirando para atrás, da la sensación de que Menem era un humanista en términos comparativos. Como ustedes dicen, a veces hay respuesta en salud para problemas que tienen raíz en la pobreza, y lo sabemos desde siempre, pero ahora el tema es que la pobreza golpea la puerta directa de los centros de salud. Yo no tengo una práctica directa con la población, pero los profesionales que tienen práctica directa y te dicen que estás en un centro de salud, entra una señora con cuatro chicos y la señora dice que no tiene para comer. El equipo de salud, lo que dice es ‘no tenemos herramientas, preparación, para saber qué hacer’. Una vez hacés una colecta, dos veces hacés una colecta, pero te das cuenta que eso no es para lo que está un centro de salud. Es como si estuvieras luchando contra la humedad pero resulta que tenés una inundación. Así viene esta última etapa que es la cosecha de tres años y medio de siembra de exclusión programada de una parte de la población. Creo que esa parte de la población va a tener el reflejo de poder corregir dentro del marco democrático. Yo me alegro enormemente”, reflexionó.

Lo simbólico es un mensaje

Para Rovere, el cambio de rango del ministerio de Salud a Secretaría es un mensaje, aún aunque las condiciones materiales no hayan sufrido cambios sustanciales por esta iniciativa: “Desde el punto de vista presupuestario, se podría haber bajado el presupuesto sin cambiar el rango. El mensaje viene con otros, como los casos de Ciencia y Técnica y trabajo. Tiene que ver con la concepción que tienen la derecha, el neoliberalismo, es difícil saber exactamente cómo caracterizar a este gobierno pero lo que resulta claro es que hay una noción falsa de federalismo. Es un federalismo ‘ad hoc’. La idea es más o menos la siguiente: las responsabilidades las pasamos a la provincia y el dinero lo traemos para la nación. En la estructura tributaria argentina, desde 1970 para acá, la participación de Nación en el total de los impuestos pasó de 45 a 54%. Es decir, mientras Nación desarrolla distintos tipos de herramientas para concentrar el ingreso, incluso el uso del monopolio de los créditos, luego descentraliza lo que en realidad no le interesa. Los derechos laborales que no son independientes de la salud porque una parte de la población argentina depende de tener empleo estable o no”, definió el ex viceministro. “De ahí surge hasta cuánta población va al sector público. Finalmente, esto de la secretaría de Salud que emparenta ideológicamente a este gobierno con las dictaduras. Tenemos desentendimiento de salud en tres personajes: Aramburu disolvió el ministerio, Onganía lo mandó a subsecretaría y Videla, que pasó los hospitales nacionales a las provincias. Cuando uno mira en qué otro momento se les ocurrió que tenía ser secretaría, ahí tenemos los parentescos con el gobierno actual”, historizó. Rovere repasó los antecedentes similares en la gestión de Salud: “Si lo ves en ciclo largo, el proyecto nace en la época de Aramburu, cuando ellos derogan la constitución de 1949. Empezó a considerarse la estrategia que podríamos llamar descentralización del conflicto: te paso todo lo que es salud y educación. Cuando ves qué pasó en un ciclo largo del 55 para acá, los gobiernos democráticos, digamos, recuperaban salud y educación y las dictaduras lo volvían a mandar a las provincias. Lamentablemente, el gobierno de Alfonsín no cumple ese rol de recuperación por alguna fantasía que pasaba por un seguro nacional de salud, tenían otro proyecto. Ahí Menem aprovechó y le dio el martillazo final a lo que eran los hospitales nacionales. Lo mismo pasa con las escuelas nacionales. A partir de ahí, nación se desentiende. Si uno recuerda el tema de la carpa blanca, los docentes consiguieron, al menos, la paritaria nacional. En Salud nunca se pudo hacer algo parecido”, lamentó.

“El tema del aborto me parece ineludible”

“El sector salud está organizado como en una estructura de castas. Hay una segmentación tan alta y tan poca movilidad interna. Como entraste al sector Salud vas a salir, no hay movilidad vertical. Eso hay muy difícil conformar un espíritu de cuerpo. Cada profesión pelea por sus propios objetivos y es muy difícil imaginar que pueda haber algo parecido a CONADU por ejemplo. Yo sí diría que el sector está en un proceso de movilización creciente que desborda lo gremial. Lo que antes convocaba treinta o cuarenta personas hoy convoca 200 o 300 discutiendo temas de salud y probablemente, lo que está faltando es un mejor diálogo para llegar a la población y decir algo que el Movimiento por la Salud de los Pueblos, desde el 2000 para acá viene diciendo: nunca el derecho a la salud será garantizado sólo porque haya buenos gobiernos. Además, hace falta población movilizada. El derecho a la salud, para colmo, es como un objetivo móvil. Van surgiendo nuevas tecnologías y se da así: buenas noticias, hay nuevas tecnologías; malas noticias, no son para todos. Que lleguen a todos depende de estar alerta sobre en qué momentos el derecho a la salud se vulnera”, planteó.
Rovere destacó, además, que hay gestiones en materia de Salud en distintos niveles que pueden, aún en contextos de crisis, generar ámbitos de acceso a derechos: “Lo primero que percibo es que en un país como la Argentina hay mucho territorio en la política subnacional. Aún con las políticas nacionales, en provincias y municipios hay cosas para hacer. Circulando por el país nos encontramos en muchos lugares con gratas sorpresas. Un lugar paradigmático ha sido, históricamente, Rosario. Son treinta años de apostar por un sistema público de Salud como tiene hoy la ciudad. En 30 años se invirtió, en promedio, el 25% del presupuesto municipal en Salud. Esto significa seis hospitales, cincuenta centros de Salud, más de 4000 trabajadores de la salud. De alguna manera, la población de Rosario acompaña porque sabe que algunos usan los servicios de salud y quienes no lo usan, sabe que está disponible en caso de emergencia”, aseguró.
En relación a la Interrupción Legal del Embarazo, “lo que los compañeros de Rosario expresan con gran claridad, y el Secretario lo habló incluso en el debate del Congreso, es que ya hay un territorio legal establecido y reafirmado por la Corte Suprema de Justicia por el que existen mecanismos de interrupción legal disponibles en este momento. Después viene el tema concreto, el poder táctico de usarlos o no. Podemos ver la baja mortalidad materna de Rosario comparado con lo que pasó con esta niña en Tucumán, que fue llevada a una escandalosa cesárea. Entre otras cosas, no se dice que la cesárea produce cuatro veces más riesgo para la niña que un parto normal o un aborto. El sistema de Salud de Tucumán puso en riesgo la vida de esa niña por elegir hacer una cesárea. Hoy también se está midiendo quiénes son las personas paradigmáticas que cada fuerza política decidió poner en escena en términos de pañuelos verdes y celestes. En la sociedad argentina están los agrupamientos políticos pero también las grandes causas sociales y el que no interprete que las mujeres en este momento están mirando atentamente las opciones de política y el cierre de listas. También hay otros temas que están apareciendo, como un movimiento fuerte de estudiantes secundarios por la defensa del medioambiente. Lo que mundialmente se conoce como ‘viernes por el futuro’. Estudiantes secundarios moviéndose para cuestionar el sistema por el cual estamos destruyendo el planeta. La política es también la capacidad de contener. En tanto represente los valores que la sociedad pone en juego expresará mejor las necesidades de la población. Hoy, el tema aborto me parece ineludible”, aseveró.

¿Qué hay en Salud después de octubre?

“Hay un importante movimiento intersectorial que ha convocado un grupo de pediatras. Este grupo tomó la palabra ‘cunita’, que había sido atacada por una especie de Herodes que quería quemar cunitas. No con los niños adentro, por supuesto. Esto se resignificó como ‘cuidando la niñez de toda la Argentina’. Este grupo, extremadamente calificado, empezó a convocar una medida más fuerte porque se está presionando al Congreso, las reuniones se hacen allí, para que ponga en ejecución una ley de garantía de la seguridad alimentaria vigente desde 2002 que hoy no se cumple. El gobierno nacional no está cumpliendo una ley que en 2002 se puso como una especie de defensa para que la situación alimentaria en el país no retrocediera. Hoy estamos en condiciones 2002 en relación al tema para una buena parte de la población. Frente a eso hay un movimiento muy importante. Hoy hubo una reunión en el Congreso. Es muy amplia y está creando un observatorio de observatorios porque toma información de la UCA, directa a veces de terreno, de gente de Moreno, de La Boca, que va mostrando las distintas escenas. He estado en esas reuniones y algunas compañeras que están en los comedores cuentan escenas y no pueden seguir, ni nosotros seguir escuchando, porque las situaciones son extremas. Situaciones que yo, que he vivido demasiadas crisis, la de 1989 del fin de Alfonsín, la de 2001/2002, tienen algunas dimensiones que no había en esas crisis. Es tan o más grave lo que se vive, pero ahora con una insensibilidad que hace parecer que en el Ejecutivo a nadie le importa. Así que se está armando una multisectorial enorme, es la primera buena noticia, porque esta propuesta no es para octubre sino para hoy”, destacó sobre los niveles de organización.
“Hay muchos grupos trabajando propuestas de salud. La que me parece más interesante de las que conozco: se estableció una pauta de acuerdos entre fuerzas progresistas, incluso que no van juntas. La izquierda, el Frente para la Victoria, el Socialismo de Rosario. Incluye un acuerdo mínimo de 15 puntos y el eje es el fortalecimiento del sector público en Salud. Puede haber distintas formas de mejorar, pero el acuerdo básico es que todas las formas tienen que ir por el camino de fortalecer el subsector público. No es un subsector más, sino que se ocupa de la salud pública en la integralidad. También hay posicionamientos latinoamericanos en relación a este tema. Acaba de salir un texto que se llama Salud Universal en el SXXI de una comisión de alto nivel en la Organización Panamericana de la Salud presidida por Bachelet, bendecida por López Obrador, se emitió desde México para todas las Américas. Expresamente se señala que una reforma en el sector salud debe ser liderada por un pensamiento de salud pública, no por un pensamiento de economía de la salud. Además dice que crear seguros de atención médica para los sectores de bajos ingresos no es el camino para América Latina”, citó.
En términos de gestión, explicó: “La Nación maneja dimensiones económicas que tienen que ver con la distribución del ingreso. Hoy ponés 25% del presupuesto para la Salud y al mismo tiempo te aumenta el desempleo y perdés por un lado lo que ganás por otro. Yo no tengo ninguna duda de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires baila al ritmo que le impone la Nación, así que soy muy optimista sobre el futuro también de la Salud en la Ciudad de Buenos Aires. Es el distrito que más dinero tiene pero también una importantísima infraestructura pública de Salud y esto también es un capital del sector público en la Argentina. Ojalá sea puesta nuevamente a disposición de todo el país y no como se intenta hace algunos años, poner alambrados en la General Paz y el Riachuelo”, insistió Rovere.

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