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La dura realidad de las escuelas porteñas

Escrito por el octubre 24, 2019


Cecilia Paul, docente de la escuela Técnica N°15 Maipú de Barracas, dialogó con Pedro Ramírez Otero y Julián Bouvier en el programa A Mí No Me Importa y comentó las condiciones actuales en las escuelas públicas de la Ciudad. Inundaciones, hacinamiento en las aulas, deterioro general de la infraestructura, falta de mantenimiento y seguridad, son algunos de los graves problemas que atraviesa hoy la educación pública en la CABA. (Por La Retaguardia)


Fotos: Comunidad Educativa Escuela Técnica N°15 Maipú


Horacio Rodríguez Larreta apuesta a la reelección este domingo 27 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires. Uno de los puntos que más destaca de su gestión es el de la educación, jactándose de las escuelas construidas y el buen funcionamiento del sistema público con los cambios curriculares y las inscripciones online que el macrismo implementó en sus años de gobierno. Sin embargo, la realidad es muy diferente dentro de las escuelas: inundaciones, edificios que se caen a pedazos y falta de espacio en la aulas son algunos ejemplos, sin nombrar las miles de promesas de ampliación o construcción de nuevos edificios para las escuelas que no están en condiciones.
La docente Cecilia Paul, de la Técnica N°15 Maipú, se refirió al desfinanciamiento estructural de la educación pública en la Ciudad como razón de esta crisis: “Lo que estamos atravesando es el día después de la aplicación de las políticas de ajuste dentro del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Primero con las dos gestiones de Mauricio Macri y después con (Horacio) Rodríguez Larreta donde los presupuestos para la infraestructura escolar, el mantenimiento de los edificios, siempre fue a la baja. Hoy atravesamos en la Técnica 15 la inundación que implica suspensión de clases en las áreas de taller, la superpoblación dentro de la escuela por la implementación de las modificaciones de la nueva escuela secundaria”, explicó. Según Paul “hay cursos que no tienen espacio físico para funcionar. El deterioro general del edificio que es antiquísimo, fue la casa de Guillermo Brown, nunca hubo una tarea de mantenimiento estructural. Esto abonó a un deterioro año tras año que desde las conducciones de la institución se hacen los pedidos de reparación, de mantenimiento, pero no hay respuesta. Son reclamos internos, institucionales, respetando las vías jerárquicas pero que el Ministerio en su afán de ahorro o desvío de fondos, no implementa en las escuelas y nos lleva a esta situación realmente crítica para llevar a cabo nuestra tarea pedagógica y para la seguridad de los estudiantes. El centro de estudiantes plantea algo muy elemental como decir que ellos no se merecen estudiar en estas condiciones”.

Los arreglos, de la boca para afuera

“Tenemos una demanda de matrícula y no se está pudiendo dar respuesta. Hace once años que la comunidad viene manifestando la necesidad de una reforma estructural de la escuela. Once años con continuas promesas. Lo que sucede desde el año pasado fue un reconocimiento de parte del Ministerio de que la escuela está mal y que debía hacer un edificio nuevo. Magnifiquemos esta situación. El año pasado, de la boca para afuera, algunas autoridades del Ministerio, manifestaron esta posibilidad sin ningún compromiso”, denunció la docente. “El año pasado finalmente dijeron la posibilidad de iniciar la obra y un traslado transitorio de la escuela durante la obra por la magnitud, a otro lugar. Ese otro lugar es inexistente, por lo tanto, la obra no se lleva adelante. Recién este año existía la posibilidad de un traslado al edificio de Paseo Colón, con todo el desarraigo que eso implica estando ahora en Barracas. Siempre es de la boca para afuera. No hay un compromiso, ni un acta firmada sobre cómo se va a hacer ese traslado. Ni siquiera un inicio de obra para poder llevar adelante semejante iniciativa. Hace un mes los docentes nos convocamos y pedimos por escrito una reunión con el sector de infraestructura para que nos dé información sobre la planificación, en qué condiciones nos vamos a mudar”, insistió Paul. “Los docentes trabajamos en muchas escuelas y sabemos que estos movimientos no siempre tienen en cuenta las necesidades específicas de las instituciones. Durante este mes que esperamos se tuvieron que suspender las clases en el turno de taller porque cae agua. El centro de estudiantes tampoco recibió ninguna respuesta. Dudamos realmente de que la mejora se vaya a realizar. Consideramos que el año que viene no podemos empezar las clases así. Estamos poniendo en riesgo la salud de todos”, aseguró. “Lo mínimo: no hay luces de emergencia en ningún sector, los matafuegos están vencidos desde agosto, no tenemos manguera para bomberos, los planos de evacuación están sólo en la zona de taller. Son medidas mínimas de seguridad que el propio gobierno de la Ciudad reguló y que ellos mismos no respetan. Hay un mirar para otro lado desvalorizando la práctica dentro de la escuela pública poniendo en riesgo a los que la habitamos todos los días”, denunció.
Sobre el proceso de organización de la comunidad educativa, la docente contó: “Pudimos celebrar la primera asamblea de toda la comunidad con participación de docentes y directivos para informar lo que sabíamos informalmente, centro de estudiantes y familias de la cooperadora. De esa asamblea se resolvió realizar un abrazo a la escuela para poner en comunicación con el barrio. Sabemos que una vez que se inicien las obras hay que controlarlas, con todo lo que está pasando con otros edificios que se inauguraron y tuvieron que suspender las clases porque se les vinieron abajo los techos como en el caso del Rogelio Yrurtia”, ejemplificó. “Celebramos la unión de las familias, los estudiantes, el cuerpo docente, para poder acompañar en este proceso porque sabemos que con esta gestión de gobierno no hay seguridades garantizadas para nadie. Si tenemos que realizar alguna acción legal para cuidarnos, la haremos. Adentro de la escuela estamos padeciendo goteras, olores porque trabajamos con tinta y necesitamos sistemas de ventilación. Durante el invierno no tuvimos calefacción porque la caldera no funcionaba. Estamos al pie de la batalla para defender la escuela que habitamos”, aseguró Paul.
Por último, la docente se refirió a la situación de la escuela de Cerámica 1, de Almagro, que el gobierno pretendía mudar al nuevo edificio del Rogelio Yrurtia: “También tiene una emergencia edilicia porque no hay lugar. La escuela necesita ampliarse porque los cambios en la currícula hacen que colapse. Mi hija tiene sus clases de lengua y literatura en el taller de dibujo. Estamos peleando el proyecto de ley de ampliación de la escuela que fue presentado el año pasado previo a esta intención de traslado que tuvo el gobierno de la Ciudad. El gobierno sigue sumando mil pesos por día de multa, la ministra Soledad Acuña, por incumplimiento de los plazos judiciales. Esperamos que la batalla concluya, tengamos el edificio de al lado y ampliemos la escuela de cerámica”, planteó.

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