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El Chato y Billy el Niño, iguales sólo ante el coronavirus

Escrito por el mayo 10, 2020


Un represaliado durante el franquismo y su torturador murieron víctimas del COVID-19 en España en el último mes. El Chato Galante, y Billy el Niño vivieron sus vidas en veredas ideológicas opuestas, pero murieron por el mismo virus ¿Eso los iguala como seres humanos? (Por La Retaguardia)

✏ Redacción: Luis Angió
💻 Edición: Fernando Tebele
📷 Foto de portada: Luis Angió


Pocas semanas atrás, el 28 de marzo pasado, despedíamos a José María “Chato” Galante Salerno, fallecido víctima del coronavirus. Chato fue un activista antifranquista y militante en su juventud de la Liga Comunista Revolucionaria, (LCR), antifranquista y en esta última etapa de su vida militó también en Ecologistas en acción. Durante muchos años fue militante y fundamenta limpulsor, junto al abogado argentino Carlos “Carly” Slepoy,  de la querella que busca juzgar  los crímenes de franquismo en Argentina, bajo el concepto de Justicia Universal.
Chato fue preso por la policía franquista en su juventud en cuatro oportunidades.Sus captores lo torturaron en varias de ellas , como él mismo lo ha relatado. En el documental “El silencio de otros”, se lo puede ver como protagonista principal, narrando las torturas a las que fue sometido, y recorriendo el largo camino de la búsqueda de justicia.
En 2018 estuvo en Argentina para presentar  la película junto a otros compañeros también víctimas de la dictadura franquista. Vinieron para aportar y dar más testimonios ante la Jueza María Romilda Servini de Cubría, en el marco de la causa que lleva adelante la Coordinadora Estatal de apoyo a la querella Argentina (CeAqua). Fueron un jueves a la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y participaron luego de una emisión especial del programa Oral Y Público, de Radio La Retaguardia. Contó junto a sus compañeras las historias de sus militancias y el sufrimiento bajo el franquismo, pero también derrochó vitalidad y alegría, comiendo una picada o jugando al ping pong.


Audio del programa especial durante su visita a Argentina.

 Uno de sus objetivos de ese viaje y de su acción judicial era poder llevar a juicio a su torturador, a quien denominaban “Billy el Niño”, Antonio Gonzalez Pacheco. El propio Chato alguna vez declaró que Billy el Niño era “un torturador compulsivo”. Policía del régimen franquista, fue llevado en el año 2014 a declarar ante la Audiencia nacional de España, ya que la justicia argentina, reclamaba su extradición “acusado de un delito de torturas en un contexto de crímenes contra la humanidad y Billy el Niño tenía que responder ante la justicia por sus torturas”, señaló el portal publico.es.
En esa oportunidad, la Audiencia Nacional rechazó el pedido de extradición con el argumento que no eran crímenes de lesa humanidad y por lo tanto estaban prescriptos. El Chato murió sin ver juzgado y condenado a su represor.

Galante, de frente, en plena diversión durante su visita a La Retaguardia (Foto: Luis Angió)

Seis semanas después de su muerte,  el 7 de mayo,   se supo que “Billy el Niño” también ha muerto en Madrid por  el COVID-19. No llegó a ser extraditado y ni juzgado por sus crímenes y torturas, entre ellos de los que fue víctima El Chato. “Antonio González Pacheco ha narrado su paso a principios de los años 70 por la extinta Dirección General de Seguridad (DGS) en la madrileña Puerta del Sol, rehabilitada como sede de la Comunidad de Madrid, pero en cuyas entrañas aún se conserva un aroma de tiempos pretéritos, del que ninguno de los protagonistas se puede descolgar”, indica Telemundo.
No solo eso, gracias a la justicia del régimen que todavía impera en España, murió con las condecoraciones que le habían otorgado y que tanto el Partido Popular (PP) como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se negaron a retirarle. Cuatro medallas otorgadas por el gobierno español y que engrosaban además un 50% de su pensión.
En la Audiencia Nacional no permitieron a los periodistas que se le hicieran tomas o fotografías. Solo hay una donde se puede ver su nuca, y a la salida de la audiencia otra en la que sale protegido por la policía con un casco de motociclista. Pero El Chato pudo identificarlo y fotografiarlo en su casa, ya que vivían a pocas de distancia.

El torturado Billy el Niño murió de coronavirus la semana pasada.

Sus vidas estuvieron cruzadas; uno como víctima y el otro como victimario. Mientras El Chato peleó por llevar a la cárcel su victimario,  Billy el Niño vivió al amparo de un Estado que mantiene la estructura del franquismo, aunque lo quiera disimular con el Pacto de la Moncloa, tratando de eludir la responsabilidad de sus crímenes, con la complicidad de la justicia de su país.
El Chato murió reclamando y luchando por una justicia que no le llegó. Billy el Niño murió agradeciendo una condena que no estuvo ni cerca  y se llevó a su tumba unas condecoraciones que solo un régimen como el franquismo le puede haber otorgado.
Para quienes recordamos al Chato Galante, solo podemos decir que su lucha no ha sido en vano. Somos muchas y muchos, en España y en Argentina, que seguiremos su pelea. Porque en España quedan muchos torturadores como Billy el Niño por llevar a la justicia para que paguen por sus asesinatos.

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