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Tras 17 años de resistencia la cooperativa del BAUEN deja el hotel

Escrito por el octubre 8, 2020


La situación legal de la posesión del inmueble y la crisis del sector turístico se les hicieron irremontables. . El grupo de cooperativas de trabajo que conforman el espacio, buscan ahora otro lugar para continuar con algunos de sus emprendimientos. En el programa radial Sueños Posibles, Federico Tonarelli, vicepresidente de la cooperativa, brindó más detalles, con una mezcla de tristeza y esperanza: “Creo que tomamos la decisión más dolorosa, pero más responsable”, afirmó. (Por La Retaguardia)



🎤 Entrevista: Alfredo Grande/Irene Antinori    

✍️ Redacción: Nicolás Rosales

💻 Edición: Fernando Tebele

“Dejamos el hotel y nos llevamos el Espacio Cooperativo BAUEN. Acá no termina nada. Acá empieza todo. Vamos a revivir el mundo social, político y cultural que latió en las paredes del Bauen en otro rincón de nuestra ciudad”. De esa manera, y a través de un comunicado, quienes integran la cooperativa de trabajadoras y trabajadores del Bauen, dieron la triste noticia: se van del edificio que supo albergar tantos sueños y luchas; tanta militancia y trabajo.
Federico Tonarelli fue presidente de la cooperativa. Ahora ocupa el cargo de vice. En este diálogo con el programa radial Sueños Posibles de Radio La Retaguardia, repasó algunas de las razones que derivaron en la salida del espacio físico.
 

—La Retaguardia: ¿Cuán dolorosa es la situación actual y que plazos tiene para dejar el lugar?
—Federico Tonarelli: Las compañeras y compañeros del hotel estamos un poquito adelantados de lo que están sintiendo hoy ustedes, ni más ni menos porque venimos madurando esto hace tiempo. Entonces el bombazo que representa para gran parte de los compañeros del cooperativismo, la lucha social, la economía solidaria, el mundo cultural, gremial y político afín, es mucho más duro, porque es algo que nosotros hemos empezado a internalizar hace meses. Estoy obligado a decirles que todo esto comienza y se define porque nunca en 17 años se resolvió el bendito conflicto por la posesión del inmueble. Ocultar esto sería solo contar una parte del último tramo de la historia. Y la verdad es que la cooperativa puso sobre el tapete o echó luz acerca del conflicto que había detrás de la propiedad del Hotel Bauen y gran parte de los involucrados y este hermoso mundo de gente que nos manda mensajes súper cariñosos y afectuosos sabe exactamente que, cuando nosotros empezamos a plantear que el edificio era del Estado, y aunque parece abstracto, creo que hay responsabilidades políticas y de gestión. No ha querido (el Estado) recuperar este activo para su patrimonio, ni más ni menos que un edificio de veinte pisos en la calle Corrientes. Lo digo sin temor a equivocarme, porque efectivamente es así. Nosotros logramos después de mucho tiempo, en 2015 en senadores y en 2016 en diputados, la ley que declaraba de utilidad pública del edificio y que solucionaba esto no solo para nosotros, sino también para el Estado. La cooperativa en la ley no planteaba que le regalaran el edificio. La propiedad del inmueble pasaba a ser del Estado y a nosotros nos daban un comodato para gestionar el hotel. Se la dejamos en bandeja a Macri  para que la vetara. Lo vetó, y después no hubo voluntad política para volver a avanzar. Estuvimos 17 años durmiendo con un ojo abierto, todas las noches de nuestras vidas. Pensando en que se venía el desalojo, y si no una clausura, o una intimación de cualquier tipo. Y por eso nosotros estamos dolidos en la no resolución. Después del veto del 2016, el Gobierno de la Ciudad tuvo una seguidilla de hostigamiento para con nosotros imponiéndonos clausuras tremendas. Pero después se ensañaron con la cooperativa pidiéndonos cosas que tenían que ver con la posesión del inmueble. En el 2019 estuvimos prácticamente seis meses clausurados, con un gran daño económico. Porque gran parte de nuestra fortaleza estaba apoyada en dos patas: primero el arco infinito de solidaridad que rodeaba la cooperativa, y que hacía que cuando nos impusieron cuatro o cinco oportunidades concretas de desalojo, todo eso terminase en un acto con 5000 personas en la puerta. La otra pata era el hotel funcionando en perfectas condiciones que nos permitió vivir de eso, y que por momentos tenía hasta 1000 personas circulando. Entre espectáculos, eventos sociales en los salones, pasajeros, gente en el restaurante. Llegamos al 2020 con las expectativas del nuevo gobierno y sobreviene la pandemia. A nosotros nos termina reventando, porque estamos dentro de los tres sectores más golpeados, que son el turismo-hotelería, gastronomía y espectáculos. Cerramos el 20 de Marzo y nunca volvimos a abrir.
—LR: Con lo sucedido, ¿quién recuperará el edificio del Bauen?
—FT: Lo recuperarán los antiguos dueños (la familia Iurcovich). Hubo hipotecas a favor del Estado sin pagarpor 20 o 30 años. El Estado es el mayor acreedor. Ellos verán qué hacen, y el Estado verá que hace con ellos. En algún punto creo que tomamos la decisión más dolorosa, pero más responsable. Porque si no le soltábamos la mano, el edificio se iba a llevar puesto todo. Lo nuestro, lo del movimiento cooperativo que gira alrededor, iba a ser un golpe para el movimiento obrero y para el conjunto de los trabajadores. Veníamos de años muy complicados, con cuestiones de mantenimiento del edificio sin poder realizarse.
—LR: Durante el kirchnerismo, ¿por qué pensás que no se pudo avanzar en la ley de expropiación?
—FT: Si te dijera que fue absolutamente consciente te mentiría. Lo que sí fue consciente fue la construcción de la cooperativa y después el planteo de que habíamos recuperado un espacio que entendíamos que era público, que debía ser declarado de utilidad pública. Yo creo que el conflicto del Bauen tenía infinidad de cuestiones de carácter político ideológico y material que a veces pone a los gobiernos frente a la disyuntiva de avanzar o no avanzar. Estamos hablando de un edificio millonario, de una deuda millonaria de empresarios. De cruces de todo tipo, en relación a relaciones políticas que los iniciadores de la empresa Bauen comenzaron en dictadura, pero que deben haber tenido del 83 para acá. Porque si no es insostenible que vos puedas tener una deuda millonaria de créditos hipotecarios no saldados durante cuatro décadas. Además, entrando más en el cooperativismo, sostengo que todavía, por desgracia, y creo que es el gran desafío que tenemos por delante, hay una mirada binaria  acerca del mundo del trabajo: aún hoy hay un grupo de compañeros y compañeras que entienden el trabajo de dos formas, como asalariado o como autónomo. Y no conciben la tercera de las opciones que es el trabajo autogestionado y asociado en cooperativas de trabajo. El proceso de empresas recuperadas, para muchos, es algo que es remanente de aquel 2001 y de la crisis de la salida de la convertilidad. Y hay algunos que están convencidos de que lo mejor que les podría pasar a todos los compañeros y compañeras de nuestro movimientos es que llegara un empresario, pusiera las cosas en orden, nos tuviera registrados en blanco y con la seguridad social al día, y que terminemos con la cooperativa que no sirve para nada. Si conjugas todo esto, no hubo política suficiente para avanzar en una cosa como la nuestra. Quizás por la visibilidad, la importancia de un lugar simbólico que fue el hotel de la clase dominante durante muchos años.  Y sí se pudo avanzar en otras cooperativas que pudieron escriturar y tener a salvo su inmueble. Pero que tienen menos visibilidad que la nuestra. Si uno lo tuviera que definir a todo esto en dos palabras es: voluntad política, claramente.
—LR: ¿Bajo qué forma piensan encarar este nuevo proyecto?
—FT: Yo creo que va a ver algún tipo de reconversión. De un espacio cooperativo basado en la hotelería y la gastronomía, entiendo por como viene todo por la pandemia, seremos un espacio cooperativo del tipo gastronómico-cultural. Dependerá mucho del lugar adonde estemos. Por ahora la cooperativa administrativamente va a seguir funcionando en oficinas que nos presta el movimiento cooperativo, parte la CTA de los Trabajadores de la CABA. Y creo que más temprano que tarde va a aparecer el lugar, nos vamos a instalar, a inaugurar, y la cosa va a continuar. Estamos convencidos de eso. Con dolor, con responsabilidad, y con el coraje de abrir una nueva etapa, nos vamos a ver en un nuevo  lugar que esperemos que sí sea definitivamente nuestro para salirnos de esta pesadilla de tanto tiempo.
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