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La comunidad vecinal de Parque Chacabuco se opone a la construcción de megatorres

Escrito por el enero 22, 2021


Vecinos y vecinas del barrio porteño de Parque Chacabuco se organizaron frente al intento de construcción de dos torres de departamentos en una zona de casas bajas. Según el plano abierto de la Ciudad de Buenos Aires, la altura máxima permitida en la manzana es de 11,20 metros. En diálogo con el programa radial Mis hijos están con el padre, Cristina Sottile, de la Comisión de Cultura y Patrimonio de la Comuna 7, explicó porqué la comunidad vecinal se opone a este proyecto ubicado sobre Asamblea entre Thorne y Pumacahua. (Por La Retaguardia)


🎤 Entrevista: Braulio Domínguez/Silvio Florio ✍️ Redacción: Nicolás Rosales 💻 Edición: Diego Adur/Pedro Ramírez Otero

El proyecto denominado “Alto Grande Asamblea” que prevé la construcción de dos megatorres de departamentos destinados a vivienda, sorprendió a los vecinos y vecinas de Parque Chacabuco, que decidieron organizarse para ir en contra de la obra. Cristina Sottile, de la Comisión de Cultura y Patrimonio de la Comuna 7, explicó en qué consistieron esos primeros gritos de alerta ante el eventual megaproyecto: “En una semana nos enteramos y tuvimos que empezar a armar reuniones para ver qué pasaba. En realidad, nos enteramos porque se nos acercaron vecinos de la zona que vieron carteles, publicidades en páginas web y en Facebook  donde promocionan estas futuras torres que todavía no tienen fecha para su inicio de obra. Después, se armaron varias reuniones porque los vecinos se agrupan de acuerdo a la zona donde viven, con métodos de participación que son distintos. Y eso a nosotros nos gusta. Vamos a articular con los distintos grupos, porque cada uno de ellos encuentra el ámbito adecuado donde sumarse”, señaló.
 

“La Ciudad no es un paisaje muerto”

Sottile describió la identidad del barrio y la actitud de sus habitantes a la hora de reclamar y defender sus lugares de pertenencia: “En Parque Chacabuco lo que pasa es que la gente es bastante tranquila con esto de salir a la calle. La primera vez que vi gente saliendo masivamente fue en el 2001. Me sorprendió porque no era algo que sucediera habitualmente. Después, el resto de las veces, fue por cuestiones que tenían que ver con el Parque Chacabuco. Y toda la zona alrededor es una zona identitaria del barrio. Cuando uno tiene que hablar también está la (Parroquia Santuario) Medalla Milagrosa, la escultura del puma dentro del parque, una mezcla de iconografías reconocibles  que  vivimos de alguna manera. Digo todo esto porque es darle la dimensión viva. La  Ciudad no es solamente un paisaje muerto, o un lugar que se pueda planificar desde una oficina. Es mucho más que eso. Es la articulación de las historias de las personas que la habitan y que van conformando un paisaje urbano que tiene que ver con sus orígenes y con las necesidades de sus habitantes”, definió
La integrante de la Comisión de Cultura y Patrimonio de la Comuna 7 destacó que no existe ninguna necesidad real en el barrio que justifique la creación de las torres: “Hay varios problemas si se llegaran a insertar estas torres. Primero que responden a ninguna necesidad cierta de la Ciudad. Porque tiene sus 3 millones aproximadamente de habitantes que conserva hace unos 50 años, o más. El resto de las personas,  van y vienen, o  permanecen un tiempo como viajantes. Por otro lado, tampoco es vivienda social, como se dijo que iba a ser la Villa Olímpica (en Villa Soldati), que terminó siendo otro emprendimiento privado. Tercero, una estructura de estas dimensiones en medio de un barrio de casas bajas, rompe las redes comunicacionales y vecinales. Además de la cuestiones de infraestructura, que colapsan los servicios. Esto se ve en Caballito. Tuvimos una reunión esta semana con la gente de SOS Caballito y otras personas que están trabajando por el tema de no a las torres también. Vinieron a aportar su experiencia, y decidimos trabajar articuladamente con otras comunas. Nos parece que se va a hacer un buen abordaje de la temática. Porque está pasando lo mismo en la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Pompeya)”, detalló. 
Las reales intenciones del proyecto

“Hay dos procesos que están vinculados. Uno es netamente económico, que tiene que ver con leyes de mercado que se priorizan por sobre las necesidades de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. Estos emprendimientos responden también a una apropiación de la tierra, porque ellos ven barrios de casas bajas y lo que ven es tierra que se puede comprar relativamente barata para construir y maximizar ganancias. Es algo que tenemos que conocer, porque toda idea de progreso asociada a torres es algo que se dejó de lado en el mundo. Porque no mejoran la calidad de vida. Y en una de las cartas de recomendaciones de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) dice que no se puede definir que hay progreso en una sociedad si no mejora la calidad de vida, cosa que en este caso nosotros no vemos. La segunda cosa es que para erigir este megaemprendimiento de torres, estamos hablando de 22 pisos con 270 departamentos, ofrecidos para inversores; es que ni siquiera está pensado para vivienda familiar porque en general son departamentos muy chicos. Sucede también que hay un desplazamiento de la población del lugar, denominado ‘gentrificación’, un invento que empezó en los 90 en Europa, cuando se empezó a instalar este concepto de que las ciudades son para los que la merecen, o sea para quienes puedan pagarlas. Como ámbitos exclusivos y sobre todo de servicios, donde uno pueda ir a divertirse, recibir turismo. Pero cuanta menos gente viva, mejor. Porque quienes viven en las ciudades tienen chicos que precisan escuelas, hospitales, internet. Esto es un problema para este tipo de pensamiento, de un gobierno neoliberal como tenemos en este momento en la Ciudad. Este movimiento o desplazamiento es una violencia  de Estado porque sucede a través del aumento de impuestos”, aseveró. 
Sottile expuso también los negociados que existen entre el Gobierno porteño y las empresas privadas para llevar adelante proyectos como este: “Larreta publicó en la página oficial del Gobierno de la Ciudad una convocatoria para hacer convenios entre el Estado y privados llamando a empresas nombradas como desarrolladores urbanos para trabajar de manera conjunta, coparticipadamente. En realidad el trasfondo es hacer excepciones, ‘yo no te voy a molestar con lo que se te ocurra hacer’. Una mano lava a la otra. Son personas con los mismos intereses, del mismo lado del mostrador, los que firman los contratos. Yo diría además que las excepciones no se tramitan de manera gratuita. Nos consta que esto pasó con la casa Roccatagliata (el Palacio, donde se están construyendo torres), y hay una serie de ejemplos de este tipo. Parece que la intención, y por eso hacemos bien en preocuparnos, es que este tipo de emprendimientos se extiendan por toda la zona sur de la Ciudad, que incluyen pequeños barrios privados, mega torres. Estamos en peligro, porque esto involucra a las comunas 4, 6, 7 y 9. Estamos en riesgo, y la vida que elegimos vivir va a haber que defenderla. Es la permanente lucha contra el mercado”, denunció.
Por último, se refirió a la pérdida de calidad de vida de las personas y la quita de identidad al barrio: “Esto se llama extractivismo urbano, a nivel de las mineras, o forestales,  porque los barrios tarde o temprano terminan siendo devaluados en su calidad de vida, económicamente. Son lugares donde nadie quiere ir a vivir. Borran la identidad de los barrios, las redes sociales y si es posible la memoria. Por ahora estamos pensando en resistir”, aseguró Cristina Sottile.
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