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Presentaron un Amicus curiae por Darío y Maxi

Escrito por el diciembre 18, 2015


Una delegación de organismos de derechos humanos y organizaciones sociales se reunieron este miércoles por la mañana en los tribunales de Comodoro Py para presentar un Amicus curiae colectivo al juez Ariel Lijo, que lleva adelante la causa por las responsabilidades políticas de la masacre de Avellaneda. Fue el cierre del año de una causa cargada de novedades. (Por Paulo Giacobbe y Rosaura Barletta para La Retaguardia)

La feroz represión sucedida el 26 de junio de 2002 en el corte de movimientos piqueteros al Puente Pueyrredón en reclamo de fuentes de trabajo y planes sociales para paliar la crisis económica que embestía especialmente a los sectores más vulnerables, causó los asesinatos de los militantes Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. En aquella oportunidad, pudo acreditarse no sólo que los crímenes fueron cometidos por las fuerzas de seguridad sino también que hubo órdenes políticas de alto rango para que se produjera la represión. El juicio realizado por los dos asesinatos acabó con prisión sólo para los responsables materiales, quienes dirigieron el operativo en el lugar y quienes gatillaron. Las familias Santillán y Kosteki y el Frente Popular Darío Santillán llevan adelante una campaña que logró la reapertura de la causa para condenar a los responsables políticos y conformó la Comisión Independiente de Justicia para Darío y Maxi. Algunos de los funcionarios y ex funcionarios que se busca sentar en el banquillo de los acusados son: Jorge Vanossi, entonces ministro de Justicia; Aníbal Fernández, entonces secretario general de la Presidencia; Juan José Álvarez, secretario de Seguridad; Alfredo Atanasoff, jefe de Gabinete; Felipe Solá, gobernador de la Provincia y Eduardo Duhalde, presidente.  Luego de la presentación, en conferencia de prensa, hablaron los referentes políticos que se presentaron y, algunos de ellos, ampliaron sus declaraciones en diálogo con La Retaguardia.
Orlando Aguero, militante del Frente Popular Darío Santillán, inició la intervención como moderador y destacó al presencia de referentes de la lucha por los derechos del pueblo y los derechos humanos y sugirió hacer circular el micrófono para que ellos puedan explicar sus sensaciones luego de la presentación y la reunión con el juez Lijo. “La lucha y la perseverancia es lo que nos permite transformar, cambiar, llevar adelante la justicia popular con fuerza, con ganas y con convencimiento”, aseguró.

Vicente Zito Lema y un pedido de justicia: “aquí en la tierra y bien pronto”

Albeto Santillán y Vicente Zito Lema
ingresando a la reunión con Lijo.

“Breve para que todos hablemos y el sol no lastime más la cabeza de los compañeros y las compañeras, y de tantos niños. Hace más de doce años, trece años, que estamos acompañando a Alberto en esta lucha que él ha dado buscando justicia por Darío y Maxi. La causa judicial se sigue moviendo al lento ritmo de los que no quieren llegar a la verdadera justicia”, comenzó su intervención el periodista y escritor. Para Zito Lema es sumamente importante sostener el proceso judicial hasta las últimas consecuencias: “Si se abandona la lucha a la mitad del río, no sólo no alcanzaremos justicia sino que nos ahogaremos todos de rabia y de bronca porque necesitamos a la justicia aunque el poder la quiera negar. Hoy vinimos a decirle al juez que sabemos bien, porque no somos niños, que ellos modifican continuamente las leyes, las formas de las leyes y su fondo”. El poeta, periodista y militante político y social, hizo referencia a la excusa del juez Lijo para explicar la falta de avances en la causa: según el magistrado, la instrucción es responsabilidad de la fiscalía. “Siempre hay un juez al final del camino”, respondió Zito Lema y señaló que la comisión que ingresó a reunirse le dejó en claro que no abandonaría a las familias de Kosteki y Santillán: “Aquí en la tierra y bien pronto. La justicia de los cielos no nos interesa, el único cielo es aquí, abajo, aunque huela a podrido como este. El juez sabía y sus empleados sabían que aquí abajo estaban ustedes y eso es lo que les preocupa más. No sé cuántos somos, no importa, cada uno de ustedes representa a un montón de gente”. El periodista aseguró que, luego de tantos años de lucha, lo reconforta encontrarse con tantos jóvenes militantes en estas actividades: “Sé que la historia no se termina porque las nuevas generaciones siempre estarán transmitiéndose el fuego, la historia, la necesidad de cambiar el mundo y el mundo necesita cambiarse siempre. En ese cambio estará la justicia para Darío y Maxi. Gracias, compañeros, por todo lo que hacen”.

María del Carmen Verdú: “Un juez es un policía que se recibió de abogado”

La abogada y dirigente se presentó como militante de las agrupaciones Correpi e Izquierda Revolucionaria. “Mientras Vicente hablaba y decía ‘es un juez’ y hablaba de sus reglas y de sus leyes, yo me acordaba, porque soy muy memoriosa, de la última vez que estuve en el despacho del juez Lijo. Hoy estaba tan simpático, tan amable, les decía a Alberto y a Leo: ‘¿Se acuerdan la última vez que hablamos?’, y lo trataba a Vicente como si él también, como nosotros, lo considerara un prócer”, comenzó. Verdú relató una anécdota pasada con ese mismo funcionario judicial en el que su actitud fue la contraria, el episodio fue en una vigilia que duró dos días luego de la que Lijo recibió a la comitiva militante: “Nos cagó a pedos porque seguíamos ahí, nos dijo que teníamos que abandonar el edificio. Lo que estábamos haciendo era montar guardia esperando que se resolviera la excarcelación de 104 compañeros que habían detenido en la Plaza de Mayo durante un escrache al representante del Fondo Monetario Internacional que estaba en el ministerio de Economía”. Emocionada, Verdú destacó que “algunos de esos 104 compañeros están hoy acá o militan con muchos de los que hoy están y se acuerdan de qué 31 de agosto estoy hablando”.
Sobre las consecuencias judiciales de aquel escrache, la militante relató que el cierre de esa causa llevó 10 años y denunció: “Ese es el juez Lijo. No la sonrisa edulcorada que nos atendió hoy. Hay que tener memoria y saber con quiénes hablamos, porque si fuera por lo que dijo hoy nos tenemos que ir todos a casa contentísimos porque nos atendió como si fuéramos gente. Gente como él, que no es gente como nosotros”. Verdú mencionó una pintada que vio frente al Palacio de Tribunales en Lavalle: “Un juez, compañeros, un juez es un policía que se recibió de abogado y el Estado le dio laburo. Cuando salimos de esta vereda y cruzamos la reja estamos en el territorio del enemigo más que en ningún otro lado, más que en una comisaría. En el territorio de los Tribunales estamos en el territorio del enemigo porque no solamente está la policía sino que la única ley es la que hacen ellos”. Retomando las palabras de Zito Lema, la abogada aseguró que la preocupación de Lijo y, en consecuencia, su celeridad para recibir a la comitiva, estuvo directamente relacionada con la presencia de la lucha por justicia por Darío y Maxi en todas las movilizaciones populares: “20, 500, 5000 o los que seamos, siempre vamos a estar en la calle y eso es lo que no le sirve. Debemos saber, sobre nuestras fuerzas, que sólo podemos confiar en las propias y apoyarnos unos a los otros y recoger ese guante que hace un par de semanas atrás tiraba Leo cuando intervino en el acto de Correpi en Plaza de Mayo y decía ‘compañeros, si no nos juntamos para resistir en este momento, ¿cuándo lo vamos a hacer?’”.
La militante se refirió al decreto del presidente Macri para completar a la Corte Suprema de Justicia: “Recién rompí un poco el protocolo cuando estábamos con el juez y él hablaba del derecho, la justicia, la ley y en un momento Vicente hablaba de los jueces y Alberto de la necesidad de llegar a una definitiva sentencia con condena en esta causa. Yo dije, ‘pensemos a quiénes tenemos ahora en la Corte Suprema’ porque todo el mundo discute sólo el mecanismo”. Verdú explicó brevemente el prontuario de cada magistrado: “Uno es un abogado liso y llano del poder que nunca vio un trabajador ni en foto. Busquen a qué se dedica el estudio Rosencrantz haciendo arbitrajes entre empresas ante el CIADI y van a ver de lo que estamos hablando”. En relación a Rosatti, el otro elegido, la militante contó sus lazos con la causa que los convoaba: “Además de ser corresponsable de los 114 muertos en las inundaciones de Santa Fe del año 2003, también fue parte de todo el aparato de Justicia y Seguridad en el período 2001-2003 y por lo tanto uno de los responsables políticos del asesinato de Maxi y Darío. Rosatti –agregó- fue ministro de Justicia, Seguridad y Derechos humanos en esa paradojal cartera, cuando hubo que ponerle paños fríos a esa área después del asesinato de Darío y Maxi. Fue el que vino a tratar de ordenar ese ministerio con posterioridad y por eso se quedó un año nada más. Hagamos archivo”.
La dirigente de Correpi señaló dos elementos para sostener la organización independiente: “En este escenario una de nuestras fortalezas es contar con nosotros mismos y sabernos unir y la otra es que la calle es nuestra, compañeros, es nuestro lugar. Contra la represión: ¡Organización, unidad y lucha!”
En diálogo con La Retaguardia, Verdú agregó: “Sin perjuicio de las presentaciones que se hacen cotidianamente a la fiscalía era importante por un lado que la Comisión hiciera este planteo en forma personal al juez y por el otro, en representación, los compañeros que se reunieron en la puerta a hacer el aguante”. Sobre la situación actual del proceso judicial, explicó: “Todos los testimonios que se tomaron en este tiempo debieron tomarse años atrás y ratifican en todos los casos lo que venimos diciendo: de ninguna manera hablamos de una situación en la que una o dos fuerzas o uno o dos uniformados se cortaron solos o se autodeterminaron para que sucediera lo que sucedió el 26 de junio de 2002 en el Puente Pueyrredón sino otra vez, como en tantas oportunidades, de un plan perfectamente coordinado entre fuerzas federales y provinciales”. Verdú agregó, además, hasta dónde llegaba la envergadura del operativo: “No sólo estaba prevista la represión, aún cuando tuviera que llegar a matar como en el caso de Darío y Maxi, sino también el encubrimiento para sostener la versión del enfrentamiento entre facciones de un mismo grupo como se quiso instalar en los medios hasta que con el aporte de un compañero periodista que puso las imágenes públicamente, no sólo a disposición de la justicia, y la sociedad se pudo esclarecer”.
En un recorrido histórico por otras luchas, la dirigente señaló similitudes con la represión sucedida el 19 y 20 de diciembre y con la masacre del puente de Corrientes el 17 de diciembre de 1999 en el puente General Belgrano que une la provincia con Chaco: “Hay similitudes con todos y cada uno de los episodios en que el aparato represivo del Estado, representado por una o más fuerzas en forma coordinada entre los distintos estamentos, causaron la muerte de compañeros”. Señaló también un paralelismo con el asesinato de Mariano Ferreyra, causa en la que fue querellante junto a abogados del Partido Obrero: “En nuestros alegatos acreditamos que hubo un plan criminal, también en este caso hablamos de un plan criminal gestado en despachos oficiales, que tuvo su prólogo con las declaraciones de funcionarios bien identificados como Atanasoff, Genoud y que tuvo su epílogo con ese intento de encubrimiento del que también fueron parte quienes hasta el día de hoy siguen presentes en la vida política argentina como Aníbal Fernández, Juan José Álvarez y todos los que siguieron con posterioridad”.

Cachito Fukman: “Hoy es un día más de lucha”

De izq. a der. Aguero, Zito,
Verdú y Fukman.

El integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos dijo: “Estamos acompañándolos a todos ustedes, a Alberto, a Leo y a todos los compañeros del Frente Popular Darío Santillán en esta lucha por justicia. No es solamente justicia por Darío y Maxi sino por todo el pueblo argentino que constantemente es reprimido cuando exige un derecho avasallado. Hoy, como dijeron Vicente y Carmen, para algunos puede parecer una reunión formal y otros pensamos que no fue eso”. Fukman expresó la importancia de que se siga moviendo la causa de las responsabilidades políticas del asesinato de Darío y Maxi y señaló “que no es cualquier causa, fíjense que si tienen que entregar a un policía como lo hicieron con Fanchiotti o Acosta, como lo hicieron con Poblete en el caso Fuentealba, lo van a hacer, lo que nunca entregan es a los que dan las órdenes. Esta causa está orientada a que sean castigados los que dieron las órdenes, no sólo de reprimir, sino de matar”. El militante expresó que, a su entender, sólo es posible que la resolución de la causa sea positiva si se mantiene el acompañamiento como hasta ahora: “Tenemos que soplarle la nuca al juez, a la fiscal, a la procuradora, a todo aquel que sea necesario y que sepan que no los vamos a dejar en paz hasta que los responsables políticos de los asesinatos de Darío y Maxi y de la represión del Puente Pueyrredón sean enjuiciados y castigados, que terminen sus días en el lugar que corresponde, que es la cárcel”.
“El sol está fuerte y ustedes están acá hace varias horas –comenzó a despedirse-. Hoy es un día más de lucha y les fuimos a decir que no se vayan tranquilos de vacaciones porque cuando vuelvan estaremos acá de vuelta y volveremos a estar hasta que los Duhalde, los Fernández, los Álvarez, los Genoud y todos los responsables del asesinato de nuestros compañeros estén en la cárcel y así poder gritar fuerte: Darío Santillán ¡Presente! Maximiliano Kosteki ¡Presente! Todos los caídos en las luchas populares ¡Presentes! Hasta la victoria siempre, compañeros”.

Paula Medrano: “deberíamos ser miles hoy como fuimos en el 2001”

“Soy hija de desaparecidos, estoy con los trabajadores condenados de Las Heras y soy militante de Democracia Obrera. El sábado estuvimos con Alberto porque se cumplieron dos años de que condenaron a trabajadores a cadena perpetua y cárcel. Esa misma justicia que hoy recibió el amicus es la que acaba de condenar, también, a 28 trabajadores y camioneros en Tierra del Fuego”, contextualizó. Medrano se lamentó por la falta de presencia militante en muchas de las luchas mencionadas: “Deberíamos ser miles hoy como fuimos en el 2001. No podemos seguir luchando así, como decían María del Carmen y Leo: necesitamos unirnos. No puede ir cada compañero juzgado a enfrentarse solo a un tribunal porque así es como nos están condenando. Queremos juicio y castigo para responsables políticos de los asesinatos de Darío y Maxi, de los compañeros del 20 de diciembre, de Fuentealba, de Luciano Arruga”. La militante también amplió la exigencia pidiendo juicio para quienes condenaron a tantos trabajadores y aseguró: “Para lograrlo hay que unirse. Desde Las Heras pregonamos por que nos juntemos quienes estamos procesados, los familiares, todas las organizaciones, para que nunca más sigamos peleando solos. Nada más, compañeros. Gracias”, concluyó.

Graciela Rosenblum, de objetos a sujetos

La presidenta de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre hizo una intervención breve: “Dejamos de ser objetos del poder para transformarnos en sujetos. Nosotros, hoy, al sol, con los niños, la sombrilla, el agua, el mate, somos protagonistas de nuestra vida. Por eso y por la vida cruel que vive nuestro pueblo vamos a lograr juicio y castigo. Necesitamos modificar de raíz y es por lo que pelearon Darío y Maxi”.

Alejandrina Barry

“Soy hija de desaparecidos y miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh) y del PTS. Quiero volver a traer la solidaridad a la familia Santillán, a Alberto, a Leo y a todos sus compañeros. A los organismos que hoy están acá presentes, que como decía María del Carmen, en las movilizaciones populares la reivindicación del juicio y castigo a los asesinos políticos de Darío y Maxi estuvo presente porque ninguno de ellos ha bajado la bandera”, recooció. Barry contó que a muchos de quienes estuvieron presentes en aquella gran movilización del 26 de junio de 2002 les marcó la vida y la militancia: “Hemos seguido una pelea para que la causa no quede como siempre en sólo algún chivo expiatorio. Fue un gran triunfo meter en cana a Fanchiotti, pero no queremos salvar a todo el poder político”. Barry destacó también la importancia de la imagen pública de los responsables políticos de los asesinatos del Puente Pueyrredón porque “muchos hoy continúan como contaba María del Carmen, es todo personal político que tiene mucho poder. Como a Aníbal Fernández que era el elegido del gobierno para dirigir la provincia de Buenos Aires y uno de los principales responsables”, denunció.
“Por eso es tan importante la movilización de hoy y la delegación de organismos que somos. Es un mensaje sobre lo que vamos a seguir avanzando. No es casualidad que lo hagamos en este momento porque nosotros nos mantenemos independientes durante todos estos años de cualquier gobierno de turno, por ejemplo del gobierno nacional en los juicios a los genocidas”, aseguró y volvió sobre el interrogante de la mayoría de los oradores: “Cómo incrementamos la pelea y la resistencia contra un gobierno que descaradamente pone represores al frente en los altos mandos, representantes militares, representantes de los civiles emblemáticos del genocidio y eso no es casualidad. Eso es un mensaje político temerario para los que nos queremos movilizar”. Barry aseguró que la línea que está llevando adelante el gobierno de Macri es también para avanzar en la impunidad a los genocidas, a los responsables civiles y militares de la dictadura: “Esta movilización de hoy es una muestra de que no hay ningún cheque en blanco y que lo que logremos depende de nuestra movilización. Cualquier gobierno, como el de hoy, para aplicar su represión se va a encontrar con nuestra resistencia. En ese sentido, las banderas de Darío y Maxi, esos dos jóvenes que dieron la vida por cambiar de raíz a esta sociedad, están más presentes que nunca”. Para finalizar, volvió sobre el punto de la organización como herramienta suprema, aún más que los tribunales, para obtener la justicia que se busca: “Las batallas nuevamente se van a seguir librando en las calles y allí se va a definir absolutamente todo: el juicio y la cárcel a los responsables políticos. Estamos absolutamente convencidos. Muchas gracias y toda la solidaridad”.

David Soria: “Pasó más de una década y volvemos al mismo camino”

El sindicalista de la Comisión de Trabajadores de Paty 16 de junio en lucha expresó: “Me acuerdo cuando se hizo ese corte parte de nuestra comisión interna que peleaba por la unidad entre ocupados y desocupados, nos tocó ir a cortar a Saavedra. Ahí nos enteramos lo que había pasado y la represión que lanzó el gobierno en ese momento contra los trabajadores ocupados y desocupados”. Soria recordó que el ataque a los piqueteros buscaba frenar la movilización “pero nosotros respondimos al otro día con una unidad y una marcha de la puta madre. A ese camino tenemos que volver de la unidad y de la lucha. No podemos seguir yendo a Tribunales mendigando justicia. No alcanza con la fuerza que ponen Alberto y todos los que lo rodean pero no alcanza con eso. Nosotros no tenemos que mendigar. Esta justicia se nos ríe, se nos burla”. Con respecto a los responsables ya juzgados, señaló que sólo son chivos expiatorios porque, mientras tanto, “mantienen intacto ese aparato y esa justicia a favor de los dominantes. Pasó más de una década y volvemos al mismo camino. Ustedes saben lo que se viene y lo que se va a profundizar. Y no se va a poder hacer sin represión. No sólo por Kosteki, Darío, Maxi, Luciano Arruga, Daniel Solano, un joven del norte que fue a organizar los planes golondrina, desaparecido también por el gobierno justicialista de Río Negro, Fuentealba”. Soria volvió sobre el punto de la necesidad de sumar fuerza a las causas: “Si nos juntamos los condenados, los que pedimos justicia y los procesados, somos más de 7000, compañeros. Si juntáramos toda esa fuerza, ¿cuántos seríamos? Necesitamos llamar a una mesa nacional por la libertad, desprocesamiento y la justicia, por todos los atropellos a los trabajadores y al pueblo”.

Leo Santillán: “Darío tenía una fe ciega y una profunda humanidad”

El hermano de Darío, uno de los caídos en la represión del 26 de junio de 2002, habló a los militantes con profunda conmoción: “Estamos cerrando un año y mi reflexión es que estoy bastante movilizado. Es una carga fuerte, no es fácil. Desde el primer momento, en esa marcha que hicimos el 3 de julio bajo la lluvia desde el Puente Pueyrredón a la Plaza de Mayo para exigir justicia. Éramos más de 20 mil personas, con la barrera de policías que nos quiso palpar a uno por uno, empezando una provocación”. Santillán recordó que él y su padre, en varias opotunidades, fueron quienes consolaron a compañeros de militancia de Darío y Maxi y otros activistas que se incorporaron luego: “Que los conocieron a través de su asesinato cruel y cobarde por la espalda a Darío que quiso socorrer a Maxi. Pasaron cosas, la principal es el recuerdo y el amor que tenemos hacia Darío y es muy gratificante. Tengo tres hijos, el más grande de 7 y no conoció lo que pasó pero habla mucho porque escucha, lo nombramos, hay libros, hay cuentos”, reflexionó y se refirió también a los niños y niñas hijos de sus compañeros de militancia: “El sábado pasado estábamos en el bachillerato Roca Negra era la hija de un compañero la que me preguntaba por qué le puse Darío a mi hijo. Era una pregunta inducida, la compañerita tenía 9 años. Ella sabía por qué era pero me preguntaba. Me pasan esas cosas con otros compañeros que lo extrañan a Darío, que lo aman, que les duele lo que ha pasado. A mí me genera mucha emoción esto”.
Con nostalgia, Santillán rememoró: “Tanto ha quedado al costado, luchas que no se pudieron llevar adelante o que quedan al margen. Nos cuesta bastante y seguimos acá. En las palabras de los chicos y los grandes, cuando se habla de Darío y se lo extraña con ese amor raro que tiene que ver con la militancia que él tuvo y con ese gesto tan grande de quedarse con Maxi en una situación tan despareja para poner el cuerpo y el pecho”. Volvió sobre la enorme gratitud que siente y reflexionó sobre la jornada y rememoró a Darío: “Cuando pasan esas cosas uno lo extraña más y siente la necesidad de sus palabras. Me acuerdo cuando él hablaba y me contaba, y hablaba de la revolución, del cambio, de su lucha. Me decía: ‘Mirá, Leo, nosotros no vamos a ver al cambio ni a la revolución, vamos a luchar por los hijos de nuestros hijos y ellos van a ser mejores, pero es una lucha larga’”.
Santillán retrató las convicciones de su hermano Darío con una frase: “Tenía una fe ciega y una profunda humanidad. La seguridad de que nosotros como sujetos y como personas podíamos ser diferentes. Reivindicaba al hombre nuevo y se quedó en la estación socorriendo a Maxi y ahí puso sus ideas en lo más alto. Estoy agradecido profundamente”, repitió y admitió que su agradecimiento reiterado tenía que ver con la imposibilidad de encontrar palabras para expresar cabalmente sus sentimientos: “Estamos cerrando este año y sabemos que no se van a venir tiempos buenos. Sabemos que arrancamos con decisiones de mierda de este gobierno de Macri, de esta derecha, pero tampoco era fácil antes. Algunos a veces se corren del camino y de esta lucha pero lo importante es seguir. Se corra quien se corra, acá hay una causa que es del pueblo”.
Por último, Santillán recordó los inicios de la campaña para impulsar la causa por las responsabilidades políticas: “Hace casi un año que pusimos de pie la Comisión Independiente de Justicia por Maxi y Darío y está bueno, cómo hoy hablamos con el juez y supo que no estábamos solos, que contábamos con la fuerte presencia de Vicente y sus palabras y el libro que le ha dedicado a Darío y Maxi. Uno se siente con las pelotas un poco infladas, las mujeres los ovarios. Es lindo que contemos con esta enorme presencia. Muchas gracias compañeros, hay que seguirla”.

Alberto Santillán

El padre de Darío destacó la importancia de reconocer todo lo conseguido: “Fanchiotti y Acosta en la cárcel perpetua, el cambio de nombre de la estación a Darío y Maxi. El día de mañana en las escuelas se van a preguntar por qué el nombre de la estación y van a saber quiénes eran, cuáles eran sus sueños, qué pensaban, por qué los mataron y por qué sigue la lucha”. Santillán también se refirió a las responsabilidades políticas más allá de la situación judicial: “Sabemos que la historia los va a condenar como los asesinos de Darío y Maxi: a Duhalde, a Solá, a Atanasoff, a Juan José Álvarez y todos los que tuvieron que ver con la masacre de Avellaneda. Por eso, esto de pensar y rescatar lo que logramos en estos más de trece años de lucha es más que importante”. Consideró importante reconocer como logro al desarchivo de la causa por los autores materiales que llevó cuatro años de lucha: “Que empiece a caminar despacio, por ahí estamos parados, por ahí avanzamos un poquito, pero nunca arrodillados. Siempre de pie ante semejante lucha y ante semejantes hijos de puta. No hace falta decir que extraño y amo a mi hijo y pero me alivia, soy el padre y la ausencia es la ausencia”, dijo emocionado y aclaró: “Eso no quiere decir que mis otros hijos no tengan la misma importancia pero a veces la ausencia hace que las cosas se noten más”.
Para cerrar su intervención, Santillán dijo: “Me queda el agradecimiento a todos ustedes y quiero cerrar con una frase que dijo mi compañero Vicente y decía: ‘Los títeres ya están presos, ahora hay que meter presos a los titiriteros’. Esos son los malditos hijos de mil puta que idearon y llevaron adelante a la masacre de Avellaneda”. Destacó su sentimiento de honor por ser el padre de Darío, “nunca estoy y vivo acompañado de ustedes haga frío, calor o llueva. Eso importa: sentirnos acompañados, uno se caerá pero se sumará otro. Así decía Darío, nuestros hijos que hoy juegan a ser piqueteros serán los grandes luchadores. Darío no está, pero veo a esos chicos que juegan enrolados en el Frente Popular Darío Santillán peleando por justicia. Gracias”.
En diálogo con La Retaguardia, Alberto destacó que el amicus fue firmado por una gran cantidad de históricos militantes por los derechos humanos. Agradeció a Nora Cortiñas y a Elia Espen a pesar de que no hubieran podido estar. En relación a los funcionarios judiciales, aclaró: “Vamos a dejar que se tomen unos días y volveremos a hablar con la fiscal para ver en qué estado está todo y cómo seguimos avanzando. Hasta ahora fuimos nosotros los que trabajamos y los que presentamos los testigos. Vamos a seguir trabajando en función de la respuesta que nos den. Nuestro va a ser triplicar lo que estamos haciendo”. El papá de Darío ofreció un panorama sobre la posible línea investigativa: “Tuvimos una reunión con la fiscal en la que nos dijo que estamos un poquito mejor que antes y que quizás podemos avanzar presentando un argumento fuerte basándonos en el hecho de que la gendarmería bajó a la estación, que está prohibido por una cuestión de protocolo, eso manifiesta bien el planeamiento. Esas personas tienen que explicar por qué estaban ahí y quién les dio la orden”, declaró.
Santillán también destacó el trabajo de los militantes que organizaron la actividad: “Hay que bancarse este sol un par de horas entre mujeres, hombres, niños. Todo tiene que ver con esta búsqueda incesante de justicia y que los que idearon la masacre de Avellaneda sean citados y vayan presos”.

Sobre el cierre, Agûero, que moderó la conferencia, agradeció nuevamente a todos los presentes y realizó una invitación: “Haremos una pequeña celebración en la Estación Darío y Maxi y allí nos vamos a dirigir ahora. Abrimos la invitación a todos. Es un cierre de año y es por: Darío Santillán ¡Presente! Maximiliano Kosteki ¡Presente! 30.000 compañeros y compañeras desaparecidos ¡Presentes! Por todos los caídos y las caídas en las luchas populares ¡Presentes! ¡Ahora y siempre! ¿A dónde nos vemos, compañeros? ¡En la lucha!”, finalizó gritando la movilización entera.

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