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“Por Nilda no podemos permitir que Etchecolatz vaya a domiciliaria”

Escrito por el noviembre 15, 2017


Lo dijo Ailín, militante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, que definió a Eloy como su segunda mamá. Fue una de las tantas intervenciones dolientes y desgarradas en su despedida en el local de ATE en La Plata. Transcribimos aquí testimonios tomados por Fernando Tebele y María Eugenia Otero. (Por La Retaguardia)

Foto: Nora Cortiñas despide con emoción a Nilda Eloy. (Margarita Pinto)Video: Ruth Aguiar

Nuria – hija de Nilda 

No puedo creer la cantidad de gente que hay acá ahora, como también la gente que estuvo en la clínica acompañándome. La gente que me ayudó a cuidarla, a turnarnos en los horarios en los que yo no podía. Estábamos nosotras dos solas, mi abuela se fue el año pasado y éramos muy unidas las tres. Este año me tocó perderla a Nilda pero estoy segura de que está acá con nosotros, ya se dan cuenta -dijo bromeando en referencia al cuadro con la foto de Nilda y López que se cayó al momento en que comenzó a hablar-. Es impresionante la cantidad de saludos de afecto y apoyo. Se me acercó mucha gente que no conozco a decirme que cuente con ellos para lo que sea. Me es muy difícil esto. Lo único que sé es que con Nilda aprendí que la familia no es sólo de sangre, que somos todos una familia, que nos cuidamos entre todos y que vamos a estar siempre. Nada más.

Nora Cortiñas – Madre de Plaza de Mayo de Línea Fundadora

Nilda decidió irse de viaje y dejarnos. Algún día llegaremos. Ustedes no, pero nosotras estamos más cerca. A Nilda no la conocí tanto como muchos de ustedes, pero hoy escucho a las chicas jóvenes diciendo que aprendieron de ella. Quiero decirles a los ex detenidos desaparecidos, que las Madres todos estos años aprendimos de ellos. No sabíamos nada de nuestros hijos, nunca supimos nada. Preguntábamos ¿qué pasa, dónde están, cómo están?. Hace unos días, Sergio Maldonado me dijo “mi mamá está equivocada, me pregunta si Santiago tendrá frío, tendrá hambre” y yo le dije “no está equivocada, porque nosotras preguntábamos lo mismo”. Mirábamos a la gente y le decíamos “¿Tendrá frío? ¿Le darán los remedios que tomaba? ¿Lo curarán si está lastimado?”. Es siempre lo mismo, la misma historia. Cuando aparecían a la vida algunos de los desaparecidos, las Madres nos quedábamos en la oficina y los mirábamos y preguntábamos”¿A ver? ¿Tenés todos los dientes? ¿Cómo estás? Mirame”. Guardo algo muy especial, que es que nunca nos dijeron el horror que vivieron. Tenían ese cuidado, esa ética, para que nosotras no tuviéramos más dolor todavía. Hace unos meses fui a un acto en Mar del Plata con Nilda, estaba sentada al lado de ella. Escuché el testimonio, es una cosa que me penetró adentro del alma porque nosotros a veces lloramos, en la Plaza, donde nos encontramos, y a veces el testimonio completo directo, sentada al lado, nos permite aprender. Aprendemos la verdadera historia de parte de ellos, de manera directa. Es dejar esa verdadera historia para las futuras generaciones, ¿por qué no bajaron los brazos? ¿Por qué decimos que no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos? Y lo decimos todos los días, y es convicción. Todo lo que hacemos nos sale de las vísceras. Nada es inventado ni creado. Yo quiero agradecerles de saber que nosotras con ellos aprendemos todos los días, nos colmamos de esta historia. Pensamos en nuestros hijos y nuestras hijas y los igualamos. Les agradecemos todos los días lo que hacen. Con Nilda, últimamente hemos estado más juntas, y la noche de los detenidos de la represión por Santiago, fue muy emocionante estar al lado de ella. Se imponía con fuerza lo que decía. Además se imponía al lado mío, yo me sentía chiquita, no sé por qué. Ella emprendió este camino, a lo mejor, todas las cosas que pasó le sirvieron en algún momento, todo lo que vivió en sus 60 años. Decir que vamos a seguir todos. Nosotros no somos los que delineamos el camino de ustedes, ustedes nos ayudan a que todos los días nos levantemos y salgamos a pelear. Por eso el compromiso es fuerte, mutuo, es abrazarnos. Es el país de los abrazos, porque cada vez que nos vemos nos toqueteamos, nos abrazamos. Escuché cosas lindas de las chicas jóvenes y escuché algo que me gustó. Yo siempre digo “juntos pero no revueltos” y hoy escuché “juntos pero no amontonados”, me gustó más, porque no te aprieto.
Seguimos con la lucha por la desaparición forzada de Santiago. Con Julio pudimos probar la desaparición forzada de personas y con Santiago se trata de una desaparición forzada seguida de muerte. Grabémoslo. Tenga o no tenga golpes o torturas.
Todo lo que escuché me lo llevo. Les pido a todos que me acompañen:
30 mil detenidos desaparecidos: ¡Presentes!
30 mil detenidos desaparecidos: ¡Presentes!
30 mil detenidos desaparecidos: ¡Presentes!
Ahora ¡y siempre!
Ahora ¡y siempre!
Ahora ¡y siempre!
Aparición con vida de todos los desaparecidos durante los gobierno constitucionales ¡ya!
Hasta la victoria, ¡siempre!
¡Venceremos!

Ailín – Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos

Cuando yo tenía gripe, Nilda me daba un Quraplus. Esa Nilda con la que todos los domingos íbamos a comer con Nuria y hacía 800 kilos de carne para que nos lleváramos un tupper porque si no no nos cocinábamos. Que nos decía: “A ver, Ailín…”, y chau, no le podía negar nada. La que me obligaba a acompañarla a todos lados. Nilda era como mi mamá. Creo que todos los que estamos acá lloramos porque se fue una luchadora enorme y muy humana. Ante todo se fijaba cómo estaban los compañeros y las compañeras. Todo el tiempo buscaba saber cómo nos sentíamos, que no nos estresáramos, que estuviéramos tranquilos, que estuviéramos bien. Ella luchaba todos los días, por eso llamaba a todos los compañeros a ver cómo estaban. Va a ser muy difícil sin ella. Pero tenemos que tomar acá el compromiso de que por ella no podemos permitir que Etchecolatz vaya a domiciliaria. Tenemos que hacer todo lo posible para que eso no pase, porque si eso pasara Nilda nos retaría. Cómo nos va a retar. Dijo que no la lloremos como unos pelotudos, que hagamos esto rápido porque hay un montón de tareas. Lo dijo el jueves, que estaba mal y quería leer los alegatos de CNU para ver cómo contestarle a las defensas. Así que, hoy llorémosla pero mañana estemos otra vez en la lucha.

Gabriela Vargas – Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos

Conocimos a Nilda en la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos cuando organizamos un llamado a otros sobrevivientes de todo el país que se llamó el Primer Encuentro Nacional de Sobrevivientes, que se hizo en una quinta en Marcos Paz. Allí vinieron muchos sobrevivientes que nos presentábamos diciendo de qué campo éramos. Nilda, lo recordábamos recién, dijo ‘yo soy de El Infierno’. No entendíamos a qué se refería. Era la Comisaría de Lanús. Así es como Nilda, con esa presencia inolvidable. Con esa voz cansada como la describieron bien los compañeros, se quedó en la Asociación. Todos nos quedamos por la justicia en la lucha contra la impunidad. Se quedó con un compromiso firme, concreto, haciendo valer sus convicciones. Nosotros somos muy discutidores. Ella traía todos los viernes lo que pasaba en La Plata. Por eso conocemos a algunos compañeros porque Nilda los nombraba, los conocemos a todos. Compartíamos y evaluábamos lo que hacíamos. Era una mujer generosa. Nosotros que somos laburantes y militantes muchas veces no tenemos unos pesos para las vacaciones y Nilda se ocupaba de eso. En la quinta sabíamos que las vacaciones las teníamos garantizadas, con abundante comida, cantidad de vino suficiente, muy generosa. Yo tenía que declarar después de 41 años, y tenía la promesa de que Cachito me iba a acompañar. Él me decía ‘Negra, vos no te hagas problema, yo voy’. Su palabra ya era acogedora, valiente. Pero Cachito se murió en ese interín y fue Nilda con su hija que me acompañó a ese momento impresionante para mí en que declaré por primera vez. La impunidad no me había dejado declarar. Nilda me acompañó. Rescato esos días, ese abrazo, esa preparación del testimonio. Estuvo ahí, en la sala, sosteniendo con la mirada mi testimonio. Eso es muy valioso para una sobreviviente. Nilda, te vamos a extrañar. Vamos a extrañar los bizcochitos que traía los viernes a nuestra Asociación. Creo que vamos a poder, que vamos a seguir.
Hay algo que necesito decir, porque estamos acá justamente porque perdimos a una compañera colosal. Una compañera que ponía el centro, que decía que vayamos por un juicio. Inevitablemente, cuando hablaron de la firmeza de Nilda frente a los jueces, a los fiscales que dicen que saben tanto y en realidad no saben nada, no puedo dejar de recordar todo lo que aprendimos en la Asociación por Nilda y por Adriana Calvo. Cuando se abrió la posibilidad de juzgar a los genocidas, por la que luchamos durante años, entramos en un mundo que no conocíamos y que esta justicia tampoco conocía. Porque estaba preparada para juzgar al ladrón de gallinas, no al genocida Etchecolatz. Entonces, venían con sus procedimientos y sus manuales, amigos abogados que nos querían ayudar, y venían con sus reglas. Y con esas reglas no llevabas a nadie preso. Estábamos juzgando un genocidio, no teníamos que mostrar al vecino que se había robado dos gallinas. Adriana y Nilda fueron ejemplo en esto: ponerse la mochila para poder estudiar cómo hacer para juzgar a esta gente. Pusieron su mente y su voluntad militante al servicio de esto. Por eso Nilda logró tener esa firmeza cuando estaba frente a los jueces. Por eso logró en los tribunales cosas que ningún abogado y que todas las normas de procedimiento decían que jamás iba a lograr. Sin embargo, lo logró. Porque sabía que estaba frente a hechos nuevos y que esas normas tenían que cambiar. Digo esto y también quiero decir, como dicen todos, Nilda es un ejemplo para la juventud de La Plata, pero justamente por eso no tenemos que cambiarnos la historia, tenemos que entender la grandeza de las personas en cuanto a cómo se superan a sí mismas. Cómo se construyen como gigantes, porque Nilda Eloy no salió de los campos de concentración denunciando a todo el mundo. Nilda Eloy contaba y decía que había tenido mucho miedo. Que cuando se formó la CONADEP, ella pensaba ‘ustedes están todos locos si van a testimoniar acá’. Cuando abrió la puerta, cuando pudo liberarse del terror, cuando se paró sobre sus pies, ahí no la frenó nadie. Esa parte tenemos que rescatar y homenajear porque nos está demostrando que las personas crecen. Se pueden hacer gigantes si tienen una convicción y un objetivo y se ponen al servicio de él sin perder la humanidad.

Pía Garralda – abogada de Nilda Eloy

Nos preguntamos con las chicas cómo despedir a nuestros ídolos, los ídolos de carne y hueso que son los compañeros, con los cuales disfrutamos y aprendimos todas las genialidades cotidianas. Nilda para nosotras, además de ser nuestra compañera, era nuestra amiga, nuestra confidente, nuestra mamá muchas veces, muchas veces nosotras éramos la suya. Nilda tenía una impresionante capacidad de pronóstico. Siempre se jactaba de tener la razón. Tenía una firmeza que nos contagiaba, que nos contagió siempre. Nos enseñó todo lo que sabemos. Como dijo en ese primer juicio en La Cacha, que éramos jóvenes, mujeres, revolucionarias, pero nos habíamos hecho gigantes. Nos hacía sentir así, bastaba con mirarla para saber que podíamos con todo, contra los genocidas, contra la cana, contra los jueces, contra los fiscales, contra todos. Esperemos poder seguir representándola, representando a los compañeros. Como dijo Ailín, hoy vamos a llorar a Nilda pero tenemos muchas cosas por delante. Tenemos la sentencia de la ESMA, de CNU. Esperamos que todo lo que aprendimos de Nilda y de nuestros compañeros y compañeras, nos permita seguir adelante y tener la firmeza, la contundencia y la coherencia que Nilda nos enseñó para esta lucha por los derechos humanos que, de la única manera que existen es desde la independencia del Estado y de todos sus gobiernos.

María Luz Santos Morón, abogada de Nilda Eloy

La fortaleza de Nilda la remarcaron todos los compañeros que vienen hablando, la entereza con que enfrentaba cada lucha, con que daba cada pelea es parte de la enseñanza que nos deja. Como escuché decir en varias oportunidades, hoy durante todo el día, Nilda era una de las imprescindibles. Se nos fue una de las imprescindibles y eso nos tiene que servir para levantar bien alto sus banderas, bien fuerte contra la impunidad de ayer y de hoy, como decían los compañeros de HIJOS, porque queremos a todos los genocidas condenados y por todos los compañeros vamos a seguir adelante con esta pelea. Para toda nuestra generación, Nilda es un ejemplo de lucha, nos ha enseñado muchísimo, ha sido protagonista de la pelea por la aparición con vida de Jorge Julio López en nuestra ciudad. Ha dado una pelea incansable, para toda una generación de jóvenes platenses Nilda es el ejemplo a seguir. Pasó el horror y el dolor de los centros clandestinos de detención del último genocidio que vivió nuestro país. Sobrevivió, se levantó y jamás se ubicó en el lugar de víctima. No porque no lo fuera, sino porque sabía que estaba la pelea, que había que pelear por el juicio a todos los genocidas, pero también por terminar con la persecución, el gatillo fácil, la represión a los luchadores, a los trabajadores, a los pueblos originarios. Estaba en cada lugar del país donde había una pelea que dar en este sentido, por las libertades democráticas o los derechos humanos. Ella estaba ahí. Recuerdo las últimas marchas, que Nilda arrancaba la marcha y nos esperaba al final para leer el documento. En el último caso fue para reclamar justicia por Santiago Maldoando. Estuvo desde el primer día organizando para movilizarnos y reclamar cuando este gobierno nefasto negaba lo que estaba pasando y, posteriormente, cuando no enteramos que lo había asesinado la Gendarmería, que había que luchar consecuentemente por justicia. Siempre lo hizo y lo seguiremos haciendo quienes seguimos su lucha con la independencia política de todos los gobiernos patronales y del Estado. No confiamos en la justicia ni en que estos jueces y Nilda llevó adelante una tarea enorme de sistematización e investigación respecto de lo que sucedió en el último genocidio. Recorrió y trató de reconstruir lo que pasaba en cada centro clandestino de detención, en cada circuito represivo, se acercó a cada compañero, a cada sobreviviente, a los familiares. Este fue un trabajo enorme que hizo Nilda sobre el cual nos tenemos que apoyar para dar esta pelea, pero exigiendo claramente que es imprescindible para lograr que todos los genocidas estén donde tienen que estar, en cárcel común, perpetua y efectiva. Para eso es imprescindible que se abran los archivos de la dictadura y tenemos que seguir exigiéndolo en cada uno de los juicios. Tenemos que seguir levantando el legado de Nilda, sus banderas, contra la impunidad de ayer y de hoy y fundamentalmente por una sociedad más justa, que realmente merezca ser vivida, que era por lo que peleaba Nilda todos los días, una sociedad sin explotación y sin opresión. Nilda Eloy, ¡presente!

Carolina Vilchez – abogada de Nilda Eloy

La inmensa sonrisa de nuestra compañera, que transmitía no sólo calidez sino una energía de ir para adelante con coherencia. Todos juntos, pero no amontonados. Contra todo. Ese ir para adelante lo hizo con dignidad hasta lo último. Con convicciones muy claras. Nos enseñó todo lo que sabemos, absolutamente todo. Por eso en la sentencia va a ser difícil no tenerla a Nilda para cagarnos a pedos cuando nos reímos de los jueces. Ella nos enseñó a ser insolentes también. Que primero somos militantes, después somos abogadas. Nilda nos la dejó bien clara: ‘El libro lo dejás afuera, chiquita. Acá es otra cosa’. Nos quedamos con eso, con su abrazo. Con el aliento de siempre. Nos alentaba a todo. Con verla en la calle, en todas las marchas, en todas las luchas. Es irremplazable como todos los compañeros que pisan fuerte en esta historia. No la vamos a reemplazar, pero sí la vamos a homenajear en cada marcha, en cada lucha. Siendo coherentes y, sobre todo, sosteniendo este movimiento de derechos humanos siendo independientes del Estado y los gobiernos.

Servicio de Paz y Justicia (Serpaj)

Queremos hacer llegar nuestro más sentido pésame por el fallecimiento de la compañera Nilda Eloy, nuestro acompañamiento a la familia y a la AEDD, de la que fue integrante Nilda. La compañera fue testigo clave en un juicio contra Miguel Osvaldo Etchecolatz y tras sufrir una enfermedad y agravarse su estado de salud en las últimas horas, finalmente falleció esta mañana. A sus sesenta años, incansable militante de la vida. Fue secuestrada el 1 de octubre de 1976 en la casa de sus padres en La Plata y tras recorrer varios centros clandestinos de detención y vivir tormentos de los represores fue liberada en 1979. Compañera Nilda, hacemos nuestras las expresiones de los compañeros de la AEDD, tus banderas por justicia y castigo a los genocidas, por la lucha de los derechos humanos de ayer y de hoy, nos acompañan y nos guían junto a López, Santiago Maldonado, Adriana, Cachito y los 30 mil. Compañera Nilda Eloy, ¡presente!

Lili Galeano – HIJOS Provincia e HIJOS La Matanza

Nilda nos decía ‘las hijas del infierno’. Nilda se tatuó en su ser, en su cuerpo, en su mente, los nombres y apellidos de los sobrevivientes y de esa manera, nosotras, hijas de desaparecidos de El Infierno de Avellaneda, pudimos saber dónde estuvieron nuestros padres, un grupo de trabajadores del oeste de la provincia de Buenos Aires. Yo soy hija de Héctor Galeano, trabajador telefónico, había metalúrgicos, municipales y otros. Ella, a partir de un encuentro haciendo un trámite con una de nosotras, recordó un nombre. Por eso decimos que se tatuó en su mente los nombres de todos sus compañeros de los centros clandestinos. Nosotros pudimos hacer un camino de los lugares donde estuvieron nuestros padres. Ella nos bautizó como ‘las hijas del infierno’. Ella para nosotros no se fue, no la vamos a despedir. Nosotros somos querellantes en la brigada de Avellaneda, El Infierno, Nilda tiene mucho para decir, dejó su testimonio, su palabra. Saludamos a su familia, a todos sus compañeros, nos volveremos a ver y ella estará abrazando a nuestros padres y a nuestros hermanos.


Charly – gremio del neumático

Voy a contar el otro lado de la historia como hijo. Me criaron enseñándome a no decir nada, inclusive con nuestros mismos parientes, por temor a que pase algo. Yo estoy acá por ustedes, por su memoria, su lucha. Desde los siete, ocho años, que tuve la altura para alcanzar a agarrar el arma de mi viejo, me lo llevaba a la sien a esa edad. Gracias a ustedes comprendí y aprendí que se puede dar la lucha y que sirve para la memoria de ellos, de mis viejos, dar la lucha como lo hacen ustedes. Agradezco a las madres, a los sobrevivientes, de las abuelas. Lo que están haciendo, cada pedacito de justicia es para mí una paz tremenda. Agradezco de corazón. Gracias.
-Somos trabajadores del gremio del neumático. Tenemos una historia bastante negra en esa fábrica con compañeros desaparecidos y familiares que han pasado por lo mismo. Mi nombre es Enzo, soy parte de la lista Granate del neumático, hemos recuperado el sindicato. Solamente decir con mucho respeto a todos los familiares y compañeros de militancia que acá estamos para tomar la posta, para seguir, porque para aquellos que no tuvimos el contacto directo con Nilda, hoy ha sido un día muy triste para nosotros y acá estamos para decir eso. Que vamos a continuar. Si hay algo que han logrado los luchadores como Nilda fue dejar grandes enseñanzas y muchos a la distancia le hemos dado sentido a nuestra vida, por eso hoy gritamos día a día

Asociación de Profesionales en Lucha (Apel)

Hoy, Nilda Eloy cambió de estado. Dejó su cuerpo, pero su energía y su espíritu de lucha siguen con nosotros. Durante los once años desde que se reiniciaron los juicios de lesa humanidad, no sólo en La Plata sino en todo el país, la presencia de Nilda, sus conceptos, su vehemencia y su fuerza estuvieron detrás de cada compañero o compañera, abogado o abogada que tuvo el desafío de representar a los sobrevivientes de esa generación que abrazó el sueño de una sociedad más justa libre de toda opresión de la que ella era uno de los mayores exponentes. Como sobreviviente, Nilda dio la lucha para que nuestros desaparecidos tuvieran su voz en el reclamo de Memoria, Verdad y Justicia. Así y todo, jamás se colocó en el lugar de víctima. Los milicos genocidas no le ganaron la batalla, ya que nunca pudieron doblegarla. Nunca dejó la lucha de su generación, poniéndole el presente a la cabeza del reclamo por la aparición con vida de Jorge Julio López, Luciano Arruga y Santiago Maldonado entre tantas otras víctimas de este Estado genocida. No quisieramos despedir a Nilda y nos duele profundamente tener que decirte: Hasta la victoria, siempre, querida compañera.

Vilma Ripoll – MST

Hoy nos acordábamos una anécdota que para mí la pinta a Nilda. Es que ella y su hija vivían en una casa donde tenían custodia de las fuerzas represivas. Nilda se plantó y les dijo que no entraban ni al baño. Les cerró las puertas y no entraban. Estaban tan envenenados, que un día Nilda dejó empanadas arriba de la mesa y, cuando volvieron, faltaban la mitad. O sea, habían entrado y le habían dejado la señal de que iban a hacer lo que quisieran con ella. Cuando me lo contó, me aterroricé, le dije: “Nilda, ¿cómo vuelven ahí?”. Me dijo “volvemos ahí, porque ese es mi lugar y porque ahí vamos a volver”. Esa era Nilda, impresionante su definición de pelear aunque la amenacen ahora, no ya cuando estaba en los campos de concentración. Entonces, mi preocupación central es decir a los compañeros Ex Detenidos, que los veo muy golpeados, como todos, como estuvimos cuando se fue Adriana, cuando se fue Cachito, y quedó la duda de qué iba a pasar con la Asociación, por las bajas, por las pérdidas, porque quedan pocos, les quiero decir que ustedes son mucho más que los pocos representantes que quedan en la Asociación. Con ustedes dimos la pelea por ser independientes de todos los gobiernos que nos permitió nunca frenar la lucha por los derechos humanos. Con ustedes, impulsamos las peleas de todos los 24 de marzo cuando nos hacían las marchas alternativas, cuando no nos dejaban entrar a la Plaza de Mayo, entrábamos igual. Con ustedes dimos la pelea contra la impunidad y por los derechos humanos de ayer y de hoy, que es una reivindicación de los Ex Detenidos y las asociaciones que los acompañamos. Quería decirles que sepan que no están solos y que acá, frente a Nilda, hacemos el compromiso de seguir juntos para dar las peleas que restan, que son muchas ¡Fuerza!

Asociación Judicial Bonaerense – Departamental La Plata

Expresamos nuestro profundo dolor ante el fallecimiento de la compañera Nilda Eloy, incansable luchadora contra la impunidad, por justicia por Julio López y todas las víctimas de la impunidad estatal de ayer y hoy. Seguiremos levantando sus mismas banderas en la lucha permanente por el castigo de todos los genocidas y sus cómplices y por conseguir justicia por todos los compañeros. Compañera Nilda: ¡Presente! ¡Ahora y siempre!

Federación Nacional Docente

Ante el fallecimiento de la compañera Nilda Eloy, referente de los Derechos Humanos, gran luchadora contra la impunidad y por el castigo a los genocidas y sus cómplices, por justicia para Julio López y los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, expresan su dolor y condolencia los compañeros de la Federación Nacional Docente de la CTA Autónoma. También, el SUTEBA Berazategui, la APL (Asociación de Personal Legislativo de la provincia de Buenos Aires) y NOS (Nueva Organización Gastronómica de la CTA Autónoma). El SUTEBA Quilmes también manda adhesión y condolencias y se hace eco del dolor de este duro momento.
Es muy difícil este momento, pero escuchando lo que Nilda era a nivel local y nacional para la lucha por los derechos humanos, la imagen trasciende las fronteras de nuestro país. Hay una ciudad frente al Pacífico, en Perú a 1050 kilómetros de Lima y desde ahí les traigo el saludo de la familia de nuestro compañero Jorge Mendoza Calderón. Les traigo el cariño y el dolor que sienten, el reconocimiento y seguimos buscando a Jorge.

Agrupación Docente Azul y Blanca de la provincia de Buenos Aires, integrante de la lista Multicolor SUTEBA CTERA

Hacemos llegar a ustedes y a la familia de la compañera Nilda Eloy nuestras condolencias por su fallecimiento. Sentimos profundamente la pérdida de una luchadora imprescindible por los derechos humanos y cabeza insigne en la lucha por la aparición con vida de Jorge Julio López. Presente, a pesar de su enfermedad en las marchas por Santiago Maldonado. Es nuestro compromiso continuar su ejemplo hasta lograr justicia. 30 mil compañeros detenidos-desaparecidos, ¡presentes!

Hijos La Plata

Desde HIJOS La Plata despedimos con gran dolor a Nilda Ema Eloy, compañera sobreviviente del Genocidio de la última dictadura, militante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y luchadora como pocos en la defensa de los Derechos Humanos.
Dueña de un humor ácido e inteligente, a la par de una profundidad envidiable al momento de expresar, Nilda fue para muchos de los militantes platenses de la generación de los HIJOS una referencia ineludible en los momentos difíciles. Su tono pausado y hondo, su claridad y firmeza para formular definiciones políticas nos formó a muchos. Cuando había que resolver una cuestión compleja, cuando había que tomar una posición ante temas complicados, allí estaba la consulta a la compañera.
Nilda era una joven estudiante platense, con interés por el arte, cuando fue secuestrada de la casa de sus padres el 1 de octubre de 1976, por una patota al mando del genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz. Sufrió la detención ilegal hasta hasta agosto del ‘77, tras lo cual fue legalizada como presa a disposición del Poder Ejecutivo. En ese periplo sufrió torturas y vejaciones en 6 de los Centros Clandestinos del denominado “Circuito Camps” como La Cacha, el Pozo de Quilmes, el Pozo de Arana, el Vesubio, el Infierno y la Comisaría 3ra de Valentín Alsina. Recuperó su libertad recién a principios de 1979 desde la cárcel de Villa Devoto.
Por su caso fue condenado el genocida Etchecolatz en el juicio realizado en La Plata en 2006, y
el represor Hugo Guallama en 2012. Aquel proceso de 2006 fue el mismo que nos planteó el desafío de salir a denunciar la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López. Nilda y sus compañeros de la AEDD se cargaron esa mochila especialmente en sus espaldas. Y sostuvieron con solidez el reclamo: que López había sido secuestrado por sectores vinculados a Etchecolatz. Por entonces no fue fácil sostener esa posición, menos ante un panorama con la mayoría de los genocidas en libertad, con la negación del hecho de parte del gobierno, y la construcción de una trama de impunidad y encubrimiento de parte del poder judicial en el caso que lleva más de 11 años en esa situación.
Nos queda la imagen de la presencia impecable de Nilda en todas y cada una de las luchas en La Plata y la región: con los estudiantes, con los trabajadores, con los movimientos sociales, con el movimiento LGTBI, con los colectivos antirrepresivos, con los espacios de mujeres organizadas y con todas las expresiones de la lucha popular.
Nos queda el invaluable trabajo de recopilación  e investigación de datos de la Asociación Ex detenidos Desaparecidos sobre los Centros Clandestinos de Detención y Exterminio del terrorismo de Estado como uno de los aportas más valiosos para comprender en toda su dimensión la magnitud del Genocidio, y fundamentalmente para esclarecer los hechos  y ayudar a la identificación de los responsables.
Nos queda también el espacio Justicia Ya, que con gran esfuerzo construyeron Nilda y la AEDD para trabajar los juicios a los genocidas desde una posición combativa.
Vamos a extrañar la palabra justa que siempre tenía Nilda, su sencillez humana, su humor oportuno, su dedicación política por llamar a las cosas por su nombre, sus cumpleaños de cada febrero en la quinta de Gorina, y mil momentos más. Con su partida y la de Enrique “Cachito” Fukman, el movimiento de Derechos Humanos de nuestro país pierde dos grandes batalladores por la coherencia y la unidad.
Desde hacía un tiempo su salud se había resentido, y venía batallando duro para recuperarse. Hace poco, en medio de alguna reunión en el marco del juicio a dos represores de la CNU La Plata, Nilda nos compartió un libro llamado “La risa no se rinde, el humor como resistencia”, que compila los relatos de ex detenidos y ex presos políticos donde el humor es la herramienta vital contra la barbarie del poder. Al prestarlo Nilda nos dijo: “Para ver si nos entienden a nosotros”. Nos quedamos con la imagen de la sonrisa de Nilda, aquella que mostraba su capacidad de hacer que el poder pierda, aunque sea por algún momento, su posibilidad de eternizar el Terror.
Abrazamos en este duro momento a todos los compañeros y compañeras de la AEDD y reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando por juicio y castigo a todos los genocidas por todos los compañeros.

NILDA EMA ELOY, PRESENTE!!!
AHORA Y SIEMPRE!!!
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.

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